Cuando una persona ajena a la NASA hace un descubrimiento relacionado con el espacio, es algo impresionante y que en ocasiones genera dudas de la verdadera capacidad de la agencia espacial, sin embargo, cuando lo hacen niños, genera un verdadero revuelo. Y es que estudiantes de primaria descubrieron que los EpiPens se vuelven tóxicos en el espacio.
Estudantes descubren algo que la NASA no sabía
Se trata de un programa para estudiantes superdotados de le escuela primaria St. Brother André. Este grupo de infantes descubrieron algo que la NASA no sabía, pero que desde este momento, comenzará a investigar: la toxicidad que ganan los EpiPens una vez están en el espacio.
Los estudiantes, que tienen entre 9 y 12 años, diseñaron un experimento para enviar EpiPens al espacio y probar el efecto de la radiación cósmica sobre la epinefrina. Para los que no lo sepan, el EpiPens es un autoinyector de epinefrina, la hormona usada para tratar reacciones alérgicas graves.
Después, el proyecto fue seleccionado por la NASA como parte del Proyecto Cubos en el Espacio, donde tuvieron la oportunidad de lanzar muestras de epinefrina al espacio por cortesía de la organización espacial estadounidense. El “cubo” que contenía las muestras fue arrojado al espacio en un cohete, mientras que otro llegó al borde del espacio en un globo a gran altitud.
Cuando ambas muestras volvieron a la Tierra, fueron analizadas en las instalaciones centrales de espectrometría de masas John Holmes, de la Universidad de Ottawa. Para sorpresa de todos, se descubrió que la epinefrina ahora contenía sólo un 87% de pureza. El otro 13% restante se había transformado en derivados del ácido benzoico extremadamente venenoso para ser humano, explicó la universidad.
Tóxico y venenoso
En el comunicado de prensa, el profesor Paul Mayer, del Departamento de Química y Ciencias Bimoleculares de la Facultad de Ciencias, explicó que las muestras posteriores mostraron signos de que la epinefrina reaccionó y se descompuso.
De hecho, los expertos ni siquiera encontraron epinefrina en las muestras de la solución usada en los EpiPens después de llegar a la superficie. Este resultado plantea dudas sobre la eficacia de este instrumento médico y su uso en el espacio exterior. Pero lo más increíble es que las únicas personas que se plantearon estas preguntas fueron niños, las cuales marcarán el comienzo de la investigación.
Los niños presentarán su investigación y sus hallazgos a la NASA en junio de este año. Mientras tantos, los chicos podrán diseñar su propia cápsula protectora para albergar y proteger la epinefrina en el espacio, además de poder analizar a la profundidad su descubrimiento.
Los niños presentarán sus hallazgos a la NASA en junio. Mientras tanto, los niños diseñan su propia cápsula protectora para albergar y proteger la epinefrina en el espacio, además de disfrutar de su descubrimiento.
La estudiante Hannah Thomson, durante una entrevista a Global News, dio más detalles sobre cómo llegaron a cuestionarse el experimento.
“Fue genial. La NASA no lo sabía”, declaró.
Cómo mencionamos en un principio, es sorprendente saber que existen cuestiones que la NASA no se ha planteado, pero que niños, que aunque tengan un coeficiente intelectual más elevado, no dejan de ser niños, si lo hayan hecho ¿Qué hubiese sucedido si un astronauta debía aplicarse un inyección de EpiPen durante unas de sus misiones?