Grigori Perelman: El genio matemático que se convirtió en un ermitaño

Grigori Perelman: El genio matemático que se convirtió en un ermitaño

De trabajar en la conjetura de Poincaré, el famoso problema de topología, y recibir la Medalla Fields, uno de los honores más altos de las matemáticas, a ser un ermitaño. Esa es la vida de Grigori Perelman, un genio matemático que rechazó los más grandes galardones como los Premios Clay Millenium y la misma Medalla Fields y se decantó por una vida llena de soledad, retirada totalmente de su pasión.

Grigori Perelman, el genio solitario

Grigori Perelman: El genio matemático que se convirtió en un ermitaño
Grigori en su juventud.

San Petersburgo es una ciudad demasiado extraña para occidente, pero muy importante para el mundo. Alberga demasiadas historias del siglo pasado que permanecen ocultas entre sus calles y avenidas. Entre esos secretos, destaca un hombre llamado Grigori Perelman.

Perelman no resaltaba mucho, era un miembro más de una numerosa población, pero dentro de su mente ya comenzaba a desarrollarse un talento único para las matemáticas. Con diez años ya había desenmarañado grandes enigmas matemáticos de una forma que desafiaba toda lógica. Poco a poco, profesores y ancianos llenos de sabiduría comenzaban a asentir ante las respuestas que daba este niño prodigio.

Con el tiempo, el nombre de Grigori Perelman empezó a hacerse conocido. Sus contribuciones a la geometría y a la topología cambiaron por completo la historia y fueron la base para sortear un obstáculo importante en la conjetura de Poincaré. Fue en ese momento que los ojos del mundo de volcaron sobre este genio ruso poco conocido para ese momento, pero que se llenó de elogios y honores.

Pero no era para menos, la conjetura de Poincaré era una interrogante sobre la naturaleza y el espacio tridimensional que fue formulada en 1904 por Henri Poincaré. Era considerado uno de los siete problemas matemáticos propuestos por el Clay Mathematics Institute, el cual había desconcertado a la comunidad durante casi 100 años, hasta que Perelman publicó su solución en 2002.

El impacto de su hallazgo fue tal, que el propio Clay Mathematics Institute de Cambridge, con sede en Massachusetts, le ofreció un millón de dólares como recompensa, algo que le habría cambiado la vida para siempre. No importaba los años que hicieron falta para confirmar la solución, Grigori Perelman lo había resuelto.

Pero, detrás de ese alboroto, la verdadera personalidad solitaria e introvertida de Grigori comenzaba a manifestarse.

De la fama a la soledad

Grigori Perelman: El genio matemático que se convirtió en un ermitaño
Grigori Perelman visto en el metro con un aspecto desaliñado.

Comenzó rechazando todo tipo de atención mediática, incluyendo el millón de dóalres, sin dar entrevistas o declinando reuniones con sus pares. Se decantó más por la soledad de su apartamento y por la compañía de inmensos libros y las fórmulas matemáticas que ahí encontraba.

Mientras se retraía, el mundo entero clamaba por él, escribiendo artículos periodísticos que contaban su vida y hazañas. Los reporteros y colegas asediaban su hogar con cámaras y libretas repletas de preguntas, pero Grigori Perelman jamás le dio cabida en su vida y nunca abrió la puerta.

Desde entonces, el genio se mantuvo aislado del mundo y solo una persona tuvo acceso a su vida durante todo este tiempo: una periodista llamada Elena. Cuando la mujer llamó a su puerta, contó con la suerte de que estaba entreabierta y por alguna razón, Perelman la dejó entrar.

Elena también era una apasionada a las matemáticas y, suponemos, de esta forma nació una relación entre ambos.

Sin embargo, su perfil bajo sigue siendo todo un enigma. Continúa rechazando los medios y se desconectó totalmente de la comunidad científica. Las pocas imágenes que existen de él después de su retiro, muestran un aspecto desaliñado, incluso lo han comparado con un vagabundo.

Los últimos indicios visuales que se tienen de él, es una fotografía que se tomó en el 2007, donde se ve tomando el metro. Su vida actual y qué hace para vivir, es algo que nadie sabe realmente y todo parece indicar que el mismo Grigori Perelman prefiere que siga así.

Sergei Kisliakov, profesor del Instituto de Matemáticas Steklov, donde estuvo Perelman hasta el 2005, justificó la decisión del matemático. Afirmó que tenía un código de ética extremadamente estricto y decidió abandonar el mundo matemático cuando comenzó a sentir que sus colegas no tenían estándares éticos que él valoraba.

Algunos podrán decir que ya contribuyó a la ciencia y las matemáticas, sin embargo ¿Cuánto conocimiento nos habremos perdido? Nadie tiene el derecho para juzgar su decisión, pero no se puede negar que privó al mundo de una mente que pudo darnos muchas más respuestas y, por qué no, cambiar la perspectiva del mundo en el que vivimos.

1 comentario en “Grigori Perelman: El genio matemático que se convirtió en un ermitaño”

  1. Pingback: Amou Haji: el hombre que se negó a bañarse por más de 60 años

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio