El cerebro de una persona durante el orgasmo se ve igual a cuando consume drogas

Desde hace décadas, la ciencia ha revelado sorprendentes similitudes  entre el orgasmo y el consumo de heroína, especialmente con lo que pasa en el cerebro. Investigaciones neurológicas han demostrado que ambos eventos activan los mismos circuitos cerebrales, generando placer y euforia a través de la liberación de endorfinas. Comprender este fenómeno no solo ayuda a explicar la adicción, sino que también proporciona claves sobre el funcionamiento del sistema de recompensa del cerebro.

Descubrimiento de los receptores opiáceos en el cerebro

El cerebro de una persona durante el orgasmo se ve igual a cuando consume drogas

En 1972, investigadores de la Universidad Johns Hopkins hicieron un hallazgo crucial: el cerebro humano contiene receptores específicos para los opiáceos, como la heroína y la morfina. Esto planteó una incógnita fundamental: ¿por qué el cerebro tendría receptores para sustancias externas que provienen de una planta? La respuesta llegó con el descubrimiento de las endorfinas, neurotransmisores que el propio organismo produce y que cumplen funciones similares a las drogas opiáceas.

Las endorfinas actúan como analgésicos naturales y generadores de bienestar, liberándose en situaciones de estrés, dolor y placer. Activan los mismos receptores cerebrales que la heroína, lo que explica la sensación de euforia que provoca el orgasmo. Al igual que los opiáceos, las endorfinas inundan las sinapsis neuronales, inhibiendo el dolor y estimulando una respuesta de placer intenso.

Este proceso convierte al orgasmo en una experiencia neuroquímica comparable al efecto inicial de la heroína, donde el cerebro es inundado por una sensación de alivio y satisfacción. Sin embargo, a diferencia de la droga, la producción endógena de endorfinas está regulada por el organismo, evitando los efectos adversos asociados con la adicción y la tolerancia.

Similitudes entre el orgasmo y el consumo de heroína

El cerebro de una persona durante el orgasmo se ve igual a cuando consume drogas

Los efectos de la heroína en el cerebro han sido ampliamente documentados. Tras su consumo, la sustancia se convierte en morfina y se une a los receptores opiáceos, generando una euforia intensa y una profunda sensación de bienestar. Esta experiencia ha sido descrita por los adictos como un placer absoluto, comparable incluso al orgasmo.

Las imágenes cerebrales han revelado que, durante el clímax sexual, el cerebro se activa de manera similar a cuando se consume heroína. La corteza prefrontal se desactiva, lo que reduce el juicio y el control racional, mientras que el sistema límbico, responsable de las emociones y el placer, se activa de manera intensa. La dopamina, un neurotransmisor clave en la sensación de recompensa, se libera en grandes cantidades, reforzando la sensación de placer y gratificación.

Además, el orgasmo provoca la liberación de oxitocina, la “hormona del amor”, que refuerza los lazos emocionales y contribuye a la sensación de satisfacción. Este cóctel neuroquímico es muy similar al generado por la heroína, lo que sugiere que ambos procesos utilizan los mismos mecanismos cerebrales para inducir placer y euforia.

Implicaciones en la comprensión de la adicción

El cerebro de una persona durante el orgasmo se ve igual a cuando consume drogas

Si el orgasmo y el consumo de heroína activan los mismos circuitos cerebrales, surge una pregunta crucial: ¿puede el placer natural generar adicción de la misma manera que una droga? La respuesta radica en la capacidad del cerebro para autorregular la liberación de neurotransmisores.

Mientras que las drogas opiáceas inundan artificialmente el cerebro con niveles excesivos de dopamina y endorfinas, desensibilizando los receptores con el tiempo y generando tolerancia, el placer natural mantiene un equilibrio. Sin embargo, en ciertos casos, como en la adicción al sexo, se observa un patrón similar al de la drogadicción, donde el cerebro busca repetir la experiencia una y otra vez para obtener el mismo nivel de placer.

Estos hallazgos han permitido un mejor entendimiento de cómo la adicción altera los mecanismos naturales de recompensa del cerebro. También explican por qué algunas personas son más propensas a la adicción que otras, dependiendo de la sensibilidad de su sistema dopaminérgico y la disponibilidad de sus receptores opiáceos.

El cerebro humano responde al orgasmo de manera similar al consumo de heroína, activando los mismos circuitos de placer y recompensa. Este hallazgo ha sido clave en la comprensión de la adicción y del sistema de recompensa del cerebro. Aunque las drogas alteran estos mecanismos de manera artificial y dañina, el placer natural mantiene un equilibrio, permitiendo experimentar bienestar sin los riesgos asociados con la dependencia química.

Referencia:

  • PBS/Heroin in the Brain its Chemestry and Effects. Link.

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