La tecnología médica ha dado un paso revolucionario con el desarrollo de un ojo biónico conocido como el Sistema de Visión Biónica Gennaris, una innovación que ofrece esperanza a millones de personas con ceguera al restaurar la capacidad de percibir imágenes mediante estimulación cerebral directa.
¿Cómo funciona el ojo biónico?

El Sistema Gennaris se basa en una tecnología innovadora que evita los nervios ópticos dañados y transmite señales visuales directamente al cerebro. A diferencia de otros intentos previos de restauración de la visión, este ojo biónico no depende de la funcionalidad de los ojos. En cambio, emplea un implante cerebral que interpreta estímulos eléctricos y los traduce en imágenes visuales percibidas por el usuario.
Este sistema consta de varios componentes clave. Primero, el usuario lleva un casco equipado con una cámara en miniatura que captura imágenes del entorno. Estas imágenes son procesadas por una unidad de procesamiento de visión, la cual extrae las características más relevantes y las convierte en señales específicas. Luego, estas señales se transmiten de forma inalámbrica a los implantes cerebrales, también llamados “azulejos”, que están estratégicamente colocados en la corteza visual del cerebro.
Cada uno de estos implantes contiene un receptor inalámbrico y 43 microelectrodos que estimulan directamente las neuronas responsables de la visión. De este modo, los pacientes pueden percibir formas y contornos básicos, lo que les permite realizar tareas esenciales como la navegación y el reconocimiento de objetos. Los primeros ensayos en animales, realizados con ovejas, han demostrado resultados positivos, con efectos adversos mínimos. Ahora, los investigadores están preparando los primeros ensayos clínicos en humanos en Melbourne, con la esperanza de lograr una adopción más amplia en el futuro.
Avances claves en la tecnología de implantes visuales

El corazón de este ojo biónico es un implante cerebral inalámbrico que puede colocarse sobre la superficie de la corteza visual. Hasta 11 de estos implantes, del tamaño de una uña del pulgar, pueden instalarse simultáneamente para mejorar la calidad de la percepción visual. Mediante la estimulación de las neuronas con pequeños pulsos eléctricos, el cerebro interpreta la información como imágenes visuales.
Uno de los mayores desafíos en el desarrollo de ojos biónicos ha sido reproducir la estructura natural del ojo humano. Las primeras versiones de esta tecnología no lograban emular la forma cóncava de la retina, lo que limitaba significativamente el campo de visión del usuario. Sin embargo, el Sistema Gennaris ha logrado superar esta barrera, permitiendo una visión más natural y amplia.
Actualmente, el sistema proporciona un campo de visión de 100 grados, lo que, aunque menor que los 130 grados del ojo humano, representa un avance notable frente a las tecnologías previas, que apenas alcanzaban los 70 grados. Además, el uso de nanocables más sensibles ha optimizado la rapidez con la que el sistema procesa las imágenes, reduciendo los tiempos de respuesta y mejorando la experiencia visual del usuario.
Otra ventaja clave del sistema Gennaris es su independencia de la retina y el nervio óptico. Esto lo hace particularmente útil para personas con ceguera causada por daño en los ojos, quienes en el pasado no tenían opciones viables de tratamiento. Gracias a su enfoque en la estimulación cerebral directa, este dispositivo podría restaurar la percepción visual en una amplia variedad de casos, ofreciendo una solución sin precedentes.
Implicaciones futuras y el impacto en la medicina

El desarrollo del Sistema de Visión Biónica Gennaris representa un hito en el tratamiento de la ceguera. No solo promete devolver la visión a quienes la han perdido, sino que también abre nuevas posibilidades para la interacción entre el cerebro y la tecnología. Este avance es el resultado de casi una década de investigación por parte de la Universidad de Monash en Australia y su equipo de expertos en neurociencia, ingeniería y tecnología biomédica.
Si los ensayos clínicos en humanos tienen éxito, se espera que este sistema pueda integrarse en tratamientos médicos convencionales en los próximos años. Esto podría cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo, particularmente aquellas con ceguera irreversible causada por enfermedades degenerativas o daños en el nervio óptico. Además, esta tecnología podría evolucionar para mejorar la calidad de visión de personas con discapacidad visual parcial, expandiendo su utilidad más allá de los casos de ceguera total.
El éxito del Sistema Gennaris también podría sentar las bases para otros implantes biónicos destinados a diferentes áreas del cerebro. Los avances en neuroestimulación podrían permitir, en un futuro no muy lejano, restaurar funciones sensoriales o motoras perdidas, ofreciendo soluciones a condiciones neurológicas actualmente intratables.
El desarrollo del primer ojo biónico del mundo marca un cambio radical en la medicina moderna, con la posibilidad de transformar la vida de millones de personas y sentar las bases para futuras innovaciones en la neurotecnología y la restauración sensorial.
Referencia:
- Monash University/Gennaris Bionic Eye. Link.