• El Niño podría ser un elemento de inflexión en el sistema climático, ya que sus características pueden ser muy diferentes en climas más fríos o más cálidos.

El Niño, en su peor momento, puede ser devastador. Es el fenómeno climático que provoca que la corriente en chorro del Pacífico se desplace hacia el sur debido a la reducción de los vientos ecuatoriales, causando desde olas de calor en Canadá, hasta sequías en África, y tormentas intensas en las costas occidentales de las Américas.

Pues, malas noticias: según un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de científicos climáticos, esos escenarios más graves probablemente se volverán muy normales, y no habrá vuelta atrás si ocurre.

En el estudio publicado el 4 de julio de 2024, los científicos Tobias Bayr, Joke F. Lübbecke y Stephanie Fiedler del Instituto de Investigaciones del Clima han revelado hallazgos preocupantes sobre el futuro del fenómeno de El Niño. Utilizando experimentos avanzados con el modelo climático CESM1, han descubierto que, en un mundo más cálido, casi todos los eventos de El Niño podrían convertirse en extremos. Este fenómeno, conocido por su capacidad de desplazar la corriente en chorro del Pacífico hacia el sur y causar desde olas de calor en Canadá hasta sequías en África y tormentas intensas en las costas occidentales de las Américas, podría volverse aún más devastador y frecuente debido al aumento de las temperaturas globales.

El modelo CESM1 permite explorar cómo el ENSO podría cambiar bajo diferentes escenarios climáticos. Este modelo ha permitido a los investigadores simular estados climáticos con temperaturas globales medias aumentadas en +3.7 K y reducidas en −4.0 K. Al modelar el sistema climático de la Tierra bajo condiciones de calentamiento y enfriamiento, los autores descubrieron que el ENSO, o El Niño-Oscilación del Sur – el término técnico para el fenómeno que también incluye la fase más fría conocida como “La Niña” – podría ser lo que se conoce como un “elemento de inflexión” para el clima del planeta.

¿Qué significa esto? “Un elemento de inflexión implica una retroalimentación positiva que intensifica el calentamiento global,” explica el estudio. “Por ejemplo, una reducción del albedo debido a la disminución de la cobertura de hielo.”

Y los eventos de El Niño pueden hacer exactamente lo mismo. “Durante los eventos extremos de El Niño, se libera una gran cantidad de calor a la atmósfera que de otro modo estaría almacenada en el océano subsuperficial,” escriben los autores. Aunque los eventos extremos de El Niño anteriores solo han resultado en liberaciones de calor a corto plazo, eso puede ser suficiente para desencadenar otros elementos de inflexión.

Un aumento de eventos extremos de El Niño en un clima más cálido podría amplificar estos impactos, alterando patrones de precipitación y causando más desastres naturales, con consecuencias devastadoras para millones de personas.

Lo más preocupante es que, si se desencadena un elemento de inflexión, es prácticamente irreversible. “Incluso si el calentamiento global se revirtiera a 0°C,” explican los autores. Según múltiples modelos climáticos, un cambio en el ENSO tomaría más de un siglo, potencialmente hasta 200 años, para volver a la normalidad.

Y aquí está la peor parte: el estudio sitúa el punto de inflexión en solo +3.7°C. Si se alcanza ese límite, sugieren, más del 90 por ciento de los eventos de El Niño serán lo que ahora consideramos extremos.

Hasta ahora, ya hemos superado los +1.5°C, y se proyecta que alcanzaremos los +2.9°C para finales de siglo.

Los peores escenarios si el ENSO se convierte en un elemento de inflexión y los eventos de El Niño se vuelven extremos con mayor frecuencia podrían incluir:

1. Inundaciones catastróficas: En regiones como la costa oeste de América del Sur, las lluvias intensas podrían causar desbordamientos de ríos, destrucción de infraestructuras y desplazamiento masivo de personas. Ejemplo: la inundación en Perú en 2017, que dejó miles de personas sin hogar.
2. Sequías prolongadas: En otras áreas, como Australia e Indonesia, la falta de lluvia podría llevar a sequías extremas, afectando la agricultura, el suministro de agua y provocando incendios forestales devastadores. Ejemplo: la sequía en Australia en 2019, que llevó a una crisis agrícola y a incendios forestales masivos.
3. Tormentas intensas y huracanes: En el Pacífico, el aumento de la temperatura del agua podría intensificar las tormentas tropicales y huracanes, aumentando su frecuencia y severidad. Ejemplo: el huracán Patricia en 2015, uno de los más fuertes jamás registrados en el hemisferio occidental.
4. Impactos en la pesca y la biodiversidad marina: Las alteraciones en la temperatura del océano pueden afectar gravemente a la vida marina, desplazando poblaciones de peces y alterando ecosistemas marinos. Ejemplo: la disminución de la población de sardinas en la costa del Pacífico de México durante eventos extremos de El Niño.
5. Problemas de salud pública: Las condiciones extremas de calor y humedad pueden aumentar la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y el zika, así como problemas de salud relacionados con el calor. Ejemplo: el brote de dengue en Brasil en 2015, exacerbado por condiciones climáticas inusuales.
6. Efectos económicos severos: La agricultura, la pesca y el turismo podrían verse gravemente afectados, causando pérdidas económicas significativas y aumentando la pobreza y la inseguridad alimentaria. Ejemplo: la pérdida de cultivos en África Oriental debido a la sequía, que afecta a millones de personas y su seguridad alimentaria.
7. Desplazamiento y migración forzada: Las condiciones climáticas extremas pueden hacer que áreas enteras sean inhabitables, obligando a las personas a migrar. Ejemplo: los desplazamientos masivos en Centroamérica debido a la combinación de sequías, tormentas e inseguridad alimentaria.