Brandi Botello, una influencer del norte de Texas, se encuentra en una lucha legal y emocional por recuperar a su mono araña, Jorgie Boy. Este peculiar compañero de tres años fue confiscado por la policía tras un accidente automovilístico en Dallas, y ahora reside en un santuario de vida silvestre. Botello, que solía compartir momentos con su mono vistiendo pijamas o atuendos temáticos, ha recordado en las redes sociales al caso de Peanut, razón por la que muchos han expresado su dolor y han buscado apoyo bajo el hashtag #FreeJorgieBoy. Sin embargo, en esta ocasión, parece que las autoridades podrían tener razón…
El accidente de la influencer que cambió todo
El incidente ocurrió la madrugada del sábado pasado, cuando la influencer supuestamente se vio involucrada en un accidente de un solo vehículo en Harry Hines Boulevard. Según la policía de Dallas, ella es sospechosa de conducir bajo los efectos del alcohol, aunque no se reportaron heridos ni humanos ni animales. Tras el accidente, Jorgie Boy fue trasladado a la ciudad de Irving, donde las autoridades locales lo reubicaron en un santuario debido a las leyes municipales que prohíben la tenencia de primates como mascotas.
Texas, conocido por su laxa regulación en torno a la posesión de animales exóticos, permite tener monos bajo ciertos permisos. Sin embargo, la ciudad de Irving tiene reglas más estrictas. Esto ha complicado el caso de Botello, quien insiste en que su mascota es como un hijo para ella.
En su cuenta de Instagram, Botello ha compartido su devastación:
“Cada vez que escucho su nombre lloro. Literalmente era mi hijo”.
Además, ha iniciado una campaña en GoFundMe para cubrir los costos legales y de posible rehabilitación para recuperar a Jorgie Boy. Sin embargo, el debate en redes sociales ha sido polarizante. Mientras algunos seguidores apoyan su causa, otros cuestionan la idoneidad de mantener un animal salvaje en un entorno doméstico, especialmente después de un accidente que pudo haber puesto en peligro su vida.
Peanut, la ardilla, y otros casos similares
Este no es el primer caso de un influencer enfrentando la confiscación de una mascota exótica. Hace un tiempo, el caso de Peanut, la ardilla, generó controversia cuando fue retirada de un hogar por preocupaciones sobre su bienestar, lo que terminó con el peor escenario posible, cuando sacrificaron a la ardilla al no poder encontrar un refugio.
Ambos casos destacan la tensión entre el deseo de poseer animales únicos y la necesidad de garantizar su bienestar. Mientras las redes sociales glorifican la vida con mascotas exóticas, estos animales a menudo enfrentan condiciones inadecuadas y estrés al ser retirados de sus hábitats naturales.
El caso de la influencer Brandi Botello y Jorgie Boy subraya un problema más amplio sobre la tenencia de animales salvajes. Aunque legal en algunos estados, los riesgos asociados van más allá de la seguridad de los animales. También existen preocupaciones sobre la salud pública, el potencial de ataques y la dificultad para proporcionar el cuidado adecuado.
Los santuarios de vida silvestre, como el que ahora alberga a Jorgie Boy, están diseñados para brindar un entorno que emula lo más posible el hábitat natural del animal, algo que una vivienda normal no puede ofrecer. En muchos casos, como el de Peanut, estos lugares representan una mejora en la calidad de vida del animal.
El destino de Jorgie Boy será decidido por las autoridades, mientras la influencer continúa luchando, pero su caso seguirá siendo un ejemplo más de los desafíos de equilibrar la legalidad, el bienestar animal y el apego humano.
Referencia:
- The Dallas Morning Post/‘Free Jorgie Boy’: Dallas influencer pleads for her pet monkey back. Link.
