
El sector agrícola, en constante evolución, ha visto en los últimos años como su forma de trabajar daba un giro radical para poder cumplir con los desafíos que se plantean en la actualidad. La necesidad de un aumento de la producción ante el crecimiento de la población mundial o trabajar de forma sostenible para no contribuir al cambio climático son algunos de ellos. La agricultura de precisión destaca por encima del resto de propuestas, aprovechando la tecnología, como imágenes satelitales, análisis avanzados de datos o sistemas de control en tiempo real, para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad.
Una mirada al futuro de la industria
Se prevé que la miniaturización y reducción de los costes de los satélites suponga un enorme impulso para el mercado de fabricación de satélites en la próxima década. En los próximos 3 años, la previsión es que 18.000 nuevos satélites, en sus diferentes tamaños y formas, sean puestos en órbita. Si bien un tercio de los fondos del mercado irán a parar a constelaciones bien conocidas, como Amazon, Starlink o OneWeb, es innegable el considerable aumento del interés por este sector.
Entre los motivos que impulsan el interés por los satélites está el cada vez más importante papel que juegan la recopilación y el procesamiento de datos satelitales en los procesos empresariales. Además de la meteorología y la seguridad nacional, los satélites se han hecho un hueco en otros sectores como la agricultura, la ingeniería civil, la minería o la monitorización medioambiental. Asimismo, la experiencia y mejora de las capacidades de los satélites actuales servirá de base para futuras misiones fuera de nuestro planeta.
Imágenes de satélite: La revolución de la monitorización de los cultivos

Las imágenes de satélite son parte integral de la agricultura de precisión y ofrecen a los agricultores una visión sin igual de sus campos. Inicialmente, este tipo de datos ofrecía una vista aérea del lugar y era sencillo obtenerlas en plataformas de búsqueda, visualización y procesamiento, como EOSDA LandViewer. Sin embargo, existen datos muy valiosos que no son perceptibles al ojo humano, de ahí que los sensores de los satélites empezaran a captar imágenes en diversos espectros electromagnéticos.
A esto se suma el uso generalizado de índices de vegetación, algoritmos matemáticos donde se combinan 2 o más bandas espectrales y que sirven para analizar detalles que visualmente no es posible medir sin estar físicamente presente y disponer de las herramientas adecuadas. Entre los múltiples índices de vegetación, el más conocido y usado es el NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada). El NDVI mide la diferencia entre la luz infrarroja cercana y la luz visible reflejada por la vegetación en base a su nivel de clorofila, lo que sirve como indicador de la salud de las plantas. Existen otros índices que pueden servir para comprobar otras características, como la humedad del suelo, o que funcionan mejor en determinadas etapas de crecimiento de las plantas: MSAVI, EVI, NDMI, etc.
Datos en tiempo real para una agricultura proactiva

Uno de los preceptos de la agricultura moderna se basa en la detección temprana de problemas potenciales, de modo que se pueda reaccionar a tiempo y minimizar el impacto sobre los cultivos y su producción. Las imágenes de satélite en tiempo real son una de las mejores formas de llevar a cabo un seguimiento continuo, mejorando enormemente la gestión del campo.
Por ejemplo, si los datos satelitales muestran un descenso repentino en los valores del índice NDVI en una zona concreta del campo, seguramente sea señal de deficiencia de nutrientes o de la existencia de alguna plaga o enfermedad. Los agricultores pueden aplicar tratamientos precisos en la zona, reduciendo el coste y el impacto medioambiental respecto a las aplicaciones generales por todo el campo.
Riego de precisión para conservar el agua y aumentar el rendimiento
Otro aspecto crítico de la agricultura es la gestión del agua, especialmente en aquellas zonas con tendencia a la sequía o con lluvia escasa. La tecnología satelital también es capaz de proporcionar datos exactos sobre los niveles de humedad del suelo, algo muy útil para poder aplicar el riego de precisión.
Mediante el análisis de estos datos satelitales, los agricultores serán capaces de optimizar sus programas de riego, garantizando que los cultivos reciban la cantidad correcta de agua en el momento adecuado. A menudo se hace hincapié en el problema de la falta de agua, pero un riego excesivo también supone un problema para los cultivos, afectando negativamente a su rendimiento y salud, y favoreciendo la aparición de ciertas enfermedades y plagas, como la podredumbre de las raíces.
La contribución de la teledetección a la preservación del medioambiente
De igual modo que en la agricultura, la teledetección también es una de las principales herramientas usadas en la preservación del medioambiente. Con las mismas funciones es posible tener un conocimiento profundo de nuestros bosques sin tener que mandar gente directamente a ellos. Los mercados de carbono también se apoyan en los datos satelitales para calcular la tasa de absorción y poder calcular después los créditos correspondientes. Y para resolver uno de los problemas medioambientales más graves del siglo, como es la contaminación de los océanos con plástico, los científicos trabajan para desarrollar nuevas metodologías de detección por satélite de los focos de contaminación. Estos son solo algunos ejemplos de la aportación actual de los satélites en esta tarea.
La integración de la tecnología en la agricultura está revolucionando el concepto de agricultura, ofreciendo oportunidades sin precedentes de eficiencia y sostenibilidad mediante prácticas agrícolas mejoradas. Las imágenes satelitales, el análisis de datos y la IA son solo algunos de los ejemplos que ya forman parte de las herramientas habituales de los agricultores. Al adoptar tecnología satelital, los agricultores pueden afrontar los retos de la agricultura moderna con mayor confianza y éxito, garantizando un futuro sostenible y productivo para el suministro mundial de alimentos.
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