El universo siempre tiene un as bajo la manga y esta vez, viene de la mano del Dr. Charles Buhler, un veterano de la NASA y cofundador de Exodus Propulsion Technologies. ¿Puedes imaginar un impulsor sin propulsor desafiando las leyes de la física tal como las conocemos y contrarrestando la gravedad terrestre?

Sí, has leído bien, ¡la gravedad! No estamos hablando de un juego de magia, sino de un avance que podría cambiar el rumbo del viaje espacial para siempre.
Un descubrimiento histórico para el viaje espacial
El Dr. Buhler, con un currículum que incluye programas icónicos como el Transbordador Espacial de la NASA y la Estación Espacial Internacional, nos cuenta que este descubrimiento marca un hito histórico en la exploración del espacio.
Su equipo, formado por mentes brillantes de la NASA, Blue Origin y más, está convencido de que esta Nueva Fuerza es fundamental y abrirá las puertas a un futuro cósmico que ni siquiera podemos imaginar.
La historia detrás de este descubrimiento es fascinante. En una reciente Conferencia de Energía de Propulsión Alternativa, el Dr. Buhler compartió los detalles de su trabajo. Imagina estar en una sala llena de ingenieros y aficionados a la propulsión y escuchar sobre un avance que desafía la gravedad misma.
Buhler, con su experiencia en electrostática, resultó ser el líder indiscutible en este viaje. Su historial en la NASA y su conocimiento en el campo hicieron posible este avance. ¿Quién mejor que él para entender las mediciones anómalas y los misterios detrás del empuje medido? Con décadas de experiencia a sus espaldas, Buhler y su equipo exploraron diversas vías antes de tropezar con la clave: ¡la electrostática!
La creación de la propulsión sin propulsor

El Dr. Buhler, en un esfuerzo por documentar el descubrimiento de su equipo y el proceso detrás de su trabajo, aclara desde el principio que no está afiliado de ninguna manera con la NASA o el gobierno de los Estados Unidos.
Durante una reciente Conferencia de Energía de Propulsión Alternativa (APEC), el investigador presentó sus hallazgos ante una audiencia conformada tanto por ingenieros altamente cualificados como por aficionados a la propulsión. APEC, conocida por The Debrief como el Club Anti-Gravedad Más Exclusivo (y Extraño) del Mundo, fue el escenario donde se compartieron estas revelaciones.
Durante una entrevista con Tim Ventura, cofundador y moderador de APEC, se destacó la experiencia del Dr. Buhler en electrostática, su área principal de conocimiento. Ventura señaló la relevancia de esta experiencia en la comprensión de las mediciones anómalas de empuje.
Como uno de los principales expertos en electrostática de la NASA, el Dr. Buhler ha desempeñado roles destacados en la gestión de la descarga electrostática (ESD) y la seguridad ESD para proyectos emblemáticos como el Transbordador Espacial, la ISS y el Hubble. Además, estableció el Laboratorio de Electrostática y Física de Superficies de la NASA en el Centro Espacial Kennedy.
A pesar de más de dos décadas de exploración en busca de la propulsión sin propulsor, el Dr. Buhler y su equipo no anticiparon que la electrostática sería la clave. Sin embargo, tras un extenso proceso de investigación, concluyeron que era fundamental para desbloquear esta nueva fuerza.
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Desarrollo del impulsor sin propulsor

Durante la presentación en APEC, el Dr. Buhler detalló una serie de experimentos realizados por su equipo a lo largo de la última década. Estos experimentos, acompañados de cálculos detallados, revelaron avances significativos en el desarrollo del impulsor sin propulsor.
Por ejemplo, entre 2016 y finales de 2020, los dispositivos producidos por su equipo generaron una pequeña fracción de la gravedad. Sin embargo, en los años siguientes, esta cifra aumentó exponencialmente.
El objetivo: Superar la unidad de gravedad
El objetivo del equipo es alcanzar y superar la unidad de gravedad, lo que significaría que el dispositivo podría generar suficiente empuje para contrarrestar la gravedad terrestre. Buhler explicó que, aunque comúnmente se miden las fuerzas en milinewtons, prefieren describir el empuje en términos de gravedad, ya que este es el objetivo último de la física de propulsión. Es decir, conseguir la propulsión espacial sin propulsores.
Para validar sus descubrimientos, el equipo realizó una serie de pruebas meticulosas, eliminando cualquier factor que pudiera explicar la fuerza observada. Esto condujo a la concesión de una patente en 2020. Además, construyeron una cámara de vacío para simular el entorno del espacio profundo y probaron diferentes configuraciones, lo que resultó en un aumento significativo en el empuje observado.
Un nuevo camino para la propulsión espacial

