Se supone que la evolución es un proceso lento, muy lento, pero eso no parece aplicar a los perros de Chernóbil. Han pasado casi 40 años desde el desastre nuclear, y mientras los efectos de la radiación en los humanos han sido ampliamente documentados, la naturaleza sigue sorprendiendo con su capacidad de adaptación. En particular, los perros que deambulan por la planta nuclear y sus alrededores han mostrado una evolución genética inusualmente rápida, marcándolos como genéticamente distintos de los perros en otras partes del mundo.
Un descubrimiento genético inusual en los perros de Chernóbil

Un estudio reciente publicado por IFLScience analizó las muestras de sangre de perros que viven dentro y cerca de la central nuclear. Los investigadores encontraron que aquellos más próximos al reactor nuclear tenían perfiles de ADN claramente diferentes en comparación con sus pares en regiones menos contaminadas.
“Lo más notable del estudio es que podemos identificar a los perros que viven dentro de la zona de exclusión, cerca del reactor, simplemente analizando su perfil genético”.
Así lo afirmó Elaine Ostrander, genetista del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano del NIH quien ha estado analizando a los perros de Chernóbil.
Sin embargo, aún no está claro cómo estas diferencias genéticas influyen en la salud y las características físicas de los perros.
Por ejemplo, los perros no son la única especie que ha mostrado adaptaciones únicas en Chernóbil. Estudios previos han identificado cambios genéticos en otras especies que también habitan la zona de exclusión:
- Lobos: Se ha descubierto que estos depredadores han desarrollado cierta resistencia al cáncer, un hallazgo que destaca posibles adaptaciones evolutivas a la exposición prolongada a la radiación.
- Ranas arbóreas: Las ranas de Chernóbil tienden a ser más oscuras que las de otras áreas, una adaptación que podría estar relacionada con niveles más altos de melanina, lo que les ayuda a mitigar los daños de la radiación.
- Pulgas de agua: Un estudio de 2022 encontró que las poblaciones de esta especie acuática en lagos con mayores niveles de radiación presentaban mayor diversidad genética, lo que sugiere que las mutaciones podrían estar desempeñando un papel crucial.
Posibles explicaciones para los cambios genéticos

Aunque aún no se comprende completamente por qué los perros de Chernóbil han desarrollado estas diferencias genéticas, los investigadores han considerado varias teorías:
- Mutaciones genéticas: La radiación puede inducir mutaciones en el ADN, que, si no resultan letales, podrían ser transmitidas a las generaciones siguientes, aumentando la variación genética.
- Selección natural acelerada: Los individuos menos adaptados al ambiente radiactivo pueden no sobrevivir, dejando una población más adaptada. Este proceso puede reducir la diversidad genética al favorecer solo ciertas características.
- Efectos específicos de la radiación: Diferentes niveles de radiación en el entorno podrían influir en cómo se expresan y evolucionan ciertos genes.
El caso de los perros de Chernóbil representa una oportunidad única para observar procesos evolutivos a una velocidad inusual. Mientras que los cambios genéticos en animales suelen tomar miles de años, las condiciones extremas creadas por el desastre nuclear parecen haber acelerado este proceso en tan solo cuatro décadas.
La investigación aún está en sus primeras etapas, y aunque no se pueden extrapolar conclusiones definitivas, los cambios observados en estas especies ofrecen un vistazo fascinante a cómo la vida puede adaptarse rápidamente a condiciones extremas.
Este descubrimiento plantea preguntas fundamentales sobre cómo la radiación afecta a los ecosistemas y la genética. Además, podría tener implicaciones más amplias, como el desarrollo de tratamientos para enfermedades humanas o la comprensión de cómo la vida puede adaptarse a ambientes extremos, incluso fuera de la Tierra.
Por ahora, los perros de Chernóbil, con su resiliencia y adaptabilidad, simbolizan la sorprendente capacidad de la naturaleza para evolucionar frente a la adversidad. A medida que los investigadores continúan desentrañando este misterio genético, estos animales siguen viviendo bajo la sombra del reactor, recordándonos el poder transformador —y a veces impredecible— de la evolución.
Referencia:
- Science Advances/The dogs of Chernobyl: Demographic insights into populations inhabiting the nuclear exclusion zone. Link.