Durante casi cinco décadas, desde su residencia en Sídney, contempló el majestuoso Océano Pacífico, inspirado por una de las vistas más impresionantes de Australia. Pero su mirada hacia las ventanas no tenía únicamente un propósito estético. Don Ritchie, quien falleció en 2012 a la edad de 86 años, tenía una misión mucho más noble. Se le conocía como el “Ángel de la Brecha” por su labor en persuadir a las personas a no arrojarse desde el famoso punto de suicidio en Australia.
Don Ritchie y su noble misión

Al igual que Beachy Head en la costa de Sussex, los abruptos acantilados en la entrada del puerto de Sídney han sido durante mucho tiempo un imán para aquellos que han perdido toda esperanza. Sin embargo, gracias a su voz serena y su actitud comprensiva, Don Ritchie ofrecía una mano amiga a los desesperados al entablar una conversación en la cima del acantilado, en su momento de necesidad.
Ritchie, un hombre modesto que no buscaba la fama ni el reconocimiento, detectaba a quienes podrían estar contemplando el suicidio desde su hogar y cruzaba la calle con calma para acercarse a ellos. Al borde del abismo, simplemente sonreía y les preguntaba: “¿Puedo ayudarte de alguna manera?” En la mayoría de los casos, este enfoque tranquilo surtía efecto, aunque en ocasiones arriesgó su propia vida al impedir físicamente que los más decididos dieran su salto final.
Luego, los invitaba a su hogar para compartir una taza de té y charlar, y en ocasiones, años después, regresaban para expresarle su agradecimiento por haberles salvado la vida. Un superviviente le obsequió un cuadro de un ángel bañado por los rayos del sol con un mensaje simple: “Un ángel que camina entre nosotros”.
Un ángel entre nosotros

“Mi ambición siempre ha sido sacarlos del abismo, ganarles tiempo, darles la oportunidad de reflexionar y darse cuenta de que las cosas podrían verse mejor al amanecer. No puedes simplemente quedarte ahí mirándolos. Tienes que intentar salvarlos”.
La hija de Don Ritchie, Sue, compartió que su padre disfrutaba de la vista al mar, pero estaba igualmente comprometido en ser un apoyo para las almas atribuladas. Ella recordó sus palabras: “Una oferta de ayuda era todo lo que se necesitaba para cambiar a las personas, y él decía que no subestimáramos el poder de una palabra amable y una sonrisa”, expresó al Sydney Morning Herald.
Teacups: La historia de un héroe silencioso

Narrada con la inconfundible voz del legendario actor Hugo Weaving, Teacups relata la conmovedora y real historia de Don Ritchie. Durante casi medio siglo, Ritchie se acercó a personas que contemplaban el suicidio en un acantilado a solo 15 metros de su casa en Sídney, Australia. Esta película, llena de emotividad, captura sus interacciones surrealistas con cientos de personas y su lucha personal para reconciliarse con el suicidio de su mejor amigo. Plantea una pregunta fundamental: “¿Puede un simple acto de bondad salvar una vida?”
Dirigida por Alec Green y Finbar Watson, Teacups ha sido proyectada en festivales prestigiosos como Zagreb y FICG, y ha recibido menciones especiales en Palm Springs y Aspen Shortsfest. Tras ganar el premio a la Mejor Animación en el Festival de Cine de Sídney y el premio a la Mejor Película en Spark Animation, la película ha sido considerada para los Oscar. Animada por el estudio irlandés Maps and Plans, cuenta con Alan Holly como director de animación y arte.
Green y Watson crecieron cerca de donde vivía Don Ritchie, aunque no conocieron su historia hasta los 20 años. Tras finalizar un documental para The Guardian, estaban ansiosos por un nuevo proyecto. La vida de Don, compartida por su amigo Jonas, les inspiró profundamente. Comprendieron la necesidad de una investigación exhaustiva sobre la salud mental y la vida de Don antes de embarcarse en este proyecto.
Entrevistaron a la familia de Don Ritchie y participaron en cursos de salud mental y prevención del suicidio para abordar el tema con la sensibilidad y honestidad necesarias. “El suicidio se utiliza a menudo en el cine como una muleta narrativa”, explican los cineastas. “Queríamos evitarlo, tratando el tema con la seriedad que merece”. Con 50.000 muertes por suicidio al año en Estados Unidos, la historia de Don y sus actos de bondad resaltan la importancia de recordar y aprender de su legado. Teacups no solo es una película, sino un homenaje a la humanidad y a la compasión de un hombre extraordinario.
Don Ritchie fue más que una gran mezcla de fuerza y compasión. Fue una persona común que realizó actos extraordinarios al salvar innumerables vidas, todo ello sin buscar el reconocimiento que merecía. Además, Ritchie sirvió como marinero en la Marina Real Australiana durante la Segunda Guerra Mundial y fue testigo de la rendición japonesa en la Bahía de Tokio en 1945.
Referencia:
- The Sidney Morning Herald/Death of the Angel of The Gap: the man who saved the suicidal from themselves. Link.
Pingback: La Miel Loca: El alucinógeno natural que hacen las abejas