El 25 de mayo de 2003, un Boeing 727 despegó del aeropuerto Quatro de Fevereiro en Luanda, Angola, para nunca ser visto nuevamente. Dos hombres, Ben C. Padilla y John M. Mutantu, abordaron y pilotaron la aeronave a pesar de no tener las certificaciones necesarias para manejar un avión de esta magnitud. Desde ese momento, el destino de la aeronave y de sus ocupantes sigue siendo un misterio, uno que ha intrigado a las autoridades internacionales y ha generado diversas teorías.
El robo del Boeing 727

El Boeing 727 con matrícula N844AA, construido en 1975 y operado anteriormente por American Airlines, fue adaptado en sus últimos años para transportar combustible diésel. La aeronave permanecía estacionada en el aeropuerto de Luanda debido a un acuerdo fallido con una aerolínea nigeriana.
Aerospace Sales and Leasing, la compañía propietaria, había contratado a Padilla y Mutantu para restaurar el avión con el fin de venderlo. Sin embargo, el destino de la aeronave cambió drásticamente cuando ambos hombres despegaron con ella sin autorización.
A pesar de las condiciones inusuales del vuelo —despegue sin luces y con maniobras erráticas— la torre de control no logró contactarse con ellos. El avión tenía 53,000 litros de combustible, suficiente para cubrir aproximadamente 2,400 kilómetros, aunque algunos informes indican que intentaron aterrizar en las Islas Seychelles, a más de 5,000 kilómetros del punto de partida, lo que implicaría una posible recarga de combustible en algún lugar desconocido.
Investigación sin respuestas y teorías

La desaparición del Boeing 727 atrajo la atención del FBI y la CIA, quienes investigaron si el incidente podía estar relacionado con un acto terrorista, dado el contexto internacional post-11 de septiembre de 2001. Sin embargo, las agencias concluyeron que no había evidencia de terrorismo en este caso. A pesar de los esfuerzos de la investigación, nunca se encontraron pistas sobre el destino del avión o sus ocupantes. El caso fue oficialmente cerrado en 2005 sin mayores avances.
A lo largo de los años, varias teorías han surgido para intentar explicar el misterioso robo. Una de las más difundidas es la posibilidad de que todo el incidente fuese un fraude al seguro orquestado por Maury Joseph, CEO de Aerospace Sales and Leasing. Sin embargo, nunca se encontraron pruebas contundentes que implicaran a la compañía en actividades fraudulentas.
Otra posibilidad es que el avión se estrellara en el Océano Atlántico, un desenlace que parece lógico dada la cantidad de combustible y la ausencia de contacto con la torre de control. No obstante, la falta de restos del avión ha impedido que esta teoría sea confirmada.
Finalmente, en un giro intrigante, hubo informes de avistamientos de un avión similar al Boeing 727 en Nueva Guinea meses después de su desaparición. Aunque estos avistamientos levantaron sospechas de que la aeronave podría haber sido modificada y utilizada bajo una nueva identidad, ninguna de estas afirmaciones ha sido corroborada.
El misterio del Boeing 727 desaparecido sigue siendo uno de los casos más desconcertantes en la historia de la aviación. Con teorías que van desde accidentes no reportados hasta fraudes complejos, lo cierto es que, después de más de dos décadas, el destino del avión y de sus ocupantes sigue siendo un enigma. A pesar de los intentos por resolver el caso, las preguntas permanecen abiertas y las respuestas, elusivas.
Referencia:
- Simple Flying/Two Decades On: The Boeing 727 That Went Missing. Link.