El Demonio de Tasmania regresa tres mil años después

El demonio de Tasmania, los marsupiales carnívoros más grandes del mundo, desaparecieron del continente australiano hace unos 3.000 años debido a la competencia con los dingos. Sin embargo, en 2020, un grupo de organizaciones ambientales llevó a cabo un ambicioso programa de reintroducción en un santuario protegido de Australia. Este esfuerzo ha comenzado a dar frutos con el nacimiento de nuevas crías, lo que supone un paso clave en la restauración del equilibrio ecológico. Además de su importancia en la biodiversidad, estos animales también cumplen un rol fundamental en el control de especies invasoras.

El éxito de la reintroducción del demonio de Tasmania

El Demonio de Tasmania regresa tres mil años después

En 2020, la organización Aussie Ark, en colaboración con Re:wild, WildArk y el Australian Reptile Park, liberó 11 demonios de Tasmania en un santuario de Nueva Gales del Sur. A esta iniciativa se sumó la posterior introducción de 21 ejemplares adicionales, lo que permitió aumentar la población en un entorno controlado y seguro.

Uno de los hitos más importantes de este programa ocurrió en 2023, cuando Lisa, una de las primeras hembras liberadas, dio a luz a tres crías sanas. Este evento marcó el primer nacimiento confirmado en estado salvaje en el continente en miles de años. Según Tim Faulkner, director de Aussie Ark, se espera que este año nazcan al menos 45 nuevas crías en el santuario.

La importancia de este proyecto radica en que los demonios de Tasmania son carroñeros naturales que ayudan a controlar la propagación de enfermedades y la sobrepoblación de especies invasoras, como los gatos y zorros salvajes. Su reintroducción es fundamental para restaurar el equilibrio del ecosistema australiano.

El desafío de su conservación

El Demonio de Tasmania regresa tres mil años después

A pesar del éxito inicial, la conservación del demonio de Tasmania enfrenta un obstáculo crítico: el tumor facial transmisible del demonio de Tasmania (DFTD, por sus siglas en inglés). Se trata de una rara forma de cáncer contagioso que ha diezmado hasta el 90 % de la población en la isla de Tasmania desde su aparición en la década de 1990. Este cáncer se propaga cuando los demonios se muerden entre sí durante peleas o interacciones sociales.

Un estudio de la Berkeley Scientific Journal destacó que algunos demonios han desarrollado resistencia a la enfermedad gracias a una mutación en el gen RASL11A, lo que sugiere que la evolución natural podría jugar un papel crucial en la supervivencia de la especie. Los científicos también están explorando programas de vacunación y cría en cautiverio para fortalecer la diversidad genética de la población y mejorar su resistencia al DFTD​.

El futuro del demonio de Tasmaniademonio de Tasmania

El Demonio de Tasmania regresa tres mil años después

El éxito inicial del programa de reintroducción ha inspirado a los conservacionistas a considerar la restauración de otras especies australianas en peligro. Aussie Ark planea reintroducir más animales clave en los próximos años, incluyendo quolls orientales, wallabies de roca de cola de cepillo, bettongs rufos y bandicoots marrones del sur, con el objetivo de restablecer un ecosistema más equilibrado y sostenible.

Además, el proyecto ha demostrado que la reintroducción de especies extintas localmente puede ser una herramienta efectiva para combatir la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Según Anice Chanson, miembro de Re:wild, “este es un gran ejemplo de cómo devolver una especie a su hogar salvaje puede reconstruir todo el ecosistema”.

El regreso del demonio de Tasmania al continente australiano es un gran paso en la conservación de la biodiversidad. Aunque todavía hay desafíos, como la lucha contra el tumor facial transmisible, la reproducción en estado salvaje y el crecimiento de la población son señales prometedoras. Este esfuerzo no solo beneficia a los demonios de Tasmania, sino que también contribuye a la restauración del equilibrio ecológico en Australia, allanando el camino para futuros proyectos de conservación.

Referencia:

  • Berkeley Scientific Journal/What’s Killing the Tasmanian Devils? And What’s Saving Them? Link.

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