La astronomĂa estĂ¡ experimentando una revoluciĂ³n gracias a la combinaciĂ³n de inteligencia artificial y la participaciĂ³n de usuarios voluntarios. Un innovador proyecto ha demostrado cĂ³mo esta colaboraciĂ³n puede facilitar la clasificaciĂ³n de galaxias distantes y mejorar la precisiĂ³n en la identificaciĂ³n de objetos astronĂ³micos, marcando un antes y un despuĂ©s en la investigaciĂ³n del cosmos.
La participaciĂ³n de usuarios: Dark Energy Explorers

Todos los usuarios han interactuado alguna vez con un CAPTCHA, esas pruebas visuales diseñadas para distinguir humanos de mĂ¡quinas. Lo que podrĂa parecer una simple herramienta de seguridad es en realidad un ejemplo de cĂ³mo se pueden usar datos humanos para entrenar algoritmos de IA en tareas complejas, como leer palabras distorsionadas en condiciones inusuales. Inspirados en este modelo, un equipo de astrĂ³nomos decidiĂ³ aplicar un enfoque similar para identificar galaxias.
El proyecto, enmarcado en el Experimento de EnergĂa Oscura del Telescopio Hobby-Eberly (HETDEX), busca mapear galaxias ubicadas entre 9 y 11 mil millones de años luz de distancia. Estas galaxias contienen informaciĂ³n crucial sobre la velocidad de expansiĂ³n del universo y la historia cĂ³smica entre 6 y 10 mil millones de años atrĂ¡s. Sin embargo, analizar la enorme cantidad de datos astronĂ³micos que genera este estudio representa un desafĂo monumental.
Para abordar este reto, los cientĂficos crearon el programa Dark Energy Explorers, diseñado para entrenar a usuarios en la clasificaciĂ³n de imĂ¡genes astronĂ³micas sin requerir conocimientos tĂ©cnicos. Estas imĂ¡genes, que a menudo parecen simples patrones de ruido estĂ¡tico, debĂan ser evaluadas por los participantes. Los usuarios podĂan optar por conservar una imagen si creĂan que contenĂa una galaxia o descartarla si no era clara.
Desde el lanzamiento del programa, cerca de 17,000 usuariosde todo el mundo han clasificado casi 200,000 imĂ¡genes, convirtiĂ©ndose en piezas clave de esta iniciativa. Esta colaboraciĂ³n masiva no solo permitiĂ³ avanzar en la organizaciĂ³n de los datos, sino tambiĂ©n generar un conjunto estructurado que sirviĂ³ como base para entrenar algoritmos de aprendizaje automĂ¡tico.
Entrenando a la IA: El algoritmo t-SNE

El siguiente paso consistiĂ³ en integrar los datos clasificados por humanos en un sistema de inteligencia artificial basado en el algoritmo t-distributed stochastic neighbor embedding (t-SNE). Este algoritmo utiliza puntuaciones asignadas a cada imagen: un 1 si los usuarios consideraban que contenĂa una galaxia, y un 0 si decidĂan descartarla. Las puntuaciones promedio entre 0 y 1 proporcionaron al algoritmo un marco para aprender a identificar galaxias.
El entrenamiento del algoritmo demostrĂ³ ser notablemente efectivo. En pruebas realizadas con nuevas imĂ¡genes, el t-SNE alcanzĂ³ un 92 % de precisiĂ³n al caracterizar imĂ¡genes con puntuaciones de 0.3 o menores y una coincidencia del 98 % con las decisiones humanas para imĂ¡genes con puntuaciones de 0.1 o inferiores. AdemĂ¡s, la IA mostrĂ³ capacidad para detectar artefactos, es decir, errores sistemĂ¡ticos en los datos provenientes de fallas en el telescopio o el software de limpieza.
A pesar de trabajar inicialmente con 1.2 millones de imĂ¡genes, los cientĂficos planean aplicar este enfoque a la totalidad del conjunto de datos HETDEX, que es 1,000 veces mĂ¡s grande. Uno de los hallazgos mĂ¡s significativos fue que la IA pudo descartar de manera eficiente alrededor del 5 % de las imĂ¡genes debido a errores o ruido excesivo, facilitando asĂ anĂ¡lisis mĂ¡s precisos en el futuro.
Sin embargo, el sistema no estĂ¡ exento de limitaciones. Un problema identificado es el sesgo sistemĂ¡tico hacia el descarte de fuentes cercanas a la Tierra, lo que podrĂa aumentar la contaminaciĂ³n de datos en exploraciones mĂ¡s profundas del universo. AdemĂ¡s, los investigadores reconocieron que los usuarios, ni siquiera los expertos estĂ¡n exentos de cometer errores en la clasificaciĂ³n de galaxias. Por esta razĂ³n, sostienen que la combinaciĂ³n de cientĂficos expertos, voluntarios capacitados e IA proporciona resultados mĂ¡s sĂ³lidos que cualquiera de estos elementos trabajando por separado.
Un Futuro colaborativo en la astronomĂa
El Ă©xito de proyectos como Dark Energy Explorers subraya el potencial de la ciencia colaborativa en la era digital. La combinaciĂ³n de la inteligencia humana con el poder de la IA no solo amplĂa la cantidad de informaciĂ³n que los astrĂ³nomos pueden procesar, sino que tambiĂ©n fomenta una comunidad cientĂfica mĂ¡s grande y diversa.
A medida que los datos astronĂ³micos continĂºan creciendo en volumen y complejidad, iniciativas como esta pueden convertirse en un modelo para resolver otros desafĂos cientĂficos. Con la ayuda de voluntarios y sistemas de IA cada vez mĂ¡s avanzados, el estudio del universo sigue superando barreras, acercĂ¡ndonos un paso mĂ¡s a comprender los misterios del cosmos.
Finalmente, puedes entrar al programa aquĂ.
La uniĂ³n de tecnologĂa y ciencia ciudadana promete ser uno de los motores mĂ¡s potentes para el futuro de la investigaciĂ³n astronĂ³mica y mĂ¡s allĂ¡.
Referencia:
- McDoland Observatory/The Hobby-Eberly Telescope Dark Energy Experiment. Link.