¿Puede que exista un colosal planeta helado oculto en nuestro planeta solar? Durante años, el consenso ha sido que nuestro sistema solar consta de nueve planetas—ocho después de la controvertida reclasificación de Plutón. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que podría haber un planeta no descubierto acechando en los remotos confines de nuestro sistema solar.

El Potencial Descubrimiento de un Colosal Planeta Helado oculto
Un reciente artículo aceptado por la revista MNRAS Letters plantea la existencia de algo más que cometas en la periferia del sistema solar. Según el artículo, hay un 7% de probabilidad de que exista un planeta adicional dentro de la Nube de Oort, una vasta región esférica llena de cuerpos helados y escombros rocosos de donde provienen los cometas.
Esta nube se extiende a decenas de miles de veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Los investigadores, utilizando simulaciones por computadora, estiman que uno de cada 200 a 3,000 sistemas estelares podría tener un planeta distante similar.
La Captura de un Planeta en la Nube de Oort
Nathan Kaib, astrónomo del Instituto de Ciencia Planetaria y coautor del estudio, cree que es completamente plausible que nuestro sistema solar haya capturado un planeta de la Nube de Oort. Describe estos planetas como una clase que debería existir pero que ha sido en gran medida pasada por alto hasta ahora.

Si tal planeta existe en la Nube de Oort, lo más probable es que sea un gigante helado. Planetas como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno a menudo se forman en pares. Sin embargo, sus considerables fuerzas gravitacionales pueden hacer que se desestabilicen entre sí, llevando a que uno sea expulsado del sistema solar o enviado a las regiones exteriores con una órbita inusual.
Los planetas Sobrevivientes de la Formación Planetaria
Sean Raymond, autor principal del estudio e investigador en el Laboratorio de Astrofísica de la Universidad de Burdeos, explica que los planetas sobrevivientes exhiben órbitas excéntricas como cicatrices de su tumultuoso pasado. Un planeta exiliado en la Nube de Oort seguiría una órbita altamente elongada, asemejándose más a la trayectoria de un cometa que a la órbita casi circular de la Tierra. La extrema distancia del Sol hace que tal planeta sea increíblemente difícil de detectar, ya que sería tenue y desafiante de observar.
Los Desafíos en la Detección de planetas
Malena Rice, astrónoma del MIT, coincide con la dificultad de detectar un planeta del tamaño de Neptuno en la Nube de Oort. Señala que a veces puede ser más fácil detectar planetas a cientos de años luz de distancia que aquellos dentro de nuestro propio sistema solar. A pesar de estos desafíos, los astrónomos han estado buscando diligentemente en la Nube de Oort y el cercano Cinturón de Kuiper durante décadas con la esperanza de encontrar el esquivo “Planeta X“.
El Planeta X