Con el final a la vista, el equipo se lanzó de inmediato a explorar diseños más avanzados. Continuaron midiendo el empuje mientras prácticamente descartaban todas las explicaciones convencionales que podían concebir. Este fenómeno no se asemejaba a nada que hubieran medido anteriormente.
En el año 2022, ocurrió algo asombroso. Según Buhler, su equipo comenzó a observar aumentos significativos en la fuerza que estaban generando.
Un rápido vistazo a un gráfico presentado en APEC muestra que las pruebas realizadas entre principios de 2022 y noviembre de 2023 experimentaron una rápida escalada, pasando de milésimas, centésimas e incluso décimas de gravedad hasta una gravedad terrestre completa.
Esto significa que sus dispositivos actuales, que Buhler mencionó “pesan entre 30 y 40 gramos por sí solos” sin el equipo de prueba adjunto, estaban generando suficiente empuje para contrarrestar toda la fuerza de la gravedad terrestre.
Después de décadas de investigación, Buhler afirmó que él y su equipo habían demostrado inequívocamente que una nueva fuerza fundamental estaba en juego y que sus dispositivos estaban aprovechando esa fuerza para producir empuje sin emitir masa ni propulsante.
¿Cómo funciona este avance?
“Esencialmente, lo que hemos descubierto es que los sistemas que contienen una asimetría ya sea en la presión electrostática o algún tipo de campo divergente electrostático pueden dar a un sistema de un centro de masa un componente de fuerza no nulo“, explicó Buhler.
“Entonces, lo que eso significa básicamente es que hay alguna física subyacente que puede colocar esencialmente fuerza sobre un objeto si se cumplen esas dos restricciones“, agregó.
Exodus busca alianzas estratégicas
A pesar de ser un avance potencialmente revolucionario, el equipo del Dr. Buhler no es el primero en afirmar la capacidad de generar empuje con solo una carga eléctrica y sin propulsante. Ya ha habido algunos que lo hacen, como el EM Drive y el Quantum Drive de IVO LTD.
Aunque el primero ha tenido su empuje confirmado por el Laboratorio EagleWorks de la NASA, dirigido por el especialista en Warp Drive Harold G. “Sonny” White, y una segunda prueba en China, ambas aún son controvertidas, ninguna ha sido probada aún en el espacio. El Quantum Drive estuvo cerca después de un lanzamiento en noviembre pasado, pero una falla en los sistemas eléctricos del satélite no relacionada con el impulso arruinó esa prueba antes de que pudiera confirmar el empuje del dispositivo.
Competencia y colaboración
Cuando se le preguntó sobre empresas competidoras que trabajan en conceptos de propulsión similares, Buhler dijo que cree que su trabajo podría explicar los efectos que algunos de estos otros conceptos están experimentando. Sin embargo, admitió que hay cierta preocupación de que algunos de los dispositivos más recientes puedan violar la patente de su equipo.
“Lo que nos preocupa son las empresas que han aparecido de la nada después de que se publicó la patente y tuvieron éxito instantáneo sin los años de rigor y sin reconocimiento de nuestra patente“, expresó.
Una invitación a la colaboración
Aun así, Buhler considera que las empresas interesadas en este tipo de avances potenciales en la propulsión deberían ponerse en contacto con Exodus para que él y su equipo puedan compartir su experiencia y conocimientos.
“El conocimiento sobre el desglose de gases, la generación de corona, las descargas de cepillo, los streamers, las descargas luminiscentes, la física de plasma, etc., suele ser demasiado para que los ingenieros lo manejen solos“, dijo, “y el número de expertos en electrostática es muy, muy reducido.
“Esperamos que las empresas quieran licenciar nuestra tecnología, lo que sería mutuamente beneficioso”, concluyó. “Podemos ayudar a mejorar su tecnología y obtener fondos para nuestro trabajo”.
Así que podemos concluir que los recientes avances en propulsión sin propulsor representan un paso significativo hacia el futuro de la exploración espacial. A medida que más empresas se unan a esta búsqueda de conocimiento, se abrirán nuevas oportunidades para la colaboración y el avance tecnológico en beneficio de toda la humanidad.