La idea de que la humanidad podría establecer bases permanentes en el espacio, la Luna, Marte o incluso en destinos más lejanos ha capturado nuestra imaginación. Sin embargo, una pregunta crucial se plantea: ¿podríamos reproducirnos en el espacio? Un reciente experimento realizado en una aeronave de gravedad reducida, apodada el “Cometa Vómito”, sugiere que los desafíos de la reproducción humana en microgravedad podrían ser mayores de lo que pensábamos.
El desafío de concebir en el espacio

Hasta ahora, el tema de la reproducción humana en el espacio ha sido, en el mejor de los casos, un territorio desconocido. Las misiones espaciales han estado limitadas a astronautas altamente entrenados y, más recientemente, a millonarios que pueden permitirse el lujo de un breve viaje orbital. Aunque estos viajes son cortos y sin tiempo para experimentar con la procreación, la posibilidad de asentamientos espaciales a largo plazo hace inevitable abordar esta cuestión.
Un equipo de científicos se propuso investigar cómo las condiciones de microgravedad afectarían a los espermatozoides humanos, un tema poco estudiado debido a las complejidades técnicas y éticas.
En el pasado, se han realizado experimentos con esperma animal bajo microgravedad simulada, pero los resultados han sido inconsistentes: mientras que la motilidad de los espermatozoides de ratones disminuyó, la de los toros aumentó. ¿Cómo reaccionarían los espermatozoides humanos?
El experimento del “Cometa vómito”

Para sortear las limitaciones de llevar experimentos de este tipo a la Estación Espacial Internacional, el equipo utilizó vuelos parabólicos. Estos vuelos, conocidos coloquialmente como el “Cometa Vómito” debido a las náuseas que provocan, permiten simular breves períodos de microgravedad seguidos por fases de hipergravedad.
Quince voluntarios proporcionaron muestras de esperma fresco, las cuales fueron analizadas antes del vuelo. Luego, las muestras se dividieron en dos grupos: uno permaneció en tierra como control, mientras que el otro fue llevado a bordo del vuelo parabólico.
Durante el vuelo, las muestras fueron aseguradas en un asiento vacío para minimizar interferencias, mientras los cambios gravitacionales se monitoreaban con acelerómetros.
Resultados preocupantes
De regreso en el laboratorio, los investigadores analizaron las muestras y encontraron que la exposición a los cambios gravitacionales, incluso durante periodos muy breves, redujo de manera significativa la motilidad y la vitalidad de los espermatozoides. Estos hallazgos son alarmantes, ya que la motilidad espermática es crucial para la fertilización.
El equipo señaló que si los humanos van a vivir en el espacio durante largos períodos, enfrentándose a constantes fluctuaciones de gravedad, desde microgravedad hasta hipergravedad, la reproducción podría convertirse en un desafío.
Aunque el experimento solo expuso a los espermatozoides a microgravedad durante unos segundos, plantea preguntas importantes sobre los efectos de exposiciones más prolongadas. Si la motilidad espermática se ve comprometida en tan poco tiempo, ¿qué podría suceder durante misiones espaciales que duren meses o incluso años?
Los mecanismos detrás de esta disminución en la motilidad aún no están claros. Podría tratarse de cambios en la estructura celular, alteraciones en el metabolismo o incluso estrés mecánico causado por las fluctuaciones gravitacionales. “Se necesitan más estudios para comprender completamente cómo la microgravedad afecta a los gametos humanos y qué implicaciones tendría esto para la fertilidad en el espacio”, comentó el equipo en su artículo publicado en Acta Astronautica.
¿Es posible una generación espacial?

Este estudio es solo el primer paso en un camino que eventualmente podría llevar a una “generación espacial”, seres humanos nacidos fuera del planeta Tierra. Sin embargo, antes de que esto sea posible, deberán superarse obstáculos biológicos, tecnológicos y éticos.
Por ahora, la ciencia señala que concebir en el espacio será un desafío monumental. Los resultados del “Cometa del Vómito” nos recuerdan que, aunque soñemos con colonizar otros mundos, nuestros cuerpos están diseñados para las condiciones únicas de la Tierra. La reproducción, un proceso aparentemente simple en nuestro planeta, podría ser uno de los mayores retos para la supervivencia de la humanidad en el cosmos.
El experimento también destaca la importancia de seguir investigando sobre cómo la microgravedad afecta otros aspectos de la salud reproductiva, como la ovulación y el desarrollo embrionario. Si algún día esperamos poblar Marte o más allá, necesitaremos comprender y superar estas barreras.
Mientras tanto, la perspectiva de la reproducción humana en el espacio sigue siendo un fascinante enigma. Al igual que otros experimentos en condiciones extremas, los resultados iniciales son preocupantes, pero no definitivos. Como señala el estudio, aún queda mucho por descubrir.
Referencia:
Acta Astronautica/Decreased human sperm motility and vitality after fast gravity load changes in a parabolic flight. Link.