
Enfrentándose al aislamiento, a la falta de comidas y refugiándose en condiciones precarias. Cualquiera que escuchara estas condicionantes, diría que hablamos de una película de supervivencia, pero la realidad siempre supera la ficción. Tyson Steele, es un hombre estadounidense que a los 30 años, sobrevivió a las gélidas temperaturas de Alaska.
El hombre que sobrevivió bajo el hielo

El 9 de enero del 2020, las autoridades encontraron un enorme letrero de SOS en las inmediaciones, junto a los restos de una pequeña y remota cabaña destruida por un incendio.
De alguna manera, Steele se las arregló para subsistir alimentándose de productos enlatados que logró recuperar del fuego, improvisando una tienda de campaña rudimentaria con escombros para resistir las gélidas temperaturas bajo cero.
El hallazgo se produjo después de que sus preocupados familiares solicitaran asistencia para localizarlo. Un mensaje de SOS escrito en la nieve junto a los restos de su hogar fue crucial para el éxito del rescate, como se observa en el video proporcionado por Alaska State Troopers, la policía estatal de ese estado.
En una entrevista publicada por las autoridades, Steele compartió los detalles de como luchó y como sobrevivió y los eventos que llevaron al rescate. Según sus declaraciones, adquirió la cabaña, construida con lonas y tablones, de un veterano de guerra de Vietnam. Situada en el remoto valle de Susitna, a unos 32 kilómetros al noroeste de Anchorage, la casa se convirtió en su hogar desde septiembre.
Steele no pudo precisar la fecha exacta del inicio del incendio, que presume ocurrió alrededor del 17 o 18 de diciembre cuando cometió un error con la estufa de leña. A pesar de sus esfuerzos, el fuego destruyó la cabaña, llevándose consigo a su perro labrador y amigo fiel, Phil.
¿Cómo sobrevivió?

El sobreviviente describió la situación como una zona de guerra, ya que el incendio encendió municiones y un tanque de propano cerca de su suministro de alimentos. A pesar de arrojar nieve durante horas, fue incapaz de salvar su refugio. Steele logró recuperar algunas latas de alimentos, aunque el calor había afectado su contenido.
Las primeras noches después del incidente las pasó en una cueva de nieve, y posteriormente improvisó una tienda de campaña básica utilizando restos de lona alrededor de una estufa de leña. Aunque reconocía la precariedad de su refugio, le permitió mantenerse con vida.
Con ingenio, Steele mantuvo encendida la estufa utilizando corteza de árbol y una vela. Escribió un llamado de auxilio en la nieve con cenizas, destacando las letras y creó un camino hacia un lago helado cercano, donde esperaba un posible rescate aéreo.
En su relato, Steele admitió no estar entrenado específicamente para tales situaciones, aunque siempre ha disfrutado de actividades al aire libre y ha aprendido de vídeos en línea, tuvo suerte por como sobrevivió. El rescate se materializó gracias a la intervención de sus familiares, quienes, preocupados por la falta de contacto, solicitaron ayuda a las autoridades de Alaska.
Tras esta experiencia traumática, Steele expresó su intención de reunirse con su familia en Utah, mencionando la posibilidad de que un perro podría servir como terapia.
Esto nos demuestra lo implacable que puede ser la naturaleza y, si no tenemos los conocimientos precisos, lo mejor es no desafiarla. Tyson Steele lo descubrió de la peor manera, de la que apenas, sobrevivió.
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