Cuando estás en la búsqueda de empleo, es crucial reflejar de manera precisa y atractiva tus habilidades en el currículum. Tanto si tienes claro el tipo de trabajo que deseas como si aún no defines tus objetivos laborales, saber comunicar tus competencias y habilidades de manera efectiva te permitirá destacar frente a potenciales empleadores. A continuación, exploramos cómo presentar tus habilidades de forma estratégica y algunos ejemplos útiles para estructurar esta sección de tu currículum.

¿Qué habilidades incluir en el currículum?
La sección de habilidades que se usan en el currículum ha evolucionado, pasando de ser un detalle menor a una pieza central que puede marcar la diferencia en un proceso de selección. Las habilidades que incluyas deben adaptarse al puesto que deseas y alinearse con lo que el empleador está buscando en el candidato ideal. Al revisar la descripción de la oferta laboral, encontrarás guías sobre las competencias necesarias; incorporarlas en tu currículum puede ser determinante para pasar a la siguiente fase.
Además de esta personalización, es recomendable señalar tus competencias más destacadas en el perfil personal o en un resumen en la parte superior de tu currículum, donde el reclutador podrá ver de inmediato las competencias que te hacen idóneo para el cargo.
Diferencias entre habilidades y competencias
Es útil conocer las diferencias entre estos términos para asegurar que presentas tus capacidades correctamente.
- Competencias: Son cualidades o rasgos personales, como la perseverancia o la resistencia al estrés. Suelen ser naturales y pueden mencionarse como características en tu perfil.
- Habilidades: Estas tienen un enfoque práctico y se refieren a actividades que puedes ejecutar, como el manejo de programas informáticos o la redacción de informes. Estas competencias suelen incluirse en la sección de experiencia laboral, ya que indican destrezas adquiridas y demostradas en el ámbito profesional.
Por lo tanto, las competencias tienden a ser cualidades generales de la personalidad, mientras que las competencias son específicas y prácticas.
Habilidades duras y blandas: ¿cómo incluirlas?
En el mundo laboral actual, existe una clasificación de las competencias en dos grandes tipos: hard skills (habilidades duras) y soft skills (habilidades blandas).
- Habilidades duras: Son las cualidades técnicas, específicas y cuantificables que generalmente se aprenden mediante capacitación formal o experiencia laboral. Estas son esenciales para desempeñar trabajos que requieren conocimientos técnicos específicos, como la contabilidad o la programación. Ejemplos de habilidades duras incluyen el dominio de herramientas de análisis financiero, la ingeniería estructural o la capacidad de programación en distintos lenguajes. Es vital destacarlas si el puesto requiere una habilidad técnica indispensable.
- Habilidades blandas: Estas las cualidades están más relacionadas con el carácter y la personalidad, como el liderazgo o la empatía, y aunque pueden desarrollarse, muchas son innatas. Aunque no siempre son un requisito directo, contar con habilidades blandas destacadas es un plus que puede ayudarte a sobresalir, especialmente en puestos de interacción constante o trabajo en equipo. Entre las más valoradas están la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la adaptabilidad.
Seleccionando las más adecuadas
Para saber qué incluir, revisa detalladamente el perfil del puesto y detecta cuáles coinciden con tus fortalezas. Es conveniente dividir las competencias en categorías, como sociales, conceptuales, técnicas y políticas, para facilitar su organización.
Ejemplo de categorías:
- Sociales: Como la capacidad de escucha y el trabajo en equipo.
- Técnicas: Dominio de programas específicos o cualidades manuales.
- Conceptuales: Resolución de problemas y pensamiento analítico.
- Políticas: Motivación de equipos y capacidad de influir en la toma de decisiones.
En cada caso, seleccionar las capacidaes específicas del perfil y del sector mejorará tu currículum y tu presentación profesional.
Una sección de habilidades sólida y bien estructurada es hoy día fundamental en un currículum. La mezcla de cualidades duras y blandas adecuadas al cargo permite mostrarte como un candidato completo y competente. Al tomarte el tiempo de conocer, identificar y resaltar tus competencias más relevantes, no solo mejorarás tu currículum, sino que también fortalecerás tu presentación en entrevistas, aumentando tus oportunidades en el mercado laboral.