Un reciente estudio publicado revela que la Luna se encoge constantemente, lo que provoca “terremotos lunares” y corrimientos de tierra causados por la contracción de la superficie.

A lo largo de cientos de millones de años, la Luna se ha encogido debido al enfriamiento de su núcleo de hierro.
Se calcula que su circunferencia ha disminuido unos 45 metros en los últimos cientos de milenios.
La superficie lunar se está “arrugando” cada vez más, formando “fallas de empuje” que crean zonas inestables propensas a terremotos lunares y deslizamientos de tierra.
Esto tiene implicaciones para futuros alunizajes humanos y el establecimiento de una base permanente.
El estudio sugiere que el polo sur, un posible lugar de asentamiento, podría sufrir riesgos sísmicos debido al encogimiento de la Luna.
La planificación de puestos de avanzada lunares debe tener en cuenta la estabilidad de los emplazamientos a la luz de estos cambios geológicos.
El material suelto de la superficie de la Luna la hace vulnerable a los corrimientos de tierra, lo que plantea la necesidad de estructuras diseñadas para resistir la actividad sísmica o evitar zonas peligrosas para los astronautas durante futuras misiones.
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