Babosa de mar con energía solar es el primer animal conocido en usar la fotosíntesis

La frontera entre el reino animal y el vegetal ha sido tradicionalmente clara, pero el descubrimiento de Elysia chlorotica, una babosa marina capaz de realizar la fotosíntesis, ha desafiado esta distinción. Este fenómeno, resultado de una simbiosis única con las algas, ha captado la atención de la comunidad científica y plantea nuevas preguntas sobre la evolución y la biología celular.

Elysia chlorotica: una babosa fotosintética

Babosa de mar con energía solar es el primer animal conocido en usar la fotosíntesis

Elysia chlorotica es una babosa marina que habita en la costa este de Estados Unidos y Canadá. Su peculiaridad radica en su capacidad de incorporar cloroplastos de su alimento, el alga Vaucheria litorea, y utilizarlos para llevar a cabo la fotosíntesis. Este proceso, denominado cleptoplastia, le permite obtener energía directamente de la luz solar, un rasgo que hasta ahora se consideraba exclusivo de las plantas.

Cuando la babosa consume el alga, absorbe sus cloroplastos intactos mediante un mecanismo llamado fagocitosis, en el que células especializadas de su tracto digestivo engullen estas estructuras y las mantienen funcionales en su organismo. Lo extraordinario es que E. chlorotica puede sobrevivir hasta nueve meses sin ingerir más algas, dependiendo únicamente de la energía generada por la fotosíntesis.

Este fenómeno ha sido objeto de estudio durante décadas. Investigaciones lideradas por el profesor Sidney K. Pierce han demostrado que la babosa no solo roba los cloroplastos, sino también genes del alga necesarios para su mantenimiento. Este hallazgo sugiere la existencia de transferencia horizontal de genes (HGT), un mecanismo común en bacterias, pero inusual en organismos multicelulares como E. chlorotica.

La función de los cloroplastos en la babosa marina

Babosa de mar con energía solar es el primer animal conocido en usar la fotosíntesis

Los cloroplastos son orgánulos esenciales en las células vegetales, responsables de convertir la luz solar en energía química mediante la fotosíntesis. Contienen su propio ADN, aunque dependen en gran medida del núcleo de la célula vegetal para la producción de proteínas esenciales. En condiciones normales, los cloroplastos robados por un organismo externo deberían degradarse con el tiempo debido a la falta de soporte genético. Sin embargo, en E. chlorotica, la presencia de genes de fotosíntesis en su propio ADN permite que los cloroplastos sigan funcionando durante períodos prolongados.

Uno de los descubrimientos más recientes es que la babosa puede sintetizar clorofila a, el pigmento esencial para la fotosíntesis. La clorofila absorbe luz azul y roja, lo que explica el color verde característico de las plantas y, en este caso, de la babosa. Al integrar los genes del alga en su núcleo, E. chlorotica logra mantener el funcionamiento de los cloroplastos mucho después de haber consumido su último bocado de V. litorea.

Implicaciones científicas y tecnológicas

Babosa de mar con energía solar es el primer animal conocido en usar la fotosíntesis

El caso de Elysia chlorotica es un ejemplo fascinante de evolución y adaptación. Su capacidad de realizar fotosíntesis no solo amplía nuestra comprensión sobre la transferencia de genes entre especies, sino que también plantea interrogantes sobre posibles aplicaciones en biotecnología. Si la fotosíntesis puede ser inducida en animales a través de la manipulación genética, podrían surgir innovaciones en bioingeniería, como organismos que generen su propia energía sin necesidad de consumir alimentos de manera tradicional.

Además, el estudio de la cleptoplastia en babosas marinas podría inspirar avances en la creación de fuentes de energía renovable. Aunque la posibilidad de humanos que obtengan energía del sol sigue siendo especulativa, comprender cómo E. chlorotica ha logrado esta hazaña abre la puerta a futuras investigaciones en biología sintética y bioenergía.

Elysia chlorotica representa un fenómeno único en la naturaleza: un animal que, al adoptar características vegetales, ha logrado expandir los límites del metabolismo animal. Su capacidad de realizar la fotosíntesis gracias a la transferencia de genes del alga V. litorea es un testimonio de la flexibilidad y adaptabilidad de la vida. A medida que la ciencia avanza, este caso podría ofrecer claves sobre nuevas formas de simbiosis y aplicaciones revolucionarias en biotecnología y energía sustentable.

Referencia:

  • Nature/A draft genome assembly of the solar-powered sea slug Elysia chlorotica. Link.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio