Muchos seguimos emocionados con Ekko y su capacidad de retroceder en el tiempo después de ver el final de Arcane. Pero ¿Es esto posible al fin y al cabo? La serie de Riot no es la única que ha tomado este recurso para mover su historia, así que los viajes en el tiempo se encuentran muy arraigados en la cultura popular.
Sin embargo, lo que se creía que era neto de la ciencia ficción, podría estar más cerca de lo que se cree, o al menos así lo dejó saber el científico Ray Kurzweil, ex ingeniero de Google, quien aseguró que en tan solo cinco años la humanidad podría alcanzar la denominada “velocidad de escape de la longevidad”. Este concepto fascinante no solo redefine nuestra relación con el envejecimiento, sino que plantea preguntas sobre el futuro de la vida humana.
¿Qué es la velocidad de escape de la longevidad?

La velocidad de escape de la longevidad se basa en una idea simple pero revolucionaria: si los avances tecnológicos en prolongación de la vida progresan más rápido que nuestro envejecimiento, podríamos ganarle tiempo a la muerte. Imagina que, mientras envejecemos un año, las innovaciones médicas amplían nuestra esperanza de vida en un año y dos meses.
En esencia, esto significaría que cada año vivimos más tiempo del que envejecemos, avanzando hacia un estado en el que la vida podría extenderse de manera indefinida. Básicamente se podría retroceder en el tiempo.
Ray Kurzweil ha fijado 2029 como el año en el que podríamos alcanzar este punto crítico. No obstante, es importante señalar que la velocidad de escape de la longevidad no es lo mismo que la inmortalidad. Kurzweil aclara:
“Lograr la velocidad de escape de la longevidad no garantiza que vivamos para siempre. Los riesgos externos, como accidentes o enfermedades, seguirán siendo inevitables”.
El papel de la tecnología en la longevidad

La visión de Kurzweil no surge de la nada. La medicina moderna ha avanzado enormemente en la prolongación de la vida, especialmente en países desarrollados. Vacunas, tratamientos innovadores y avances como los coches autónomos, que prometen reducir los accidentes fatales, son ejemplos concretos de cómo la tecnología puede salvar vidas.
Kurzweil es conocido por su habilidad para predecir avances tecnológicos, como la aparición de los teléfonos móviles, el wifi y la computación en la nube. Aunque sus proyecciones han sido acertadas en ocasiones, también ha cometido errores, lo que nos recuerda que el futuro es, por naturaleza, incierto.
Sin embargo, la posibilidad de extender la vida depende de muchos factores, incluida nuestra capacidad para combatir enfermedades mortales como el cáncer. Esta enfermedad, impulsada por mutaciones aleatorias, sigue siendo uno de los mayores retos médicos. Aunque los avances tecnológicos están acelerando los tratamientos, una cura universal para el cáncer en los próximos cinco años sigue siendo improbable.
Obstáculos para retroceder en el tiempo
A pesar de los avances prometedores, la velocidad de escape de la longevidad que nos ayude a retroceder en el tiempo enfrenta varios desafíos:
Acceso desigual a la tecnología médica: Lograr avances en la longevidad no garantiza que estén disponibles para todos. Actualmente, millones de personas carecen de acceso a servicios médicos básicos, lo que dificulta la aplicación generalizada de tecnologías avanzadas. Por ejemplo, la tuberculosis, una enfermedad que sabemos tratar desde hace décadas, sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo.
Envejecimiento vs. duración de vida: La velocidad de escape de la longevidad se centra en extender la esperanza de vida, no necesariamente la duración de vida. Es decir, podríamos vivir más tiempo, pero no significa que nuestra calidad de vida mejore automáticamente.
Factores externos e imprevisibilidad: La vida es incierta. Aunque la tecnología puede reducir los riesgos, accidentes y enfermedades imprevistas siempre estarán presentes. Además, los cambios climáticos y las crisis sociales podrían impactar el desarrollo y la implementación de tecnologías médicas avanzadas.
¿Qué nos dice el pasado sobre el futuro?

La historia demuestra que los avances tecnológicos a menudo superan nuestras expectativas iniciales. Desde la invención de los antibióticos hasta los avances en inteligencia artificial, la humanidad ha demostrado una notable capacidad para superar barreras aparentemente insuperables, como retroceder en el tiempo.
Sin embargo, estos avances no siempre llegan a todos por igual. Mientras que algunos países disfrutan de la última tecnología médica, otros luchan por satisfacer las necesidades más básicas de sus poblaciones. Si el acceso a la velocidad de escape de la longevidad se limita a un grupo reducido, podríamos enfrentarnos a una brecha aún mayor entre ricos y pobres, tanto en términos de longevidad como de calidad de vida.
¿Es posible que la humanidad pueda entonces retroceder en el tiempo en los próximos cinco años? Aunque el concepto es fascinante, la realidad es más compleja. Avances como los que describe Kurzweil requerirán no solo innovación tecnológica, sino también cambios estructurales en la sociedad y una distribución más equitativa de los recursos médicos.
Además, aunque logremos extender la vida humana, no podemos olvidar las preguntas éticas y filosóficas que esto plantea: ¿cómo afectará retroceder en el tiempo a nuestra percepción del tiempo, del propósito y de la muerte?
La visión de Kurzweil de un futuro donde la humanidad controle el envejecimiento es emocionante y llena de posibilidades. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para transformar esta idea en realidad. Mientras tanto, la muerte y los impuestos siguen siendo inevitables, aunque con los avances actuales, podríamos estar acercándonos a un mundo donde al menos la primera deje de ser una certeza ineludible.
Así que, mientras esperamos a que la ciencia nos ofrezca un camino hacia vidas más largas, no está de más recordar a Ekko y su reloj en Arcane. Quizá no podamos retroceder en el tiempo, pero con cada avance, seguimos empujando los límites de lo que significa ser humano, un día a la vez.
Referencia:
- Bessemer Venture Partners/AI escape velocity: A conversation with Ray Kurzweil. Link.