En 2023, una nueva enfermedad infecciosa provocó más muertes que el COVID-19, el virus que nos mantuvo encerrados por casi medio año. Se trata de la tuberculosis, quien según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud destacó que esta enfermedad prevenible y tratable, sigue representando un desafío crítico para la salud del mundo.
Enfermedad infecciosa que destrona al COVID

Según los datos recopilados por la OMS en 193 países, la tuberculosis causó 1,25 millones de fallecimientos en 2023, mientras que el COVID-19 registró 320,000 fallecimientos en el mismo período. Además, 10,8 millones de personas enfermaron de de esta enfermedad infecciosa el año pasado, mostrando un aumento sostenido respecto a los años anteriores de esta enfermedad infecciosa.
La mayoría de los casos se concentran en 30 países, con India, Indonesia, China, Filipinas y Pakistán acumulando el 56% de la carga global.
La tuberculosis, causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, es curable en el 85% de los casos cuando se detecta a tiempo. Sin embargo, sin tratamiento adecuado, casi la mitad de los pacientes no sobreviven.
Avances y retos en la lucha contra la tuberculosis

Aunque las cifras de 2023 son alarmantes, la tendencia general muestra una disminución en las muertes relacionadas con la enfermedad infecciosa desde 2021, cuando alcanzaron un máximo de 1,42 millones. Aun así, el número actual sigue siendo elevado en comparación con los niveles previos a la pandemia de 2019, que registraron 1,34 millones de muertes.
En el horizonte, hay esperanza con seis nuevas vacunas en ensayos clínicos de fase III, las cuales podrían estar disponibles en los próximos cinco años. Estas podrían revolucionar el tratamiento y la prevención de la tuberculosis.
La lucha contra esta enfermedad infecciosa enfrenta un desafío económico significativo. En 2023, sólo se destinaron 5,700 millones de dólares a servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento, lejos del objetivo de la OMS de 22,000 millones de dólares anuales para 2027.
De igual manera, la inversión en investigación fue de apenas 1,000 millones de dólares, muy por debajo de los 5,000 millones anuales necesarios para avanzar en nuevos tratamientos y herramientas de detección.
“El hecho de que la tuberculosis siga matando y enfermando a tantas personas es indignante, cuando tenemos las herramientas para prevenirla, detectarla y tratarla”.
Así señaló el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.
Un objetivo a largo plazo

La OMS y los Estados Miembros de las Naciones Unidas han establecido la ambiciosa meta de erradicar la tuberculosis para 2030. Sin embargo, describen este objetivo como “una meta lejana” debido a los obstáculos financieros y logísticos.
A pesar de ello, la organización destaca varias tendencias positivas, incluyendo el desarrollo de nuevas vacunas y la disminución gradual de las muertes relacionadas con la tuberculosis en los últimos años.
La tuberculosis, una enfermedad prevenible y tratable, ha vuelto a posicionarse como el principal desafío de salud pública entre las enfermedades infecciosas. Si bien existen avances prometedores, la insuficiencia de recursos financieros y el aumento en los casos subrayan la necesidad de una respuesta global más contundente.
La lucha contra esta enfermedad no solo requiere avances científicos, sino también compromisos políticos y económicos significativos para garantizar que las herramientas existentes y futuras lleguen a las personas que más las necesitan. El reto es enorme, pero con la colaboración adecuada, la erradicación de la tuberculosis podría ser alcanzable en las próximas décadas.
Referencia:
- World Health Organization/Tuberculosis resurges as top infectious disease killer. Link.