En un hito científico sin precedentes, un equipo liderado por el Dr. Justin Walsh de la Universidad Chapman en California y la Dra. Alice Gorman de la Universidad Flinders en Australia, junto con la colaboración de astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS), ha llevado a cabo una especie de excavación arqueológica en el espacio, a 400 kilómetros sobre la Tierra.
El estudio arqueológico hecho por astronautas

Este estudio se basó en una adaptación espacial de una técnica arqueológica milenaria conocida como el “pozo de prueba con pala”, la cual permite a los científicos comprender rápidamente las características generales de un sitio mediante el muestreo. En la versión tradicional, se traza un mapa del sitio con una cuadrícula de cuadrados de un metro, algunos de los cuales se seleccionan para una excavación inicial con el fin de comprender la composición del sitio en su totalidad.
En la versión espacial del estudio, los científicos marcaron media docena de secciones de paredes de un metro cuadrado en varias áreas de la EEI. Luego, encargaron a los astronautas a bordo que tomaran fotografías diarias de estas áreas durante un período de 60 días a principios de 2022. Las imágenes fueron tomadas a la misma hora del día durante los primeros 30 días y luego en horarios aleatorios durante la segunda mitad del experimento. Estas imágenes fueron analizadas para identificar los objetos presentes y cómo eran utilizados.
Hallazgos sorpresivos

Los resultados revelaron algunas sorpresas. El equipo de astronautas descubrió que una zona destinada al mantenimiento de equipos no se utilizaba para repararlos, sino para almacenarlos. Por otro lado, una zona sin un uso designado claramente se utilizaba para actividades de higiene personal, posiblemente porque estaba cerca del equipo de ejercicio de la estación y de una de las letrinas.
Como en la arqueología terrestre, faltaron datos que llevaron a sacar conclusiones. Por ejemplo, los científicos solicitaron a la NASA acceso al Planificador de Tripulación de la EEI, un sistema informático que muestra las tareas de cada astronauta en intervalos de cinco minutos. Cuando se les negó el acceso, recurrieron a los informes diarios resumidos de la EEI, publicados por la NASA en su sitio web.
Aunque menos precisos que el planificador de tripulación, “también representan más claramente el resultado de la simple observación e interpretación del registro de la cultura material”, escribió el equipo de astronautas en su artículo “Arqueología en el espacio: el experimento de investigación de ensamblajes de cuadrángulos de muestreo (SQuARE) en la Estación Espacial Internacional. Informe 1: Cuadrados 03 y 05”, publicado en el sitio web de investigación Plos One.
La EEI como Microsociedad

Puede parecer extraño hablar de “cultura” en una estación espacial, pero la EEI es el primer hogar a largo plazo de la humanidad fuera de la Tierra, una “microsociedad en un minimundo”, como se describió en un artículo de 1972 del Consejo de Ciencias Espaciales de la Academia Nacional de Ciencias. Habitada de forma continua durante más de 23 años, la EEI ha albergado a 270 astronautas de 23 países.
“Si bien es posible entrevistar a los miembros de la tripulación sobre sus experiencias, el valor de un enfoque centrado en la cultura material es que permite la identificación de patrones de comportamiento y asociaciones a largo plazo que los interlocutores no pueden o no quieren articular”.
Impacto en el diseño futuro
Los arqueólogos observaron que el “cuadrado 03”, destinado al mantenimiento de equipos, se había convertido en un espacio de almacenamiento para una variedad de artículos, no necesariamente relacionados con el mantenimiento. “Los diseñadores de futuras estaciones de trabajo en el espacio deberían considerar que podrían necesitar optimizarlas para funciones distintas a las laborales, porque la mayor parte del tiempo, podría no haber ningún trabajo allí”, señalaron.
De manera similar, el “cuadrado 05”, que parecía ser solo un pasillo hacia la máquina de ejercicio o la letrina, se había convertido en un lugar de almacenamiento para artículos de higiene de los astronautas, bolsas reutilizables y una computadora que casi nunca se utilizaba.
“Uno de los astronautas de la tripulación decidió que este era un lugar adecuado para dejar su kit de aseo durante casi dos meses”, escribió el equipo. “La pregunta que surge de nuestras observaciones es: ¿cómo podría definirse más claramente una función para esta área por parte de los diseñadores, tal vez proporcionando casilleros para que los miembros de la tripulación almacenen sus artículos personales?”
Perspectivas futuras para la arqueología espacial
Claramente, aún queda mucho por hacer en el campo de la arqueología espacial. Es posible imaginar a futuros astronautas arqueólogos explorando los sitios de aterrizaje del Apollo en la Luna, o examinando los restos de antiguos rovers en Marte.
Por ahora, el equipo escribe: “Nuestro trabajo cumple con la promesa del enfoque arqueológico para entender la vida en una estación espacial, al revelar nuevos fenómenos, previamente no reconocidos, relacionados con la vida y el trabajo en la ISS. Ahora existe un registro arqueológico sistemático para un hábitat espacial”.
La arqueología espacial por parte de astronautas es un tema que se ha platicado y planeado mucho y se espera elevar esta práctica a verdaderos escenarios arqueológicos fuera de la Tierra.
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