Descubren un enorme océano subterráneo que podría ser tres veces más grande que los océanos de la superficie

Un descubrimiento reciente ha revelado la existencia de un océano subterráneo que podría contener tres veces más agua que todos los océanos superficiales juntos. Este depósito, escondido a profundidades extremas en el manto terrestre, podría redefinir nuestra comprensión del agua en la Tierra y su papel en la evolución geológica y climática.

El descubrimiento de un océano oculto

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El hallazgo se centra en un mineral llamado ringwoodita, ubicado entre 400 y 600 kilómetros bajo la superficie, en la zona de transición del manto terrestre. Este mineral tiene la capacidad de atrapar agua dentro de su estructura cristalina, funcionando como una “esponja natural”.

Mediante el análisis de ondas sísmicas generadas por terremotos, los científicos han detectado indicios claros de la presencia de grandes cantidades de agua atrapada en la ringwoodita. Según el Dr. Steven Jacobson, quien lideró esta investigación, este océano subterráneo puede contener tres veces más agua que todos los océanos superficiales combinados.

Este descubrimiento no solo aporta un nuevo entendimiento sobre la composición del manto terrestre, sino que también abre un mundo de posibilidades sobre cómo interactúan los procesos geológicos en las profundidades con los fenómenos observados en la superficie.

Repensando el origen del agua en la Tierra

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Un cristal azul de ringwoodita que contiene alrededor de un uno por ciento de H2O en su estructura cristalina se comprime a condiciones de 700 km de profundidad dentro de una celda de yunque de diamante. Usando un láser para calentar la muestra a temperaturas superiores a 1500 °C (puntos anaranjados), la ringwoodita se transformó en minerales que se encuentran en el manto más bajo. Los espectros infrarrojos de sincrotrón recopilados en la línea de luz U2A en el NSLS revelan cambios en los espectros de absorción de OH que corresponden a la generación de material fundido, que también fue detectado por ondas sísmicas debajo de la mayor parte de América del Norte.

Tradicionalmente, las teorías dominantes sugerían que el agua llegó a la Tierra a través de cometas y asteroides helados durante las etapas tempranas de su formación. Sin embargo, este descubrimiento plantea una hipótesis alternativa: que una porción significativa del agua terrestre estuvo presente en el manto desde los inicios del planeta.

Esto también reconfigura nuestra comprensión del ciclo hidrológico. La posibilidad de que este vasto depósito actúe como un “sistema de recarga” para los océanos superficiales podría explicar cambios a largo plazo en los niveles del mar y el equilibrio hídrico global. Además, esta interacción profunda entre agua y procesos tectónicos podría influir en fenómenos como subducción, erupciones volcánicas y terremotos.

El impacto de este descubrimiento también podría extenderse al estudio del desarrollo de la vida en la Tierra. Si este depósito de agua existió desde las primeras etapas del planeta, podría haber contribuido a estabilizar condiciones aptas para la formación de moléculas orgánicas.

Implicaciones geológicas y climáticas

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La existencia de este océano subterráneo tiene implicaciones significativas para la geología y el clima de la Tierra. Por un lado, podría actuar como un amortiguador, estabilizando los niveles de agua superficial en tiempos de cambios climáticos extremos.

Por otro lado, el agua atrapada en el manto puede desempeñar un papel crucial en los movimientos tectónicos, lubricando las placas y potenciando su desplazamiento. Esto podría intensificar terremotos o desencadenar erupciones volcánicas. Comprender estas dinámicas podría mejorar las predicciones de eventos geológicos y mitigar riesgos asociados.

A nivel climático, este “banco de agua” podría haber influido en la estabilidad a largo plazo del planeta, asegurando que las fluctuaciones en los niveles de los océanos no fueran tan extremas como podrían haber sido en su ausencia.

Los retos de la investigación

A pesar de su importancia, estudiar este océano subterráneo presenta desafíos monumentales. Las profundidades extremas donde se encuentra la ringwoodita hacen imposible su exploración directa con la tecnología actual. Por ahora, los científicos dependen de métodos indirectos como el análisis de ondas sísmicas y simulaciones de laboratorio a altas presiones y temperaturas.

El siguiente paso en la investigación incluye determinar la composición química exacta de esta agua y explorar su impacto en la historia geológica y biológica de la Tierra. Una pregunta fascinante es si este depósito subterráneo pudo haber jugado un papel crucial en el origen de la vida.

El descubrimiento de un océano subterráneo tan vasto redefine nuestra percepción del agua en la Tierra y su papel en los procesos planetarios. Este hallazgo es un recordatorio de cuánto queda por explorar bajo nuestros pies, en un mundo invisible que podría contener secretos fundamentales sobre el pasado y el futuro del planeta.

Mientras los científicos continúan desentrañando este misterio, una cosa está clara: este océano oculto es un testimonio de la complejidad y las maravillas de nuestro planeta, y su estudio promete revolucionar las ciencias de la Tierra en los próximos años.

Referencia:

  • BNF/New Evidence for Oceans of Water Deep in the Earth. Link.

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