Terry Fox fue un hombre que corrió un maratón durante 132 días, alcanzando más de 5.000 kilómetros en total… siendo un paciente diagnosticado con cáncer. Una proeza muy pocas veces vistas en el deporte y que conmovió a todo el mundo.
Terry Fox, un luchador

Terry Fox nació en Winnipeg, Manitoba, y se crió en Port Coquitlam, Columbia Británica, una comunidad cercana a Vancouver en la costa oeste de Canadá. Terry, un adolescente activo que practicaba muchos deportes. Sin embargo, toda su vida cambiaría de un momento a otro.
Había comenzado a sentir una molestia en su rodilla izquierda que atribuyó al esfuerzo físico, desgraciadamente era algo mucho peor. Cuando el dolor en su rodilla se hizo insoportable, Terry Fox se dio cuenta que algo andaba mal. Sin embargo, estaba acostumbrado a enfrentar desafíos: su vida estaba dedicada al deporte. Ya fuera béisbol, baloncesto, fútbol o rugby, destacaba por su intensidad en la cancha. Era una promesa deportiva en Canadá cuando recibió la noticia que cambió su vida.
Pero la vida es muy injusta y, en el año 1977, cuando tan solo tenía 18 años de edad, su cuerpo dejó de funcionar mientras se ejercitaba. Fue llevado al hospital inmediatamente, donde le le diagnosticaron cáncer en la pierna. La amputación se volvió inevitable.
Después de la operación, le habían retirado 15 centímetros de la pierna, un corte limpio por encima de la rodilla. Durante su rehabilitación, estuvo leyendo la historia de Dick Traum, un amputado que había conseguido correr el Maratón de Nueva York. Quedó tan conmovido que, durante una noche, de la nada, le dijo a una de las enfermeras que lo cuidaban:
«Algún día haré algo así».
En su estadía el hospital, Terry contactó con los niños enfermos. Le dolía ver cómo los pequeños luchaban contra una enfermedad que los consumía por dentro. No podía quedarse de brazos cruzados: alguien tenía que darles esperanza en medio de esa oscuridad inevitable.
Y así, Terry comenzó a correr.
Terry Fox partió de St. John’s con rumbo a Thunder Bay. Enfrentaría 5,373 kilómetros en 132 días en su “Maratón de la Esperanza”. Corría un promedio de 42 kilómetros al día, equivalente a un maratón, con una prótesis en la parte izquierda de su cuerpo como apoyo. La pierna artificial le daba soporte, pero la carga recaía en su pierna derecha, que hacía un esfuerzo sobrehumano en cada paso.
El Maratón de la Esperanza

Todo Canadá estaba con él. La gente salía de sus hogares para verlo pasar, le ofrecía agua y lo alentaba para que no abandonara su lucha. Los medios de comunicación documentaban cada paso de este joven deportista, y el término “héroe nacional” comenzaba a resonar.
El objetivo principal de su “Maratón de la Esperanza” era crear conciencia y recaudar fondos para apoyar la investigación del cáncer en todo el país. Terry Fox contó con el respaldo de la Sociedad Canadiense del Cáncer y de Amputados por la Guerra de Canadá, de igual forma, obtuvo el patrocinio de empresas como Adidas, Imperial Oil y Ford. Tras 143 días en la carretera, Terry tuvo que hacer una pausa.
Respiraba con dificultad. En el hospital le informaron que el cáncer se había propagado a sus pulmones. La carrera tenía que tener una pausa: su vida estaba en juego.
“Haré lo mejor que pueda. Lucharé. Prometo que no me rendiré”, dijo Terry después de conocer su situación, y su actitud inspiró a pacientes con cáncer de todo el mundo. Así continuó hasta junio de 1981.
Después de someterse a un agresivo tratamiento de quimioterapia, Terry Fox falleció en el Hospital Royal Columbian a solo un mes de cumplir 23 años.
Su lucha no terminó con la muerte del ícono. Hasta la fecha, se han recaudado 650 millones de dólares en nombre de Terry a través de su fundación y la Terry Fox Run, una marcha anual que se celebra en Canadá y en todo el mundo en homenaje a la carrera que inició el activista hace 35 años. Sus pasos todavía resuenan en el asfalto.
Referencia:
- The Terry Fox Foundation/Terry’s Story. Link.