Sentinel del Norte: La misteriosa isla aislada del mundo y sus hostiles habitantes

Sentinel del Norte: La misteriosa isla aislada del mundo y sus hostiles habitantes

Ubicada en el corazón del Océano índico, existe un misterioso lugar que parece haberse detenido en el tiempo. La isla Sentinel del Norte, una pequeña masa de tierra que guarda secretos tan sorprendentes como terroríficos, y que hace que hasta los aventureros más osados, tengan miedo de adentrarse en ella.

La enigmática Sentinel del Norte

Sentinel del Norte: La misteriosa isla aislada del mundo y sus hostiles habitantes

Antes de comenzar, tenemos que dar una advertencia: está prohibido visitarla. No porque sea un lugar protegido o porque tenga una especie en peligro de extinción; está prohibida para nuestra propia seguridad. Los habitantes indígenas que habitan Sentinel del Norte son tan hostiles, que no dudarán en asesinar.

Se sitúa en el golfo de Bengala, en la administración del gobierno de la India, pero los sentineleses, que se cree, son entre 50 a 400 personas, viven bajo sus propias leyes, sin contacto con el exterior y defienden sus tierras ferozmente de cualquier visitante. Sentinel del Norte es parte del archipiélago de las islas Andamán, destino turístico por sus paisajes paradisíacos, y es vecina de Sentinel del Sur, un santuario natural deshabitado.

Los sentineleses, que habitan el lugar desde hace más de 60,000 años, descienden del primer éxodo africano y subsisten a través de la caza y la pesca. En 1981 dieron el salto del neolítico a la Edad de Hierro, cuando un carguero hongkonés varó en la costa de la isla. Los tripulantes del barco, aún es visible desde el aire, fueron rescatados y los sentinelenses incorporaron el hierro de la nave a sus armas de madera y piedra.

Hostiles, pero no caníbales

Sentinel del Norte: La misteriosa isla aislada del mundo y sus hostiles habitantes

Sentinel del Norte ha sido muy publicitada en los últimos años a raíz de varios incidentes con visitantes. En 2018, un misionero estadounidense intentó desembarcar en lo que llamaba “el último bastión de Satán”, intentando convertir a los pobladores al cristianismo, con un fatídico final. Su cuerpo aún sigue sin poder recuperarse.

El gobierno indio decidió en 2005, no interferir en la isla, después de que aborígenes recibieran con flechas y lanzas un helicóptero enviado para comprobar los daños tras el tsunami de Indonesia. Otros dos pescadores indios también fueron asesinados al año siguiente, e India estableció una zona de exclusión de cinco kilómetros alrededor de la isla y alertó del peligro mortal que supone cruzar ese perímetro.

Entre los años 70 y 90, hubo algunos encuentros pacíficos, como los del antropólogo indio Triloknath Pandit, que lideró varias expediciones a Sentinel del Norte. A pesar de los primeros intentos con respuesta hospital, Pandit y su equipo llevaron regalos a los sentineleses, como cocos y plátanos, y vivieron para contarlo. Pero el antropólogo se arrepintió de sus visitas y condenó los esfuerzos “pacificadores” que violan el derecho de los aborígenes a no ser molestados.

Debido a estas experiencias, se ha aprendido que los habitantes de Sentinel del Norte no son caníbales, cómo muchas personas solían creer, pero mantienen su actitud agresiva ante cualquier acercamiento, especialmente con pescadores.

Aislada por prevención

Sentinel del Norte: La misteriosa isla aislada del mundo y sus hostiles habitantes

La India mantiene vetada la entrada a Sentinel del Norte desde 1997 y no se responsabiliza de lo que sucede ahí. Prohibió por tanto el contacto con los sentineleses, en parte para evitar su extinción, cómo casi ocurrió con la tribu de los jarawas de las islas Andamán por los “safaris humanos”.

Estas actividades turísticas todavía se organizan en algunas islas de India y ponen en peligro la supervivencia de poblaciones aborígenes milenarias. Los indígenas de Sentinel del Norte no han desarrollado inmunidad ante los virus exteriores debido a su aislamiento, por ello son vulnerables al contacto con extranjeros, que pueden transmitirles enfermedades mortales.

La tribu ha sobrevivido a las amenazas extranjeras gracias a los peligrosos arrecifes de coral que rodean la isla y a lo hostiles que son, pero algunos expertos, como el mismo Pandit, temen que acaben corriendo la misma suerte que las tribus vecinas.

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