El Parque Nacional de Yellowstone, conocido por su majestuosidad natural y fenómenos geotérmicos únicos, ha sido escenario de numerosos eventos tanto maravillosos como trágicos. Uno de los más desgarradores ocurrió el 20 de julio de 1981, cuando un joven de 24 años, David Allen Kirwan, perdió la vida en un intento desesperado por salvar a un perro atrapado en las aguas hirvientes de una fuente termal.
El heroísmo que condujo a la tragedia

David Allen Kirwan, originario de La Cañada Flintridge, California, se encontraba de viaje con su amigo Ronald Ratliff y el perro de este último, un pastor alemán llamado Moosie. Los tres habían llegado al área de Fountain Paint Pot en Yellowstone para disfrutar de las maravillas naturales del parque. Sin embargo, lo que debía ser un día de exploración y disfrute se transformó en una pesadilla cuando Moosie, quizás confundido o asustado, escapó del vehículo y se precipitó hacia la Celestine Pool, una fuente termal con temperaturas que superan los 93 °C.
El desesperado aullido del perro atrapado en las aguas hirvientes hizo que Kirwan actuara de inmediato. Sin considerar el peligro extremo que representaba el agua, Kirwan se lanzó de cabeza en un intento de salvar a Moosie. Testigos en el lugar intentaron detenerlo, advirtiéndole del riesgo, pero su amor por el perro y su instinto de protección fueron más fuertes. Ignorando los gritos de advertencia, David Allen Kirwan saltó al agua.
Las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras. A medida que Kirwan nadaba hacia el perro, el calor insoportable del agua comenzó a afectar su cuerpo. A pesar de los intensos dolores, logró llegar a Moosie y liberar al perro de su tormento antes de que él mismo sucumbiera al calor. Ratliff, quien había corrido tras Kirwan, sufrió graves quemaduras en los pies mientras intentaba rescatar a su amigo.
Otros visitantes del parque lo sacaron del agua, pero David Allen Kirwan ya estaba gravemente herido. Su piel comenzaba a desprenderse, y sus ojos mostraban signos de ceguera debido al calor. Apenas consciente, Kirwan repetía una y otra vez: “Eso fue una estupidez. ¿Qué tan mal estoy? Hice algo estúpido”.
Kirwan fue trasladado de urgencia a un hospital en Salt Lake City, donde luchó por su vida durante la noche. Sin embargo, las quemaduras de tercer grado que cubrían la mayor parte de su cuerpo eran demasiado graves. Murió al día siguiente, el 21 de julio de 1981. Moosie también pereció en la fuente termal, y su cuerpo nunca fue recuperado.
Los peligros ocultos de Yellowstone

El trágico destino de David Allen Kirwan nos recuerda los peligros que existen en los parques nacionales, especialmente en áreas geotérmicas como Yellowstone. Las fuentes termales del parque, aunque fascinantes y bellas, son extremadamente peligrosas. Muchas de ellas mantienen temperaturas superiores a los 65 °C, y algunas, como la Celestine Pool, pueden alcanzar hasta 96 °C, casi al punto de ebullición del agua en la altitud del parque.
Desde 1870, Yellowstone ha registrado 22 muertes debido a quemaduras en sus fuentes termales. La mayoría de estas tragedias ocurrieron por accidentes o descuidos, como personas que cayeron en el agua al resbalar o perder el equilibrio. Sin embargo, el caso de Kirwan fue el primero registrado de una persona que saltó por su propia voluntad.
Otros casos de rescates fatales

Desafortunadamente, el caso de David Allen Kirwan no es único. Yellowstone ha sido testigo de otros incidentes en los que el amor por una mascota o el impulso de salvar una vida han llevado a situaciones igualmente peligrosas.
En 2001, un hombre de 39 años de Washington sufrió quemaduras de segundo grado al intentar rescatar a su perro, que había saltado a una fuente termal. Afortunadamente, el hombre sobrevivió y fue dado de alta del hospital al día siguiente, pero su perro no tuvo la misma suerte. En otro incidente en 2014, un hombre en el desierto de Black Rock, Nevada, fue hospitalizado con quemaduras graves después de intentar salvar a su perro de una fuente termal. Aunque este hombre también sobrevivió, no deja de evidenciar el peligro de estas aguas termales.
Un caso particularmente espeluznante ocurrió en junio de 2016, cuando un hombre de Portland, Oregón, se desvió del sendero permitido en el Parque Nacional de Yellowstone y cayó en una fuente termal cercana al géiser Norris Basin. Su hermana, que estaba con él en ese momento, vio cómo caía y avisó a las autoridades, pero el calor extremo y la acidez del agua hicieron imposible la recuperación de su cuerpo.
David Allen Kirwan es recordado en su pueblo natal, no solo por su heroísmo, sino por su amor inconmensurable, a pesar del peligro. Un amor que muy pocas personas tienen presentes con los animales y sus mascotas.
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