
Perú es un país con una de las historias y culturas milenarias más ricas del mundo, contada a través de glifos, pinturas rupestres y sobretodo, momias. Sin embargo, nadie se esperaría que una de estas momias centenarias fuese encontrada en la mochila de delivery de un joven que aseguraba que era su “novia espiritual”.
Así es, un joven repartidor en Perú cargaba una momia de más de 600 años en su mochila, la cual sacaba a pasear e incluso dormía con ella.
La momia repartidora

En internet se puede encontrar cualquier cosa, hay historias tan hilarantes que cada una parece sorprender mucho más que la otra. Algunas impactan por lo extrañas que son, otras por lo escabroso y otras porque, sencillamente, son tan curiosas que resulta difícil de creer que puedan ser ciertas. Un ejemplo de las últimas es la del joven peruano, Julio César Bermejo.
Bermejo tenía 26 años cuando comenzó esta historia, y trabajaba como repartidor. La noche en que lo encontraron, se había reunido con sus amigos en el mirador de Puno. Según la policía, los jóvenes se habían encontrado para celebrar una ocasión especial, así que estaban bebiendo ron.
De un momento a otro, llegaron las autoridades. El resto de hombres no entendían que estaba sucediendo, pero más extrañados se quedaron cuando fueron directamente a la mochila roja de la empresa PedidosYa. Cuando la registraron, se encontraron con algo impactante; no había comida, sino una momia en posición fetal.
Según explicó el muchacho, se trataba de su “novia espiritual”, y el brindis tenía como motivo que ese día, les daría la noticia a sus amigos.
Esto provocó un gran impacto, tanto en la policía, como en la prensa local e internacional, pero aun así, Julio César Bermejo se escuchó muy tranquilo al explicar que la momia que estaba en su mochila incluso dormía con él y que “de cariño” la llamaba Juanita.
La historia de Juanita

Todo parece indicar que la momia Juanita había llegado a manos de Bermejo por herencia, ya que, según su historia, hace 30 años su padre se la “quitó a un policía a cambio de un dinero que le había prestado y luego se encariñó”. Así, la momia estaba en posesión del joven desde que nació y contó que siempre la tuvo en casa, al lado del televisor.
“Cuando me porto mal me tira la frazada. A veces siento como si me tocara la mano”.
Estas confesiones son, cuanto menos, curiosas. También aseguró que nunca la intentó vender, sino que quiso donarla al museo Carlos Dreyer de Puno, pero que el trámite era “demasiado engorroso”, así que decidió quedársela.
La momia está ahora en menos del Ministerio de Cultura, quien determinó que tiene entre 600 a 800 años de antigüedad y que proviene de la zona oriental de Puno, lo que contradice la historia de Bermejo, que aseguraba que la momia que cargaba a todos lados era una sacerdotisa de 25 años que lo cuidaba de la muerte.
Para colmo, cuando los especialistas analizaron la momia, se dieron cuenta que Juanita, en realidad, sería Juanito, ya que se descubrió que el cuerpo en posición fetal pertenece a un joven. Así que, además de vivir con una persona fallecida de más de 600 años, también vivió una mentira.
Bermejo fue sentenciado a cinco años de prisión por transportar un elemento del patrimonio cultural de Perú sin autorización del Ministerio de Cultura, por lo fue interpretado como tráfico ilícito de bienes culturales.
Controversia mundial

Claramente, la noticia se hizo viral en todo el mundo y, aún hoy, es una anécdota que suele aparecer recurrentemente en las redes sociales como una de las historias más hilarantes del Perú. Para el mirador habían acudido abogados y familiares de Julio César en un intento mitigar la situación, lo que indicó que toda la familia estaba al tanto de la posesión.
Los estudios revelaron que la momia proviene del distrito de Patambuco, en la provincia de Sandia. Cuando se le preguntó sobre ella, Bermejo declaró:
“Yo la cuido y la mantengo. Es como, perdone la palabra, mi novia espiritual (…) Duerme en mi dormitorio, conmigo. Está mi cama, el televisor y al lado está Juanita”.
Esta es una de las historias más extrañas de los últimos años, además que nadie sospecharía que en una mochila de repartidor, se encontraría una momia de cientos de años en posición fetal, siendo paseada por toda la ciudad.
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