En un descubrimiento sin precedentes, unos paleontólogos sudafricanos afirman haber hallado el enterramiento más antiguo conocido en el mundo.

Este yacimiento contiene los restos del Homo naledi, un pariente lejano de los humanos de cerebro pequeño que hasta ahora se creía incapaz de comportamientos complejos. Dirigidos por el prestigioso paleoantropólogo Lee Berger, los investigadores desenterraron varios ejemplares de Homo naledi en un sistema de cuevas de la Cuna de la Humanidad, patrimonio mundial de la UNESCO, cerca de Johannesburgo, enterrados a unos 30 metros bajo tierra.
Estos hallazgos ponen en tela de juicio la concepción predominante de la evolución humana, ya que generalmente se creía que el desarrollo de cerebros más grandes era un requisito previo para comportamientos complejos, como enterrar a los muertos. Los enterramientos más antiguos descubiertos con restos de Homo sapiens tenían unos 100.000 años, pero los de Homo naledi datan de al menos 200.000 a.C.
El Homo naledi, una especie con un cerebro del tamaño de una naranja, medía aproximadamente metro y medio y tenía características como dedos curvados en manos y pies adaptados para caminar. Estas características desbarataron la noción de la evolución humana como un camino recto.
Los enterramientos de forma ovalada del sistema de cuevas de Rising Star, excavados y rellenados deliberadamente para cubrir los cuerpos, contienen al menos cinco individuos. Estos descubrimientos indican que las prácticas mortuorias no eran exclusivas del Homo sapiens ni de los homínidos con cerebros más grandes.

Los investigadores también observaron la presencia de grabados que formaban figuras geométricas en las superficies alisadas de un pilar de una cueva cercana, lo que sugiere un comportamiento emocional y cognitivo complejo.
Estos hallazgos ponen en tela de juicio la idea de que los humanos son únicos en el desarrollo de prácticas simbólicas y que incluso pueden no haber originado tales comportamientos.
Aunque este descubrimiento puede suscitar controversia en el campo de la paleontología, tiene el potencial de influir significativamente en nuestra comprensión de la evolución humana, poniendo de relieve las complejidades de las prácticas funerarias, la creación de significados y el “arte” en la historia humana temprana.
La investigación requiere más análisis y una revisión por pares, pero tiene el potencial de remodelar nuestra comprensión de los antiguos comportamientos humanos.