Randy Gardner y el inquietante experimento de “la privación del sueño”

Dormir es una de las sensaciones más deliciosas y exquisitas que puede experimentar el ser humano. No hay nada más reconfortante después de un día en el que termina exhausto, tener un sueño reparador que revitalice y comiences el día siguiente totalmente renovado… a menos que seas Randy Gardner.

Randy se hizo una pregunta en la década de los sesenta ¿Qué le pasaría a su cuerpo si dejara de dormir? De esta forma comenzó su inquietante proyecto que presentaría en la feria científica de su colegio: “La privación del sueño”.

El proyecto de Randy Gardner

En 1963, el joven de 17 años Randy Gardner decidió llevar a cabo un experimento que lo llevaría al límite de la resistencia humana: permanecer despierto durante 11 días consecutivos. Aunque logró batir un récord mundial, las consecuencias físicas y mentales de su hazaña lo persiguieron durante años.

El desafío comenzó con una simple idea que tuvo junto a su amigo Bruce McAllister: superar el récord de “8 días sin dormir” que había sido establecido por un locutor de radio de Honolulu, que se valió de café, música y anfetaminas para mantenerse despierto. 

Sin embargo, Gardner decidió que lo haría de manera natural, sin el uso de estimulantes. A medida que avanzaban los días, Gardner fue enfrentando una serie de síntomas cada vez más perturbadores que reflejaban el impacto de la falta de sueño en su cuerpo y mente.

“Éramos idiotas, ya sabes, jóvenes e idiotas”, dijo McAllister a la BBC.

Su primera idea para el proyecto fue explorar el efecto del insomnio en las capacidades paranormales. Claramente, Randy Gardner y Bruce McAllister se dieron cuenta de que no había forma de hacerlo. Así que pasaron a su segunda opción: estudiar el efecto de la falta de sueño en las capacidades cognitivas y en el rendimiento en una cancha de baloncesto.

“Cualquier cosa que se nos ocurriera”.

Por suerte —para McAllister, claro—, una moneda significó que Randy Gardner sería quien se quedaría sin dormir y de esa forma, darían inicio al experimento.

Los primeros días: cambios físicos y cognitivos

Después de un primer día sin novedad, el segundo día marcó el inicio de los síntomas físicos evidentes: Randy Gardner sufrióaumento de la presión arterial y ardor en los ojos. La tensión comenzó a manifestarse de formas inesperadas, como la aparición de astereognosia, una condición neurológica que le impedía reconocer objetos a través del tacto. Esta extraña incapacidad fue solo el comienzo de una serie de dificultades cognitivas que Randy Gardner experimentaría en los días siguientes.

Peter Tripp alcanzando la marca de las 200 horas

En el tercer día, empezó a mostrar problemas para coordinar sus movimientos y hablar con fluidez. La irritabilidad se apoderó de él, y sus amigos, conscientes de la gravedad de la situación, intentaron mantenerlo ocupado con actividades físicas y conversaciones constantes para evitar que se quedara dormido. Sin embargo, el mal humor y la fatiga comenzaban a dominar su comportamiento.

Alucinaciones y pérdida de realidad

Para el quinto día, las alucinaciones hicieron su aparición. Durante uno de los paseos que realizaba para mantenerse despierto, Gardner confundió señales de tránsito con personas reales. Más tarde, llegó a creer que era Paul Lowe, un famoso jugador de fútbol americano de la época. 

Randy Gardner y el Dr. Dement (1964)

La línea entre la realidad y la imaginación se volvía cada vez más borrosa, lo que preocupaba a sus amigos y a los médicos que comenzaron a monitorear su estado.

El octavo día marcó un punto crítico. Los dolores de cabeza y de articulaciones se intensificaron, y la fatiga mental alcanzó un nivel en el que le resultaba casi imposible articular frases coherentes. 

Randy Gardner, quien solía ser una persona comunicativa, se había reducido a expresar solo su mal humor y las molestias que sentía. Sus amigos, cada vez más alarmados, buscaron la ayuda de neurocientíficos para evitar que su condición empeorase.

La lucha contra el sueño

En el noveno día, la visión de Gardner se volvió permanentemente borrosa, un síntoma que alarmó a quienes lo rodeaban. Sin embargo, las nuevas personas que llegaban a su casa para monitorearlo actuaban como distracción, lo que lo ayudó a mantenerse despierto. Pero las alucinaciones se intensificaron. Escuchaba música en su habitación, aunque la radio estaba apagada, y las distorsiones de la realidad se hicieron cada vez más frecuentes.

El undécimo día, Gardner estaba sorprendentemente animado, aunque las alucinaciones continuaban. Algunos sugirieron que su mejora en el humor se debía a la atención médica y mediática que estaba recibiendo. 

Finalmente, después de 264 horas y 25 minutos sin dormir, Randy Gardner logró batir el récord Guinness. Su primera acción tras el experimento fue dormir durante 15 horas seguidas, un descanso profundo y necesario que, sin embargo, no fue suficiente para contrarrestar los efectos a largo plazo de su hazaña.

Las consecuencias de la privación del sueño

Aunque Gardner no sufrió complicaciones inmediatas que pusieran en riesgo su vida, las secuelas del experimento fueron claras. En las semanas posteriores, comenzó a padecer insomnio, una ironía amarga considerando el tiempo que había pasado sin dormir. A lo largo de los años, aunque ha mantenido un estado de salud general relativamente bueno, el recuerdo de esa experiencia lo ha acompañado, teniendo problemas para conciliar el sueño o despertándose abruptamente en las noches.

El caso de Randy Gardner sigue siendo el más documentado de alguien que ha permanecido despierto durante un periodo prolongado. Si bien otros han afirmado haber superado su récord, ninguno ha sido observado con el mismo rigor científico. Este experimento extremo no solo demostró los límites del cuerpo humano, sino también los peligros de ignorar las necesidades fundamentales del organismo.

Este experimento no se ha realizado en más humanos, aunque sí en ratas de laboratorio y los efectos secundarios son desastrosos, provocando su fallecimiento tan solo un mes después. Consecuencia que puede traer el insomnio familiar letal, una enfermedad hereditaria muy rara. 

La recomendación más sensata es no replicar este experimento bajo ningún tipo y con ningún fin. Aunque Randy Gardner no tuvo consecuencias graves, la verdad es que la ciencia aún no tiene claro cómo afectaría a diferentes personas la privación del sueño prolongada y, sinceramente, esperamos que se queden sin saberlo. Sería muy inhumano hacer que varias personas dejen de dormir para saber qué consecuencias en corto, mediano y largo plazo podrían sufrir.. 

Referencia:

  • New Scientist/So many reasons why sleep is too important to miss. Link.
  • BBC/The boy who stayed awake for 11 days. Link.
  • World Record Guinness/What’s the limit to how long a human can stay awake? And why we don’t monitor the record. Link.

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