
La evolución es un fenómeno asombroso. En todo el reino animal, numerosas especies han logrado adaptarse a entornos tan diversos que sus cuerpos se han transformado por completo, confiriéndoles singularidades únicas. Aunque en el caso de los humanos, tales adaptaciones no nos otorgan habilidades extraordinarias, salvo una excepción: la tribu Bajau.
Durante siglos, los Bajau han vivido en armonía con el mar, y la selección natural podría haberlos convertido en buceadores genéticamente más competentes.
La increíble habilidad de los Bajau

Cuando sumerges tu rostro bajo el agua y contienes la respiración, tu cuerpo activa lo que se conoce como el reflejo de inmersión. Este proceso reduce el ritmo cardíaco, estrecha los vasos sanguíneos y contrae el bazo, permitiéndote conservar energía cuando los niveles de oxígeno son bajos.
La mayoría de las personas puede mantener la respiración bajo el agua durante unos pocos segundos o, en el mejor de los casos, unos minutos. Sin embargo, existe un grupo de individuos conocidos como los Bajau que llevan el buceo al extremo: son capaces de sumergirse durante 13 minutos a profundidades de hasta 60 metros. Estos nómadas marinos habitan las aguas de las Filipinas, Malasia e Indonesia, y utilizan esta habilidad para pescar y recolectar elementos naturales utilizados en la artesanía.
Un estudio publicado en 2018 en la revista Cell proporciona las primeras pruebas de que una mutación genética que conduce a un aumento en el tamaño del bazo les otorga a los Bajau una ventaja genética para la inmersión en las profundidades.
El bazo es uno de los órganos menos conocidos del cuerpo humano. A pesar de que técnicamente se puede vivir sin él, este órgano desempeña un papel fundamental en el sistema inmunológico y en el reciclaje de glóbulos rojos.
Un cuerpo adaptado

Investigaciones previas revelaron que las focas, mamíferos marinos que pasan la mayor parte de su vida en el agua, tienen el bazo de tamaño desproporcionado. La autora del estudio, Melissa Ilardo, del Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague, se propuso determinar si ocurría lo mismo con los humanos que practican el buceo. Durante un viaje a Tailandia, se enteró de los nómadas del mar y quedó impresionada por sus habilidades legendarias.
“Mi primer objetivo era conocer a la comunidad, no simplemente aparecer con instrumentos científicos y desaparecer. En mi segundo viaje, llevé una máquina de ultrasonidos portátil y material para recolectar muestras de saliva. Visitamos varias casas y obtuvimos imágenes de sus bazos.
Solían tener espectadores. Se sorprendieron al saber que habíamos oído hablar de ellos”.
También recopiló datos de un grupo emparentado llamado los Saluan, que reside en la isla principal de Indonesia. Tras comparar ambas muestras en Copenhague, su equipo descubrió que el tamaño promedio del bazo de un Bajau era un 50% mayor que el de un individuo Saluan.
Los investigadores también identificaron un gen denominado PDE10A, que se cree que regula una hormona tiroidea específica en los Bajau, pero no en los Saluan. En ratones, se ha vinculado esta hormona con el tamaño del bazo, y los ratones con niveles más bajos de esta hormona presentan bazo de menor tamaño.
Ilardo propone que, a lo largo del tiempo, la selección natural habría ayudado a los Bajau, quienes han habitado la región durante miles de años, a desarrollar esta ventaja genética.
Ventajas genéticas

Aunque el tamaño del bazo podría explicar en parte por qué los Bajau tienen estas capacidades excepcionales, es posible que existan otras adaptaciones, según Richard Moon, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke. Moon se enfoca en la respuesta del cuerpo humano a la altitud elevada y a la profundidad extrema.
Cuando un ser humano se sumerge a mayores profundidades, el aumento de la presión hace que los vasos sanguíneos de los pulmones se llenen de más sangre. En situaciones extremas, estos vasos pueden romperse, lo que resultaría en consecuencias mortales. Además de las adaptaciones genéticas heredadas, el entrenamiento regular podría contribuir a prevenir este efecto.
“La pared torácica pulmonar podría adaptarse. Podría desarrollarse cierta elasticidad a medida que te entrenas. El diafragma podría expandirse. Los músculos abdominales podrían ajustarse. En realidad, no sabemos con certeza si estas adaptaciones se producen. El bazo puede contraerse hasta cierto punto, pero no podemos afirmar con certeza si existe una conexión directa entre la hormona tiroidea y el bazo. Es una posibilidad”.
Cynthia Beall, antropóloga de la Universidad de Case Western Reserve, que ha estudiado poblaciones que habitan en altitudes extremas, como los tibetanos en el “tejado del mundo”, considera que el estudio de Ilardo plantea interesantes oportunidades de investigación. Sin embargo, enfatiza la necesidad de obtener más pruebas biológicas cuantificables antes de afirmar con seguridad que un rasgo genético otorga a los Bajau su destreza en el buceo.
“Podríamos medir más detenidamente el bazo, por ejemplo, la fuerza de sus contracciones”.
Más allá del mar

Además de desvelar los secretos de la habilidad de los Bajau, Ilardo sostiene que estos hallazgos podrían tener implicaciones médicas significativas.
El reflejo de inmersión se asemeja a una afección conocida como hipoxia aguda, caracterizada por una rápida privación de oxígeno que, en ocasiones, puede llevar a la muerte. Estudiar a los Bajau podría servir como un nuevo campo de investigación para comprender mejor la hipoxia.
Sin embargo, el estilo de vida de los nómadas del mar se encuentra cada vez más amenazado. Esta comunidad se considera marginada y carece de los mismos derechos de ciudadanía que sus compatriotas de la isla principal. Además, la creciente presencia de la pesca industrial está afectando seriamente su capacidad de subsistencia, ya que disminuye la disponibilidad de peces en las reservas locales. Como resultado, muchos Bajau están optando por abandonar su vida en el mar.
Ilardo y otros expertos han mostrado su preocupación ya que, si los Bajau dejan su estilo de vida, es posible que esta evolución genética y estilo de vida único, desaparezca.
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