El búho real euroasiático llamado Flaco, que escapó de un zoológico de Nueva York y que se convirtió en todo un símbolo del Central Park, falleció ayer, después de golpear contra un edificio del Upper West Side.

Flaco había sido liberado por un acto de vandalismo del zoológico de Central Park, pero decidió continuar su vida en Manhattan, atrayendo a muchas personas que buscaban observar a esta hermosa criatura viviendo en la naturaleza.

Flaco, el búho real euroasiático

La Wildlife Conservation Society, que hace vida en el zoológico de Central Park, publicó un comunicado donde explicó que Flaco había sido encontrado en el suelo, después de que se estrellara con uno de los altos edificios en West 89th Street.

Los residentes del edificio contactaron inmediatamente con Wild Bird Fund, una organización de rescate, cuyo personal actuó rápidamente, recuperando el cuerpo del animal y declarándolo muerto al poco tiempo.

Los empleados del zoológico lo trasladaron hasta el Zoológico del Bronx, donde se le realizará la necropsia para determinar la causa de muerte de Flaco, quien habría cumplido 14 años el próximo mes.

Su vida en libertad comenzó la tarde del 2 de febrero del año 2023, cuando alguien destruyó la malla del recinto donde había vivido casi toda su vida. El pasado enero, la policía dijo que no se habían hecho arrestos y que la investigación seguía su curso. Sin embargo, Wildlife Coservation Society, declaró en un comunicado:

“El vándalo que dañó la exhibición del Flaco puso en peligro la seguridad del ave y es, en última instancia, responsable de su muerte. Todavía tenemos la esperanza de que la policía de Nueva York, que está investigando el vandalismo, finalmente realice un arresto”.

Poco a poco, Flaco comenzó a atraer a una base de fanáticos, tan pronto como apareció en una acera de la Quinta Avenida, la misma noche que lo soltaron. Se veía fuera de lugar, con policías cerca y Bergdorf Goodman a un corto vuelo de distancia. Rápidamente, se convirtió en un símbolo del parque.

La vida fuera del cautiverio

Mientras pasaba el tiempo, los especialistas se preguntaban si podría sobrevivir fuera del zoológico, después de haber pasado casi toda su vida ahí. Pero cuando demostró que podía hacerlo a sus anchas, se convirtió en el objetivo de observadores de aves y neoyorquinos en general, que buscaban una instantánea perfecta del majestuoso búho.

Sin embargo, los especialistas aseguraban que cada día en la intemperie era riesgoso, incluso sin los peligros de un entorno urbano. Los búhos reales salvajes pueden vivir más de 40 años en cautiverio, pero sólo vivían 20 en su hábitat natural.

De hecho, golpear un edificio o una ventana, era una de las principales preocupaciones de los expertos. También se preocupaban por algún envenenamiento al comer ratas contaminadas con raticidas. Pero durante más de un año, Flaco demostró ser inmune.

Evitó el peligro del tráfico, las personas y edificios pequeños moviéndose especialmente sobre los tejados, torres de agua y otros entornos elevados en los alrededores del Central Park. Por desgracia, cuando se alejó más de lo normal, sufrió el trágico accidente.

Flaco nació el 15 de marzo de 2010, en el Sylvan Heights Bird Park en Scotland Neck, Carolina del Norte, según los registros de la Asociación de Zoológicos y Acuarios. Llegó al Zoológico de Central Park dos meses después y lo ubicaron en la sección de los leopardos de las nieves, los monos de las nieves y los pandas rojos. Después fue trasladado a un reciente del tamaño de un escaparate de tienda departamental, cerca de la salida de la casa de los pingüinos.

El búho real euroasiático es un superdepredador que habita gran parte de Europa, como Escandinavia, Rusia y Asia Central. Están entre los búhos más grandes del mundo, llegando a medir hasta 1.80 metros de envergadura. Prosperan en montañas y zonas rocosas cercanas a os bosques, descendiendo en picado por la noche para cazar a sus presas.

Un símbolo de Manhattan

Pero la vida de Flaco no fue nada especial, hasta que se dio la fuga y comenzó a llamar la atención de las personas.

En sus primeros días de libertad, los empleados de la sociedad conservacionista intentaron recuperarlo, pero desistieron cuando se dieron cuenta que una vida de cautiverio no mermó sus capacidades naturales. Además, el sentimiento público porque permaneciera en libertad prevaleció.

En poco tiempo, Flaco ya se había instalado en una vida cómoda al extremo norte del parque. Pero en Halloween, dejó la seguridad que le brindaba el Central Park y comenzó a recorrer Manhattan, deleitando a quienes encontraba cuando aparecía en las terrazas de departamentos.

Para diciembre, se había asentado en el Upper West Side, volando desde Central Park West hasta Riverside Drive, regresando repetidamente a ciertos edificios. Por lo general dormía en las escaleras de incendios, donde se protegía del viento, antes de volar por las noches en busca de presas.

Uno de los puntos más conmovedores de su vida en Nueva York, es que al no ser una especie nativa, nunca encontraría pareja, aunque en ocasiones se le podía escuchar ululando en la oscuridad durante horas, intentando captar la atención de una hembra.

La última vez que se le escuchó, fue el pasado domingo, a las 3 de la mañana, muy cerca  de Colombus Avenue. Fue encontrado el viernes siguiente, a unas pocas cuadras de distancia. Vuela alto, Flaco.