
Lavinia Woodward, una joven estudiante de medicina en Christ Church, Oxford, fue hallada culpable de apuñalar a su novio, un estudiante de doctorado de Cambridge, con un cuchillo de pan. La chica tenía un historial de abuso de alcohol y drogas y, a pesar de ello, Lavinia no fue a prisión, no pagó ninguna multa y apenas terminó el juicio, pudo volver a casa sin ningún tipo de antecedente.
¿Por qué Lavinia Woodward fue condenada?

Lavinia Wooward es hija de padres adinerados y una estudiante brillante, la primera de su clase. De hecho, tiene varios artículos publicados en diversas revistas científicas. Quería graduarse de cirujana cardiovascular y tenía la capacidad para hacerlo, aunque se necesita mucho más que inteligencia para ser buen cirujano. Además de destreza manual, también es necesario buen juicio, dedicación y en ocasiones, compasión.
Entonces ¿Woodward reunía todas estas cualidades? Posiblemente no. Durante su estancia en Oxford comenzó a beber y a consumir drogas. Se le vio numerosas veces frecuentando traficantes de cocaína, una de tipo social diferente a la que frecuentaban sus compañeros. Se volvió errática y su temperamento explosivo asustaba a los demás. Un exnovio ya la había denunciado por agresión, aunque la policía no la acusó, si quedó registrado el caso para futuras referencias.
Durante el juicio, Lavinia Woodward se declaró culpable de herir a su novio con un arma blanca. La disputa se produjo cuando se dio cuenta que el chico había contactado a la madre de la chica para notificarle sobre sus adicciones. Pero el juez pospuso la sentencia, señalando que, aunque su crimen debería acarrear prisión inmediata, consideraba “injusto” arruinar una carrera tan prometedora. Así que fue sentenciada a 10 meses de prisión suspendida por 18 meses, pero 4 meses más tarde, la sentencia también fue suspendida.
Esto provocó controversia, pero cuando el juez Ian Pringle dio sus argumentos, fue mucho peor. Según él, sería demasiado severo encarcelar a una persona tan talentosa, además había “muchas, muchas circunstancias mitigantes”: no tenía antecedentes, estaba “genuinamente arrepentida”, tenía una inmadurez que no era acorde a alguien de su edad, además que los “informes de los expertos dejaban claro un trastorno de personalidad emocionalmente inestable”. Y lo más importante, había demostrado durante los últimos meses que estaba decidida a salir de su adicción, demostrando una “determinación inquebrantable”.
Claramente, esto no tiene ningún sentido si analizamos cada punto dicho por el juez.
Los argumentos del juez

En primer lugar ¿Ser inteligente es un atenuante para una condena? Entonces, quiere decir que la ley es diferente para estudiantes de notas excelentes como Lavinia Woodward, que para estudiantes promedios o reprobados. Se podría argumentar que hay un interés social de no poner en peligro las carreras de personas brillantes, pero incluso con esta lógica cuestionable, es impensable que un genio se libere de una condena por agredir a otra persona, solo por ser un genio.
En segundo lugar, la falta de antecedentes. Estrictamente hablando, es cierto, Lavinia Woodward no tenía antecedentes, pero si había un registro por agresiones que el juez deliberadamente pasó por alto, al exclamar que esto era un “suceso aislado”.
En tercer lugar y, quizás, lo más grave, fue que “estaba genuinamente arrepentida”. Curiosamente, el argumento del juez para llegar a esta conclusión se basó en, otro delito que debería haber sumado más peso a la condena, y no quitarle. Una de las condiciones de su fianza durante los 4 meses que estuvo vigente, era no contactar a la víctima bajo ninguna circunstancia. Ella violó esa condición enviándole un mensaje de texto, diciéndole lo arrepentida que estaba.
Si bien es posible que estuviera arrepentida realmente ¿Cómo saber que no fue una actuación? Según el juez, el riesgo de ser condenada más severamente y aun así atreverse a disculparse, es una prueba más que fehaciente de su sinceridad, pero los juzgados no son psicoterapeutas y deben accionar en base a la ley. Y cómo mencionamos, no hay forma de certificar si hay verdadero arrepentimiento.
La quinta atenuante era su “inmadurez”, algo aún más absurdo, ya que tenía 24 años. La edad de responsabilidad penal en Inglaterra es de 7 a 8 años, un número que podría ser muy bajo, pero 24 también podría ser muy alto. Pero según el juez, “la edad no la determina solamente es el número de años que tenemos que vida, sino las decisiones que tomamos”.
Trastornos y libertad

La sexta y última atenuante: su trastorno de personalidad emocionalmente inestable, su adicción a las drogas y un presunto trastorno alimenticio. El diagnóstico de trastorno de personalidad ha sido una carta jugada innumerables veces por los abogados defensores de criminales, incluyendo a los peligrosos. Es una forma de justificar porque las personas actúan de cierta forma, en vez de dar una explicación genuina. Básicamente, dicen que el trastorno existe ya que actuaron de una forma que normalmente no lo hacen.
Recordemos que el juez mismo llamó a este caso como un “hecho aislado”, lo que le daría más valor a este argumento, pero en muchas ocasiones, esto se descarta ya que, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana, el 35% de la población mundial sufre o hace sufrir a otros de un trastorno de personalidad, pero no hay 35% de personas cometiendo crímenes graves.
El trastorno alimenticio tampoco justifica que Lavinia Woodward apuñalara a su novio. Y en cuanto a su adicción, el mismo lenguaje del juez sugirió que es más una elección que algo que sucede sin más. Así que la “determinación de librarse de su adicción” es su propia decisión.
El accionar del juez atrajo muchas críticas considerables en la prensa mundial, mencionando el sesgo de clase. Si Lavinia Woodward hubiese sido una estudiante promedio de administración con padres de clase media baja, ya sin nombrar la belleza, la cual es subjetiva, seguramente habría tenido una sentencia más severa.
Lo cierto es que este caso es muy curioso y Lavinia Woodward podría ser considerada como la única persona del mundo que apuñaló a su pareja, fue a juicio y salió libre y sin sentencia alguna.