El Nacimiendo De Un Cúmulo Masivo Visto Por El Telescopio Espacial James Webb

El Telescopio Espacial James Webb revela la impresionante Nebulosa N79 en la Gran Nube de Magallanes. La imagen destaca la formación estelar en esta región, con picos de difracción revelando su estructura única.

Créditos: ESA/Webb, NASA y CSA, M. Meixner

El Telescopio Espacial James Webb, una colaboración entre NASA, ESA y CSA, continúa sorprendiendo a la comunidad científica con sus imágenes detalladas del universo. En esta ocasión, la atención se centra en la región H II conocida como N79, ubicada en la Gran Nube de Magallanes (LMC), una galaxia satélite de la Vía Láctea. La imagen capturada por el Instrumento de Infrarojo Medio (MIRI) de Webb revela un fascinante complejo de formación estelar. N79, que abarca aproximadamente 1.630 años luz en la región suroeste de la LMC, se presenta como un vasto terreno de hidrógeno atómico interestelar ionizado. Este complejo estelar se considera comúnmente una versión más joven de 30 Doradus, también conocida como la Nebulosa de la Tarántula, otro objetivo reciente de Webb. Las investigaciones sugieren que la eficiencia de formación de estrellas en N79 supera a la de 30 Doradus en un factor de dos en los últimos 500.000 años.

Enfocándose en uno de los tres complejos de nubes moleculares gigantes denominado N79 Sur (S1), la imagen destaca un patrón distintivo de “explosión estelar”. Estos picos de difracción, creados por la simetría hexagonal de los 18 segmentos del espejo primario de Webb, revelan la asombrosa estructura de esta región brillante. Este fenómeno solo se observa alrededor de objetos compactos y brillantes, donde toda la luz proviene de una fuente única. La imagen, capturada en longitudes de onda más largas por MIRI, muestra el gas y el polvo brillantes de la región, permitiendo a los astrónomos explorar las profundidades del interior de las nubes. Además, se identifican protoestrellas incrustadas en este fascinante paisaje cósmico.

La importancia de regiones de formación estelar como N79 radica en su similitud con las gigantescas regiones observadas en el universo temprano. Estos lugares de interés proporcionan a los científicos la oportunidad de comparar la composición química y la formación estelar en diferentes épocas cósmicas. Las observaciones de N79 son parte de un programa de estudio más amplio del Telescopio James Webb, que se enfoca en la evolución de los discos circunestelares y las envolturas de estrellas en formación. La sensibilidad de Webb permite a los científicos detectar discos de polvo que forman planetas alrededor de estrellas similares al Sol en la distancia de la LMC. La imagen, compuesta por diferentes longitudes de onda, revela un espectáculo visual en el que la luz de 7,7 micrones aparece en azul, 10 micrones en cian, 15 micrones en amarillo y 21 micrones en rojo. Esta vista espectacular ofrece una visión única de los procesos de formación estelar en las profundidades del universo, ampliando nuestra comprensión de los misterios que yacen en las lejanas galaxias.

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