
Siempre se ha dicho que la nariz de los perros es especial, sin embargo, pocos sabían que tanto. Y es que un estudio reveló que el mejor amigo del hombre no solo tiene un olfato excepcional, sino que también esconde un sentido totalmente desconocido: pueden detectar calor corporal.
Los perros y su sentido desconocido

Antes de la existencia de los drones capaces de encontrar personas bajo los escombros, se utilizaban a los perros para llevar a cabo este tipo de tareas. La nariz de los caninos tiene entre 125 a 220 millones de células olfativas, 50 veces más que los humanos.
Su sentido del olfato nos ha ayudado en diferentes situaciones y trabajos, como encontrar estupefacientes, encontrar nidos de plagas, buscar comida, entre otros. Así, por ejemplo, solo les basta con oler el orine dejado por otro perro para identificar su sexo, edad e incluso, si son fértiles o no.
Sin embargo, su nariz es mucho más compleja de lo que creíamos, ya que un estudio publicado en la revista Scientific Reports, los perros también son capaces de detectar el calor con la nariz.
El trabajo realizado por investigadores de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, Hungría, y de la Universidad de Lund, Suecia, explicó que los perros con problemas de vista, olfato u oído, pueden continuar cazando con éxito, que es algo que había intrigado a los expertos hasta el momento.
En el reino animal, sólo algunas especies de escarabajos, serpientes y murciélagos son capaces de detectar la radiación térmica, si bien esto es esencial para su supervivencia. En el caso de los perros, por ejemplo, esta capacidad les permite detectar el calor corporal que desprenden sus presas.
Según cuentan los autores del estudio, que los perros sean capaces de detectar la radiación térmica se debe a que la punta de su nariz no es lisa ni está totalmente “desnuda”, como sucede en la mayoría de los mamíferos, sino que es rugosa, húmeda, está más fría que la temperatura ambiente y llena de terminaciones nerviosas, lo que permite a los canes oler y detectar calor.
Para la elaboración del trabajo, los expertos usaron tres perros. A ambos le dieron a elegir entre un objeto a 31°C y un objeto a temperatura ambiente ubicados a 1,6 metros de distancia el uno del otro.
Una gran sensibilidad

La corteza somatosensorial izquierda del cerebro de los perros es mucho más sensible a los estímulos térmicos cálidos que a los neutros.
Mientras olían los objetos les hicieron una resonancia magnética y, gracias a ello, por fin descubrieron que la parte izquierda de su corteza cerebral o somatosensorial, que es la parte del cerebro encargada de procesar la información sensorial proveniente de la nariz, fue más sensible al estímulo térmico cálido que al neutro, es decir, al objeto a 31°C que al objeto a temperatura ambiente.
Los expertos creen que los perros podrían haber heredado esta capacidad de sus antepasados, los lobos, que la usarían para detectar cuerpos calientes durante las cacerías. Sin embargo, dudan de que los perros domésticos sean también capaces de detectar el calor a distancia, para lo que serán necesarias más investigaciones.
La excepcional capacidad olfativa de los perros, junto con la recién descubierta capacidad de detectar calor con la nariz, podrían explicar que los perros salvajes y, por extensión los lobos, hayan dominado históricamente los bosques, llegando a pasar incluso por delante de otros depredadores grandes, como los leones.
Ahora sabes porque la nariz de los perros es tan sensible e importante para ellos, y como son capaces de encontrarte en cualquier lugar que te encuentres cuando juegas con él.
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