En las primeras horas del pasado miércoles 14 de agosto, el Sol desató una colosal erupción solar de clase X, la más poderosa en la escala de erupciones solares. Esta erupción, proveniente de una mancha solar peculiar, ha captado la atención de científicos y cazadores de auroras, ya que podría desencadenar más eventos solares en los próximos días. La Tierra se encuentra en la línea de fuego, y se esperan efectos significativos, incluyendo apagones de radio y posibles auroras espectaculares.
La extraña mancha solar AR3784
La erupción solar de clase X provino de la mancha solar AR3784, una región en la superficie del Sol que ha desconcertado a los científicos por su extraña polaridad. Según la Ley de Hale, una regla establecida hace más de cien años, las manchas solares en el hemisferio norte deben estar polarizadas de manera que su orientación magnética sea negativa en un lado y positiva en el otro.
Sin embargo, AR3784 presenta una polaridad diferente, orientada ± en lugar de la típica -+. Este fenómeno es extremadamente raro, ocurriendo solo en el 3% de las manchas solares observadas, lo que hace que AR3784 sea un objeto de estudio fascinante.
La mancha solar AR3784 es especialmente interesante porque su configuración magnética gira de una manera inusual. Los expertos de Spaceweather han sugerido que si las polaridades opuestas se entrelazan demasiado, pueden desencadenar erupciones solares potentes, y eso es exactamente lo que ocurrió. La energía acumulada en la atmósfera solar se liberó en una explosión violenta, generando una llamarada solar de clase X que alcanzó su punto máximo a las 2:40 am EDT (0640 GMT).
Efectos de la erupción solar y la CME en la Tierra
Una erupción solar como la que se produjo el 14 de agosto son eventos que pueden tener un impacto significativo en la Tierra. Estas erupciones liberan una gran cantidad de radiación electromagnética que, al llegar a nuestro planeta, puede causar diversos efectos. En este caso, la erupción solar de clase X provocó apagones de radio de onda corta en las regiones de Asia y el Océano Índico, afectando las comunicaciones a larga distancia.
Además, la erupción solar estuvo acompañada de una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), que es una enorme burbuja de plasma y campo magnético que se expulsa del Sol hacia el espacio. Cuando una CME choca con la magnetosfera de la Tierra, puede desencadenar tormentas geomagnéticas, que a su vez pueden provocar auroras boreales y australes, esos deslumbrantes espectáculos de luces en el cielo nocturno.
Según los modelos de la NOAA y la NASA, se espera que la CME llegue a la Tierra entre el 17 y el 18 de agosto. Este impacto podría generar auroras visibles en latitudes más bajas de lo habitual, lo que es una buena noticia para los cazadores de auroras. Estos eventos son altamente esperados por aquellos que buscan capturar la belleza de las luces del norte o del sur en sus cámaras.
Sin embargo, además de las auroras, las tormentas geomagnéticas también pueden tener efectos adversos en las infraestructuras terrestres, como redes eléctricas y satélites. Es por eso que la llegada de una CME siempre es motivo de atención y preparación por parte de las agencias espaciales y otras organizaciones relevantes.
El evento solar del 14 de agosto ha resaltado una vez más la complejidad y el poder del Sol. La erupción solar de clase X, proveniente de la mancha solar AR3784, no solo ha generado un interés científico significativo, sino que también ha tenido efectos tangibles en la Tierra.
Referencia:
- Space Weather Prediction Center/WSA-ENLIL Solar Wind Prediction. Link.