El Planeta X, también conocido como Planeta Nueve, se hipotetiza que es un planeta del tamaño de Neptuno orbitando a 60 mil millones de millas del Sol. Los astrónomos de Caltech Mike Brown y Konstantin Batygin propusieron su existencia basándose en las peculiares órbitas de objetos en el Cinturón de Kuiper, sugiriendo que un planeta masivo debe estar influyéndolos. Sin embargo, esta teoría sigue sin confirmarse.
Recientes investigaciones de científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han suscitado interesantes discusiones sobre la posible existencia de un planeta hipotético, a menudo denominado “Planeta X” situado en lo más profundo de nuestro sistema solar. Se cree que este planeta teórico, del tamaño de Neptuno y también conocido como “Planeta Nueve” sigue una órbita altamente alargada mucho más allá de Plutón.
Según los investigadores, este cuerpo celeste podría tener una masa aproximadamente diez veces mayor que la de la Tierra y podría orbitar el Sol a una distancia promedio unas veinte veces mayor que la de Neptuno. Sorprendentemente, podría tardar entre 10,000 y 20,000 años terrestres en completar una órbita completa alrededor del Sol.
Evidencia teórica y comprensión actual
La hipótesis del Planeta X no equivale al descubrimiento confirmado de un nuevo planeta en nuestro sistema solar. Actualmente, la existencia de este mundo distante sigue siendo teórica, respaldada únicamente por modelos matemáticos y simulaciones, en lugar de evidencia observacional directa.
La predicción del Planeta Nueve se basa en su potencial para explicar las órbitas peculiares de ciertos objetos más pequeños dentro del Cinturón de Kuiper, una región remota llena de escombros helados que se extiende más allá de la órbita de Neptuno. Los astrónomos están buscando activamente este planeta predicho para validar los modelos teóricos.
Características y Órbita del Planeta X
Los investigadores de Caltech estiman que el Planeta X podría tener una masa aproximadamente diez veces mayor que la de la Tierra, lo que lo haría comparable en tamaño a Urano o Neptuno. Su órbita predicha lo sitúa aproximadamente veinte veces más lejos del Sol que Neptuno, que orbita a una distancia promedio de 2.8 mil millones de millas.
En consecuencia, este nuevo planeta tardaría entre 10,000 y 20,000 años en completar una sola órbita alrededor del Sol, en marcado contraste con el período orbital de 165 años de Neptuno.
El debate del Descubrimiento
A pesar de los modelos teóricos convincentes, el Planeta X no ha sido descubierto, lo que lleva a debates continuos dentro de la comunidad científica sobre su existencia. La predicción, publicada en la edición del 20 de enero del Astronomical Journal, se basa en gran medida en modelos matemáticos. La búsqueda de evidencia observacional directa es un paso crucial para confirmar la presencia de este enigmático planeta.
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Nombre y contexto Histórico
Batygin y Brown han nombrado provisionalmente su objeto predicho como “Planeta Nueve.” Sin embargo, el privilegio de nombrar un objeto astronómico tradicionalmente pertenece a su descubridor. Búsquedas anteriores de un objeto masivo y no descubierto más allá de Neptuno han utilizado el término “Planeta X.” Si este planeta predicho es finalmente encontrado, su nombre necesitaría la aprobación de la Unión Astronómica Internacional, siguiendo la tradición de nombrar planetas después de dioses mitológicos romanos.
La hipótesis del Planeta X surge de observaciones del Cinturón de Kuiper, donde algunos planetas enanos y otros cuerpos pequeños y helados exhiben órbitas que se agrupan. Al analizar meticulosamente estas órbitas, el equipo de Caltech propuso la existencia de un gran planeta no descubierto cuya influencia gravitacional podría explicar las trayectorias inusuales de estos objetos del Cinturón de Kuiper.
Pasos futuros en la búsqueda del Planeta X
Para validar su hipótesis, los astrónomos, incluidos Batygin y Brown, planean utilizar los telescopios más poderosos del mundo para buscar el objeto predicho dentro de su órbita anticipada. A pesar de los desafíos significativos planteados por el débil brillo del planeta y su vasta distancia del Sol, los astrónomos se mantienen optimistas sobre la viabilidad de detectarlo con la tecnología actual.
Mike Brown expresa un espíritu de colaboración, afirmando, “Me encantaría encontrarlo, pero también estaría perfectamente feliz si alguien más lo encontrara. Por eso estamos publicando este artículo. Esperamos que otras personas se inspiren y comiencen a buscar.”
Jim Green enfatiza la importancia del rigor metodológico científico, destacando las reglas de pensamiento crítico de Carl Sagan, que incluyen la verificación independiente de los hechos, la exploración de explicaciones alternativas y el fomento del debate científico. Green se mantiene confiado en que, ya sea que el Planeta X exista o no, la comunidad científica trabajará junta para descubrir la verdad.

La posibilidad de descubrir un nuevo planeta en nuestro sistema solar es una perspectiva emocionante que ha cautivado la imaginación de los científicos y del público por igual. La existencia teórica del Planeta X, basada en un modelado matemático meticuloso y respaldada por evidencia convincente del Cinturón de Kuiper, marca un hito significativo en nuestra comprensión del sistema solar exterior.
A medida que los astrónomos continúan su búsqueda utilizando telescopios y tecnología avanzada, el misterio del Planeta X promete desplegarse, ofreciendo nuevas ideas sobre la intrincada dinámica de nuestro vecindario cósmico.
Diferenciando el Planeta de la Nube de Oort del Planeta Nueve
El potencial planeta de la Nube de Oort descrito por Raymond y su equipo no sería el mismo que el Planeta Nueve. Aunque ambos tendrían órbitas excéntricas y estarían lejos del Sol, el planeta de la Nube de Oort estaría al menos diez veces más lejos que la órbita propuesta del Planeta Nueve. Así, nuestras simulaciones no colocan planetas en órbitas similares a las del Planeta Nueve.
Las Implicaciones de un Nuevo Descubrimiento
La posibilidad de no uno, sino dos planetas no descubiertos en el sistema solar exterior, junto con innumerables otros alrededor de diferentes estrellas, destaca cuánto queda por descubrir. Según Rice, estos hallazgos subrayan los vastos desconocidos dentro de los sistemas exoplanetarios y nuestro propio sistema solar.
A medida que los astrónomos continúan su búsqueda para entender los misterios del universo, el potencial descubrimiento de un planeta gigante helado en nuestro sistema solar sirve como un recordatorio de las infinitas posibilidades que se encuentran más allá de nuestro conocimiento actual. La búsqueda de estos mundos ocultos está en curso, y cada nuevo descubrimiento nos acerca un paso más a desentrañar los secretos de nuestro vecindario cósmico.