El descubrimiento de los cuerpos petrificados en Pompeya siempre ha sido un atractivo turÃstico para millones de visitantes cada año. Sin embargo, ¿qué pasarÃa si te dijera que no son realmente cuerpos, sino más bien impresiones de yeso hechas por arqueólogos en el siglo XIX?
La historia cuenta que la ciudad de Pompeya fue destruida por la erupción del Monte Vesubio en el 79 d.C. La lava y las cenizas cubrieron la ciudad y mataron a la mayorÃa de sus habitantes.
Aunque muchos piensan que los cuerpos de piedra de Pompeya son los cadáveres petrificados de los ciudadanos romanos, en realidad se trata de moldes de yeso hechos a partir de las cavidades en la ceniza dejadas por los cuerpos en descomposición.Â

La creación de los moldes de yeso se remonta a las excavaciones llevadas a cabo en el siglo XIX por el arqueólogo italiano Giuseppe Fiorelli. Durante el proceso, los excavadores descubrieron que el material volcánico que cubrÃa a las vÃctimas habÃa dejado huecos que reproducÃan la forma exacta de los cuerpos en el momento de su muerte. Al llenar estos huecos con yeso, Fiorelli pudo hacer moldes que representaban con gran detalle la forma y posición de los cuerpos.
Los moldes de yeso se convirtieron en una de las formas más populares para mostrar la muerte en Pompeya debido a la gran cantidad de vacÃos que dejaron los cuerpos en descomposición. Fue gracias a la visión y la habilidad de los arqueólogos italianos del siglo XIX que se logró dar vida a estas formas vacÃas con los moldes de yeso.
Además, los moldes de yeso también revelan mucho sobre la vida cotidiana de los antiguos ciudadanos de Pompeya, desde la forma en que se vestÃan y se peinaban hasta lo que comÃan y bebÃan. Los moldes muestran personas en poses que indican que estaban comiendo, durmiendo, corriendo, orando, entre otras actividades.
En definitiva, aunque los moldes de yeso no son cuerpos de piedra como comúnmente se piensa, siguen siendo una forma conmovedora y fascinante de representar la vida y la muerte en la antigua Pompeya.