Cosmonauta encuentra una mancha creciendo fuera de la Estación Espacial Internacional y le advierten que huya de inmediato

El espacio exterior, con todo su misterio y grandeza, sigue siendo un lugar donde lo inesperado puede ocurrir en cualquier momento. Este fue precisamente el caso del cosmonauta ruso Oleg Kononenko, cuando se encontró con una situación preocupante mientras realizaba una caminata espacial fuera de la Estación Espacial Internacional (EEI) el 25 de octubre de 2023. Lo que parecía una rutina en la vida de un astronauta, pronto se convirtió en una misión cargada de tensión y desafíos inusuales.

La caminata espacial de los cosmonautas

Cosmonauta encuentra una mancha creciendo fuera de la Estación Espacial Internacional y le advierten que huya de inmediato
Se puede ver una fuga de refrigerante de una línea que lleva el líquido entre dos paneles del radiador después de que los cosmonautas reconfiguraran las vÔlvulas necesarias para aislar el radiador de su depósito de refrigerante. La reconfiguración aparentemente provocó que el líquido residual atrapado en las líneas fluyera por la borda.

Las caminatas espaciales son parte integral de la vida en la EEI, pero rara vez son tan dramĆ”ticas como la que vivieron Oleg Kononenko y su colega Nikolai Chub. Ambos formaban parte de la ā€˜Expedición 70’, una misión que incluĆ­a a otros destacados astronautas de varias agencias espaciales, incluyendo NASA y Roscosmos

El equipo había sido enviado para investigar una serie de temas vitales, desde la salud del corazón en el espacio hasta tratamientos contra el cÔncer y técnicas avanzadas de fabricación. Sin embargo, un problema imprevisto con un radiador externo alteró el curso de la misión.

El radiador en cuestión, ubicado en el módulo Nauka, comenzó a presentar fugas, lo que llevó a Kononenko y Chub a realizar una caminata espacial sin precedentes para investigar y, si era posible, reparar el problema. Este tipo de incidentes no son del todo inusuales en la EEI, pero lo que encontraron los cosmonautas estaba lejos de ser una simple reparación.

Mientras Kononenko lideraba el reconocimiento, informó al Centro de Control de Misión en Moscú sobre la presencia de varios agujeros en el panel del radiador. Lo que hacía que estos agujeros fueran aún mÔs desconcertantes era su distribución caótica y sus bordes extremadamente parejos, como si hubieran sido perforados deliberadamente. A primera vista, no había rastro de refrigerante, lo que indicaba que el problema podía ser mÔs profundo de lo que inicialmente se pensaba.

Sin embargo, los agujeros no eran la única preocupación del cosmonauta. Mientras realizaba su inspección, se encontró con una situación mucho mÔs crítica: una burbuja creciente de refrigerante residual que se había adherido a su cordón de seguridad, el cual lo mantenía conectado a la EEI. Este tipo de burbujas pueden representar un grave riesgo, ya que cualquier contaminación con refrigerante podría dañar su traje espacial o, peor aún, introducir contaminantes en la estación espacial.

Una orden urgente: abandonar la misión

Cosmonauta encuentra una mancha creciendo fuera de la Estación Espacial Internacional y le advierten que huya de inmediato
Vista de cerca de una gota de refrigerante acumulada alrededor de una línea de suministro entre dos paneles del radiador. La burbuja es visible justo a la izquierda del accesorio triangular marrón en la esquina del panel superior.

Ante esta situación, los superiores de Kononenko en el Centro de Control de Misión le dieron una orden clara: abandonar el Ôrea de inmediato y regresar a la EEI. Este tipo de decisiones no se toman a la ligera en el espacio, pero la seguridad del cosmonauta era la prioridad absoluta. A pesar de su experiencia y de ser el primer cosmonauta en pasar 1.000 días en órbita, Kononenko reconoció la gravedad del asunto y siguió las instrucciones, aunque insistió en que nada del líquido había llegado a su traje.

Afortunadamente, la tripulación estaba bien preparada para este tipo de contingencias. Habían llevado consigo paños y toallas específicamente para limpiar cualquier equipo contaminado antes de reingresar a la estación. En el caso de Kononenko, la correa contaminada fue guardada en una bolsa y dejada fuera de la EEI al finalizar la caminata espacial, la cual duró un total de siete horas y 41 minutos.

Este incidente demuestra lo importante que es estar preparados para quienes hacen vida en el espacio. Aunque el circuito de refrigerante principal del módulo Nauka no se vio afectado y la tripulación no estuvo en peligro, según confirmó Roscosmos en una posterior publicación en Telegram.

A pesar del susto, la misión continuó sin mayores contratiempos, y la tripulación de cosmonautas de la Expedición 70 regresó sana y salva a la Tierra el 5 de abril de 2024, después de completar una misión de 191 días, a pesar de que el informe del incidente se dio a conocer apenas ayer.

Referencia:

  • CBS/Russian spacewalkers dodge leaking coolant after pinpointing source of radiator damage. Link.

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