Descubren un antepasado humano que era vegetariano

El consumo de carne de nuestros antepasados marcó un hito crucial en la evolución humana, vinculado al aumento del tamaño cerebral y al desarrollo de habilidades complejas. Sin embargo, un nuevo estudio desafía esta suposición para uno de los ancestros más importantes del ser humano, el Australopithecus. Basándose en el análisis químico del esmalte dental, los investigadores concluyeron que esta especie primitiva tenía una dieta casi exclusivamente basada en plantas, cuestionando la idea de que la carne fue clave en sus avances evolutivos.

Un antepasado vegetariano

Descubren un antepasado humano que era vegetariano

El estudio, liderado por la geoquímica Tina Lüdecke del Instituto Max Planck de Química, analizó los dientes de siete individuos de la especie Australopithecus africanus, datados entre 3,7 y 3,3 millones de años atrás. Estos restos fueron hallados en la famosa cueva de Sterkfontein, parte de la “Cuna de la Humanidad” en Sudáfrica.

Los resultados indicaron que la dieta de este antepasado se asemejaba más a la de los herbívoros contemporáneos, como los antílopes, que a la de carnívoros como leopardos o hienas. La proporción de isótopos de nitrógeno en sus dientes evidenció que estos homínidos dependían de frutas, hojas y otras plantas disponibles en la sabana. Aunque el consumo ocasional de carne es plausible, se cree que era un evento raro, similar al comportamiento de chimpancés y babuinos modernos.

A pesar de que algunos fósiles de este antepasado se encontraron asociados con herramientas de piedra y huesos con marcas de corte, no hay evidencia suficiente para afirmar que consumían carne de manera significativa. Estos hallazgos refuerzan la idea de que el consumo regular de carne fue un desarrollo posterior en la evolución humana.

Implicaciones para la evolución humana

Descubren un antepasado humano que era vegetariano

La relación entre la dieta y el desarrollo cerebral es un tema central en la paleoantropología. Según Lüdecke, los recursos animales, al ser ricos en calorías y nutrientes esenciales, jugaron un papel importante en la expansión craneal que se observa en los homínidos posteriores. Sin embargo, los Australopithecus, con cerebros que representaban un tercio del tamaño del Homo sapiens, parecen haber prosperado sin incluir carne en su dieta regular.

El coautor del estudio, Alfredo Martínez-García, señaló que si se hubiera comprobado que el Australopithecus consumía carne en cantidades significativas, se habrían cuestionado las hipótesis actuales sobre el vínculo entre el consumo de carne y el crecimiento cerebral. Más bien, los resultados apoyan la teoría de que un cambio en la dieta, incluyendo el consumo de carne, ocurrió después, con especies más avanzadas del linaje humano.

Además del impacto en el tamaño cerebral, el consumo de carne probablemente contribuyó a otros cambios evolutivos importantes, como el aumento de la estatura, la reducción del tamaño intestinal, la complejidad social y el uso de herramientas. Sin embargo, el Australopithecus parece haber alcanzado un equilibrio evolutivo basado en una dieta predominantemente vegetariana y un entorno de sabana.

El Australopithecus en contexto

El antepasado vivió en África oriental y meridional hace aproximadamente entre 4,2 y 1,9 millones de años. Aunque sus proporciones faciales eran similares a las de los simios, ya mostraba características clave de la evolución humana, como la locomoción bípeda y el uso temprano de herramientas.

El fósil más famoso de esta especie es “Lucy”, un Australopithecus afarensis descubierto en Etiopía en 1974. Lucy, que vivió hace unos 3,2 millones de años, medía aproximadamente un metro de altura. Los individuos analizados en el estudio pertenecen a una especie estrechamente relacionada, Australopithecus africanus, conocida por tener proporciones corporales adaptadas tanto para trepar como para caminar erguido.

El hallazgo de que el Australopithecus era esencialmente vegetariano redefine nuestra comprensión de su papel en la evolución humana. Si bien el consumo de carne fue clave en la expansión cerebral y en otros avances evolutivos, estos desarrollos parecen haber ocurrido después en el linaje humano. Este estudio subraya la importancia de las dietas basadas en plantas en los primeros homínidos y plantea preguntas fascinantes sobre quién, cuándo y cómo comenzó la humanidad a incorporar carne como un recurso fundamental en su dieta.

Referencia:

  • Science/Australopithecus at Sterkfontein did not consume substantial mammalian meat. Link.

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