El día 12 de noviembre de 1970 sucedió algo bastante raro, ya que en Oregón explotaron una ballena de 8 toneladas con media tonelada de dinamita. Ese día, los residentes del pequeño pueblo fueron testigos de un evento bastante fuera de lo común: la explosión de una ballena que lanzó trozos de grasa y carne a más de 30 meros de altura.
Este acontecimiento, que podría parecer sacado de una película, ocurrió cuando un cachalote de 14 metros y ocho toneladas varó en la playa unos días antes. El Departamento de Transporte de Oregón se encargó de deshacerse del apestoso cadáver, temiendo que la gente pudiera trepar sobre la ballena y caerse en ella.
¿Por qué explotaron una ballena de 8 toneladas con dinamita?
El famoso presentador de noticias Paul Linnman informó para KATU sobre lo que describió como un “problema de ballena” que enfrentaba el Departamento de Carreteras del Estado de Oregón. George Thornton, el ingeniero asistente de carreteras del distrito, decidió abordar el problema como si se tratara de una roca gigante y optó por volar la ballena.
El evento fue grabado y transmitido en un segmento de televisión que algunos creyeron que era una broma, pero era absolutamente real. La explosión envió enormes pedazos de carne de ballena lloviendo sobre los espectadores y sus vehículos. Las autoridades habían decidido usar media tonelada de dinamita, consultando previamente con expertos en municiones de la Marina de los EE. UU.
Los explosivos se colocaron en el lado de la tierra de la ballena, esperando que la mayor parte de los escombros fueran arrojados al mar, dejando a los carroñeros la tarea de limpiar el resto.
Paul Linnman, el reportero, inicialmente dudó en cubrir la historia, pero cambió de opinión al enterarse de la dinamita. Tras la explosión, enormes pedazos de grasa de ballena comenzaron a caer del cielo, aplastando incluso un coche.
Afortunadamente, nadie resultó herido, pero la escena dejó una impresión duradera. La playa se convirtió en un caos de arena y carne de ballena volando por los aires, mientras los espectadores corrían a buscar refugio.
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La explosión de la ballena
El incidente avergonzó a George Thornton durante el resto de su vida, aunque con el tiempo se convirtió en una sensación viral. En 2020, los residentes de Florence votaron para nombrar un parque como “Parque Conmemorativo de la Ballena Explosiva” en honor a este bizarro evento.
La ballena varada en Florence no solo era un problema de salud pública por el nauseabundo olor y la atracción de carroñeros, sino también un reto logístico considerable. Sin precedentes en el manejo de cadáveres de esta magnitud, George Thornton decidió que la dinamita era la solución más eficiente.
La idea parecía simple: usar explosivos para desintegrar la ballena y que los restos fueran llevados al mar. Sin embargo, la ejecución no fue tan perfecta como se esperaba. Con media tonelada de dinamita colocada estratégicamente, la mayor parte del cuerpo debería haber sido pulverizada y esparcida. Pero la realidad superó a la ficción de una manera catastrófica y cómica.
La explosión fue más poderosa de lo anticipado. Los espectadores, que inicialmente mantenían una distancia segura, se encontraron corriendo por sus vidas mientras trozos de ballena llovían desde el cielo. Algunos pedazos eran tan grandes que causaron daños significativos, como el mencionado coche aplastado.
El evento, que en su momento fue una fuente de vergüenza para las autoridades, se ha convertido en una anécdota histórica y una lección en gestión de residuos naturales. La explosión fue un fracaso en términos de limpieza efectiva, pero su infamia ha perdurado, convirtiéndose en una pieza de la historia cultural de Oregón.
El nombramiento del “Parque Conmemorativo de la Ballena Explosiva” en 2020 refleja cómo los residentes de Florence han abrazado esta parte de su historia. Más allá de la explosión y el caos, la historia es una mezcla de humor, error humano y resiliencia comunitaria.
Ahora ya sabes cómo explotaron una ballena de 8 toneladas con dinamita en Oregón, que es uno de esos eventos tan bizarros y memorables que continúan capturando la imaginación de las personas décadas después. Es un recordatorio de que, a veces, las soluciones más drásticas pueden tener resultados inesperados, y que incluso los errores pueden ser recordados con una sonrisa y una lección aprendida.