Los huesos de Denny, los únicos restos físicos conocidos de un híbrido humano de primera generación nacido como resultado del mestizaje entre neandertales y denisovanos, fueron descubiertos en la cueva de Denisova, en las montañas Altai de Siberia, en 2012.

Estos huesos de los dedos, cuya antigüedad se estima en unos 90,000 años, fueron bautizados como “Denisova 11” o Denny para abreviar.
Un análisis de ADN de los huesos reveló que Denny era una hembra adolescente de madre neandertal y padre denisovano, lo que confirma el mestizaje entre estas antiguas especies de homínidos.

Otros análisis genómicos sugirieron que el padre denisovano de Denny también tenía un pequeño grado de ascendencia neandertal de muchas generaciones anteriores.
Neandertales y denisovanos, estrechamente emparentados con los humanos modernos, coexistieron en Eurasia hasta que fueron sustituidos por los humanos modernos hace unos 40,000 años.
Aunque en el ADN de los humanos modernos hay pruebas de mestizaje, los restos de Denny son un recordatorio tangible de la hibridación que se produjo en la evolución humana y ponen de relieve la interconexión de las distintas especies de homínidos.