Terraplanistas intentan llegar al “borde del mundo” y fracasan épicamente en el intento

En 2020, una pareja italiana de terraplanistas, convencida de que la Tierra es plana, decidió navegar hacia el supuesto ‘borde del mundo’ cerca de Sicilia. Su travesía, sin embargo, culminó en desorientación y fracaso, evidenciando la inconsistencia de su creencia de que la Tierra es plana.

La travesía hacia el “borde” de la Tierra

La pareja, originaria de Venecia, vendió su automóvil para adquirir un barco y emprender su viaje durante las restricciones de la pandemia de COVID-19

Terraplanistas intentan llegar al “borde del mundo” y fracasan épicamente en el intento

Su objetivo era llegar a Lampedusa, isla que consideraban el fin del mundo. Curiosamente, utilizaban como guía una brújula, el instrumento basado en el magnetismo terrestre, un principio que contradice sus propias creencias. 

Salvatore Zichichi, del Ministerio de Salud italiano, comentó para el diario La Stampa: “Lo curioso es que se orientan con la brújula, un instrumento que funciona sobre la base del magnetismo terrestre. Un principio que, como terraplanistas, deberían rechazar”. 

Durante su travesía, en lugar de llegar a Lampedusa, terminaron en la isla de Ustica, a unos 100 kilómetros de su destino original. Las autoridades los pusieron en cuarentena debido a las restricciones sanitarias vigentes. Sin embargo, la pareja de terraplanistas intentó escapar en repetidas ocasiones para continuar su misión, pero fueron detenidos y finalmente desistieron de su objetivo, regresando al continente en ferry tras cumplir la cuarentena.

La persistencia de la creencia en la Tierra plana

Terraplanistas intentan llegar al “borde del mundo” y fracasan épicamente en el intento

A pesar de la abrumadora evidencia científica que demuestra que la Tierra es esférica, el movimiento terraplanista ha ganado notoriedad en los últimos años. Sus seguidores sostienen teorías que desafían conocimientos científicos establecidos, argumentando que la Tierra es un disco plano rodeado por un muro de hielo (identificado con la Antártida) y que la gravedad es una farsa, además, sostienen que las imágenes satelitales y otras pruebas son fabricaciones. 

Esta creencia ha llevado a algunos a planear expediciones para encontrar el supuesto “borde” de la Tierra. Por ejemplo, se han propuesto viajes a la Antártida con el objetivo de descubrir el límite del mundo. Estas iniciativas, aunque carecen de fundamentos científicos, reflejan el deseo de estos individuos de validar sus convicciones a través de experiencias directas.

La comunidad terraplanista también organiza conferencias y eventos para discutir y promover sus teorías. Estas reuniones sirven como plataformas para compartir ideas y estrategias, así como para planificar futuras expediciones que buscan desafiar el consenso científico.

El desafío de confrontar creencias infundadas

La persistencia de teorías como la de la Tierra plana plantea desafíos en la era de la información. A pesar de la facilidad de acceso al conocimiento científico y las pruebas empíricas, algunas personas optan por creer en ideas desacreditadas. 

Esto puede deberse a desconfianza en las instituciones, la influencia de comunidades en línea que refuerzan estas creencias, o la atracción hacia explicaciones alternativas que parecen ofrecer respuestas sencillas a preguntas complejas.

Discutir estas creencias requiere empatía y educación. En lugar de ridiculizar, es esencial que se fomente el pensamiento crítico y proporcionar recursos que permitan a las personas evaluar la evidencia por sí mismas. Además, es importante reconocer las motivaciones subyacentes que llevan a individuos a adoptar estas creencias y trabajar para reconstruir la confianza en la ciencia y las instituciones. 

Esta anécdota de la fallida expedición de esta pareja italiana de terraplanistas destaca las contradicciones inherentes en las creencias terraplanistas. A pesar de sus esfuerzos por demostrar su teoría, la realidad y las leyes científicas prevalecieron. 

Este incidente resalta la importancia de la educación científica y el pensamiento crítico en la sociedad actual. También nos invita a tratar con empatía y compresión las creencias erróneas, y a promover siempre el conocimiento basado en evidencia.

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