Existe la creencia de que el cuerpo humano se regenera completamente cada siete años, permitiendo que una persona se convierta en una versión completamente nueva de sí misma. Sin embargo, esta idea no es del todo precisa. Las células del cuerpo tienen diferentes ciclos de vida y algunas nos acompañan desde el nacimiento hasta la muerte sin regenerarse.
La renovación del cuerpo humano

El cuerpo humano está en constante renovación celular, pero este proceso varía dependiendo del tipo de célula y su función. La formación de nuevas células ocurre de dos maneras principales. En primer lugar, está la mitosis, un proceso de división celular en el que una célula madre se divide para formar dos células hijas idénticas. Este mecanismo es fundamental para la regeneración de tejidos que están en contacto constante con el entorno, como la piel o el revestimiento del estómago.
La segunda vía de renovación celular del cuerpo humano involucra a las células madre, que poseen una capacidad única para generar copias de sí mismas y diferenciarse en células especializadas. Estas células desempeñan un papel crucial en la producción de glóbulos rojos, neuronas y otras células que no pueden dividirse por sí solas. Sin embargo, el proceso de renovación celular no es ilimitado ni uniforme en todo el cuerpo.
Para que nuevas células puedan cumplir su función, es necesario que las antiguas mueran en un proceso conocido como apoptosis o muerte celular programada. Durante el desarrollo embrionario, este mecanismo es esencial para la formación de estructuras corporales como los dedos, eliminando el tejido sobrante. En la adultez, la muerte celular continúa siendo una parte esencial del equilibrio del organismo. A lo largo de la vida, algunas células son reemplazadas constantemente, mientras que otras permanecen intactas, lo que desmiente la idea de que todo el cuerpo se renueva por completo cada siete años.
La vida útil de las células

Las células del cuerpo humano no tienen un tiempo de vida uniforme, sino que su reemplazo depende de su función y exposición a factores externos. Algunas células tienen una duración extremadamente corta, mientras que otras pueden acompañarnos durante décadas.
Las células de la piel, al ser la primera barrera protectora contra el ambiente, necesitan renovarse constantemente. En un período de dos o tres semanas, las células muertas son reemplazadas por nuevas, asegurando que la piel se mantenga en óptimas condiciones. De manera similar, las células del revestimiento del estómago se renuevan aproximadamente cada dos días, ya que están expuestas al ácido digestivo y deben regenerarse rápidamente para evitar daños.
Los glóbulos rojos tienen una vida útil de aproximadamente cuatro meses antes de ser reemplazados por nuevas células producidas en la médula ósea. Por otro lado, los glóbulos blancos, esenciales para la respuesta inmunológica, pueden durar desde unos pocos días hasta algunas semanas, dependiendo de su tipo y función dentro del organismo.
En contraste, hay células del cuerpo humano que tienen una longevidad mucho mayor. Las células grasas pueden vivir hasta 10 años antes de ser reemplazadas. Los huesos del cuerpo humano, aunque parezcan estructuras inertes, también están en constante remodelación y se renuevan completamente cada década.
Sin embargo, algunas células no se regeneran con el tiempo y permanecen con nosotros a lo largo de toda la vida. Este es el caso de la mayoría de las neuronas del cerebro, que, a diferencia de otras células del cuerpo, no se dividen ni se reemplazan. Aunque investigaciones recientes sugieren que el hipocampo, la región del cerebro encargada de la memoria, podría generar nuevas neuronas en ciertas condiciones, la mayoría de las células cerebrales nos acompañan desde el nacimiento hasta la muerte. De manera similar, el esmalte dental no tiene la capacidad de regenerarse, lo que explica por qué las caries y el desgaste en los dientes son permanentes. Los cristalinos de los ojos también permanecen inalterados a lo largo de la vida, lo que significa que los mismos lentes naturales con los que nacemos siguen siendo los mismos que utilizamos en la vejez.
La realidad detrás del mito

La idea de que el cuerpo humano se reemplaza por completo cada siete años proviene de una interpretación errónea de la renovación celular. Si bien es cierto que muchas células del cuerpo tienen ciclos de vida cortos y se regeneran continuamente, esto no se aplica a todos los tejidos y órganos. Algunas células permanecen inalteradas durante décadas, y en ciertos casos, nunca son reemplazadas.
El cuerpo humano funciona de manera similar a un vehículo en el que algunas piezas se cambian con frecuencia, mientras que otras se mantienen intactas durante toda la vida útil del automóvil. Aunque las células de la piel, la sangre y el sistema digestivo se renuevan constantemente, hay estructuras como el cerebro y los dientes que no se regeneran, lo que demuestra que el cuerpo no es completamente nuevo cada siete años.
Si bien el cuerpo humano está en constante renovación, la idea de que todas las células se reemplazan en un período de siete años es un mito. Algunas células se regeneran en cuestión de días, mientras que otras pueden tardar décadas o incluso permanecer inalteradas durante toda la vida. La regeneración celular es un proceso complejo que varía según la función de cada tejido, lo que significa que, aunque algunas partes de nuestro cuerpo cambien con el tiempo, siempre hay células que nos acompañan desde el nacimiento hasta el final de nuestras vidas.
Referencia:
- Cell System/Diploid hepatocytes drive physiological liver renewal in adult humans. Link.