El telescopio espacial James Webb (JWST) ha logrado un descubrimiento sin precedentes: la detección de 44 estrellas individuales en una galaxia distante, a 6.500 millones de años luz de la Vía Láctea. Este hito, logrado gracias al uso del efecto de lente gravitacional, marca un avance crucial en la astronomía y abre nuevas puertas para estudiar el universo primitivo.
El hito del telescopio James Webb

El descubrimiento fue posible gracias a una técnica conocida como lente gravitacional, un fenómeno predicho por Albert Einstein. Este efecto ocurre cuando la gravedad de un objeto masivo en primer plano, como un cúmulo de galaxias, distorsiona el espacio que lo rodea, ampliando la luz de objetos más distantes que se encuentran detrás de él.
En este caso, el cúmulo de galaxias Abell 370, situado entre el telescopio James Webb y la galaxia distante, sirvió como lente natural, magnificando la luz de las estrellas y revelando un arco conocido como el “Arco del Dragón”. Este arco permitió a los astrónomos observar 44 estrellas individuales, la mayor cantidad jamás registrada en el universo distante.
La lente gravitacional no solo amplifica los objetos, sino que también los deforma, creando arcos o anillos de luz. En palabras de los científicos del Centro de Astrofísica de Harvard y Smithsonian, esta observación es comparable a usar binoculares para distinguir granos de polvo en los cráteres de la Luna, lo que subraya la increíble precisión del JWST.
Implicaciones de la lente gravitacional

Este descubrimiento es revolucionario no solo por su magnitud, sino también por su impacto en la comprensión de fenómenos cósmicos. Antes, el telescopio Hubble solo había detectado siete estrellas individuales en galaxias distantes, pero el James Webb ha demostrado una capacidad sin precedentes para resolver detalles en galaxias tan lejanas.
Uno de los mayores beneficios de este avance es la posibilidad de estudiar la materia oscura, una forma de materia hipotética que constituye aproximadamente el 85% de la masa del universo, pero que no emite ni refleja luz. Las estrellas detectadas en el Arco del Dragón permiten a los astrónomos analizar cómo la materia oscura afecta las lentes gravitacionales, proporcionando nuevos datos sobre esta misteriosa sustancia.
Además, muchas de las estrellas observadas son supergigantes rojas, similares a Betelgeuse y Aldebarán en nuestra galaxia. Estas estrellas, conocidas por su inmenso tamaño y brillo, ofrecen pistas sobre la evolución estelar y la formación de galaxias en los primeros días del universo.
Un futuro prometedor
La sensibilidad del telescopio James Webb a la luz infrarroja ha sido clave para este avance, y los astrónomos esperan que sea solo el principio. El equipo planea continuar observando el Arco del Dragón y otras galaxias distantes para identificar más estrellas magnificadas.
Estos esfuerzos no solo nos acercan a comprender la materia oscura y la formación estelar, sino que también nos permiten explorar los primeros capítulos del universo, cuando las galaxias estaban en sus etapas iniciales de desarrollo.
El descubrimiento de 44 estrellas individuales en una galaxia distante gracias al telescopio James Webb es un logro histórico que redefine los límites de la astronomía. Utilizando la lente gravitacional como una herramienta poderosa, los astrónomos han abierto una ventana al universo temprano y han sentado las bases para futuras investigaciones.
Referencia:
- Nature Astronomy/Identification of more than 40 gravitationally magnified stars in a galaxy at redshift 0.725. Link.