En 2014, el mundo presenció uno de los experimentos más polémicos de la televisión: un hombre dispuesto a ser devorado por una anaconda gigante. Paul Rosolie, un conservacionista y aventurero, protagonizó un documental para Discovery Channel en el que se ofreció como presa voluntaria. Lo que ocurrió dejó a todos en shock y generó un intenso debate sobre la ética de la ciencia en el entretenimiento.

El experimento: ¿cómo intentó Rosolie ser devorado por una anaconda?
Paul Rosolie no dejó nada al azar en su atrevida misión. Para garantizar su seguridad, utilizó una armadura de fibra de carbono resistente a mordidas y un sistema de oxÃgeno que le permitirÃa respirar dentro del cuerpo del reptil. El objetivo era conocer de cerca el comportamiento de una de las serpientes más temidas del planeta y, de paso, concienciar sobre la importancia de su conservación.Â
En la selva amazónica, Rosolie se cubrió de sangre de cerdo para atraer a la anaconda de casi 7 metros de largo. Lentamente, permitió que el gigantesco reptil lo envolviera con su poderosa musculatura y comenzara a tragarlo.Â
Sin embargo, cuando la presión sobre su cuerpo se volvió insoportable y sintió que se le iba a fracturar un brazo, pidió ayuda a su equipo y el experimento se canceló. A pesar de estar preparado con medidas de seguridad, la fuerza de la anaconda demostró ser demasiado para un ser humano, incluso con protección avanzada.

Reacciones y controversia: ¿un experimento cientÃfico o espectáculo sensacionalista?
El documental “Eaten Alive” generó un revuelo inmediato en la comunidad cientÃfica y en el público en general. Muchos argumentaron que la hazaña de Rosolie no tenÃa valor cientÃfico real y que solo buscaba generar audiencia a costa del sufrimiento del animal. Organizaciones defensoras de los derechos de los animales denunciaron el experimento, señalando que someter a la anaconda a tal estrés era irresponsable y cruel.
Por otro lado, Rosolie defendió su experimento, asegurando que su intención era concienciar sobre la conservación de las serpientes. Según él, la anaconda no sufrió daños y fue liberada sin inconvenientes tras la filmación. Sin embargo, la controversia no se disipó, y el debate sobre los lÃmites entre la ciencia y el espectáculo televisivo sigue abierto hasta el dÃa de hoy.
Referencia:
- EATEN ALIVE. Link.