Los astrónomos han hecho un descubrimiento sorprendente: nuestra galaxia, la Vía Láctea, podría formar parte de una estructura mucho mayor de lo que jamás imaginamos. Este hallazgo desafía algunos de los modelos más aceptados sobre la evolución del universo, y si las observaciones se confirman, podría ser una señal de que aún no hemos comprendido completamente la estructura cósmica a gran escala.
Nuestra galaxia forma parte de una estructura superior

Durante décadas, los científicos han estudiado las grandes estructuras del universo, descubriendo que el cosmos se organiza en una especie de jerarquía gravitacional. La Tierra orbita alrededor del Sol, el Sol es parte de la Vía Láctea, y esta galaxia forma parte del Grupo Local, un conjunto de galaxias que incluye a la famosa Andrómeda. Este grupo está en el borde del supercúmulo de Virgo, que a su vez forma parte de una estructura aún mayor llamada Laniakea.
Laniakea es una cuenca gigante que organiza las galaxias cercanas en flujos gravitacionales. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que esta no es la estructura definitiva: Laniakea también parece estar situada dentro de una “cuenca de atracción” (BoA, por sus siglas en inglés) mucho más grande, con un volumen potencialmente diez veces mayor que el que habíamos considerado hasta ahora.
El concepto de cuencas de atracción ofrece una nueva manera de entender cómo se organizan las galaxias en el universo. Similar a cómo los ríos y lagos fluyen dentro de cuencas hidrográficas en la Tierra, las galaxias parecen moverse dentro de enormes cuencas cósmicas bajo la influencia de la gravedad. Sin embargo, estas estructuras son tan vastas que la gravedad no es la única fuerza dominante; la expansión cósmica juega un papel crucial en el movimiento de estas galaxias.
Los autores del estudio lo explicaron así:
“El universo entero puede considerarse como un mosaico de cuencas de atracción adyacentes. Una cuenca de atracción generalmente no está gravitacionalmente ligada en su totalidad, ya que el movimiento de puntos distantes dentro de ella está dominado por la expansión del universo”.
Esto significa que, aunque hay interacción gravitacional dentro de estas cuencas, la expansión del universo también está moviendo las galaxias hacia afuera, lo que complica la formación de estas estructuras gigantescas.
El mapeo de la cuenca de atracción: desafíos y descubrimientos
Para estudiar estas cuencas cósmicas, los astrónomos analizaron los movimientos de más de 56.000 galaxias, creando un “mapa probabilístico” del universo local. Este mapa intenta modelar los flujos y movimientos de las galaxias, teniendo en cuenta las limitaciones de nuestras observaciones y las dificultades para medir con precisión las velocidades y posiciones de las galaxias a gran escala.
Al realizar simulaciones, los científicos descubrieron la presencia de una BoA centrada cerca del cúmulo de Ofiuco, una región poco visible que se encuentra oculta detrás del centro de la Vía Láctea. Esta cuenca podría incluir el Gran Atractor, una estructura masiva que afecta a las galaxias cercanas, y hasta la Gran Muralla Sloan, otra estructura colosal que desafía nuestra comprensión actual del cosmos.
El hallazgo de cuencas de atracción tan vastas y complejas podría tener implicaciones profundas para nuestra comprensión del universo. Los modelos actuales de cosmología, basados en la observación del fondo cósmico de microondas (la luz más antigua que podemos detectar, proveniente de la fase de inflación del universo), predicen que las estructuras cósmicas solo pueden crecer hasta cierto punto. Sin embargo, las cuencas de atracción recién descubiertas parecen ser mucho más grandes de lo que estos modelos permiten.
Esto podría sugerir que nuestras teorías actuales sobre la evolución del universo no son completamente precisas. El equipo de investigación seguirá recopilando datos y observaciones para refinar este modelo y determinar si estas estructuras se repiten en otras regiones del universo.
El astrónomo R. Brent Tully de la Universidad de Hawái en Manoa, explicó:
“Nuestro universo es como una red gigante, con galaxias distribuidas a lo largo de filamentos y agrupadas en nodos. Así como el agua fluye dentro de las cuencas hidrográficas, las galaxias fluyen dentro de estas cuencas cósmicas de atracción”.
El descubrimiento de estructuras mayores podría cambiar fundamentalmente nuestra comprensión de cómo está organizado el universo.
Hacia una nueva comprensión del cosmos

El descubrimiento de que nuestra galaxia podría no estar dentro de Laniakea, sino en una región más cercana a la concentración de Shapley, pone en cuestión muchas de nuestras suposiciones sobre la estructura del universo. Aunque por el momento estas son solo hipótesis, los astrónomos continúan trabajando para confirmar sus hallazgos.
“Cada vez que miramos más allá en el cosmos, nos damos cuenta de que nuestro supercúmulo natal está más conectado y es más extenso de lo que creíamos”, dijo Noam Libeskind, astrónomo del Instituto Leibniz de Astrofísica en Potsdam. “Es emocionante pensar que podríamos estar descubriendo estructuras de una magnitud que aún no comprendemos completamente”.
Con más estudios y análisis por venir, los astrónomos apenas están comenzando a desvelar la verdadera magnitud de estas cuencas de atracción y su impacto en nuestra comprensión del universo. Lo que está claro es que cada descubrimiento nos acerca a una visión más completa y fascinante del cosmos.
Referencia:
- Nature Astronomy/Identification of basins of attraction in the local Universe. Link.