Albert Francis Capone, conocido por muchos como “Sonny,” tuvo una vida marcada por el peso de su apellido. Como hijo único del famoso mafioso Al Capone, su existencia estuvo plagada de dificultades, rumores y la necesidad de distanciarse de su infame legado. Más tarde, cambiaría su nombre a Albert Francis Brown, adoptando una identidad anónima que le permitiría vivir en paz. Este artículo explora su compleja historia, desde su nacimiento en Brooklyn hasta su vida tranquila en California.
Los primeros años de Albert Francis Capone

Albert Francis Capone nació el 4 de diciembre de 1918 en Brooklyn, Nueva York. Hijo de Al Capone y Mae Josephine Coughlin, su llegada al mundo estuvo rodeada de misterio. Se especula que Al Capone, quien contrajo sífilis antes de casarse, podría haber quedado estéril, lo que ha generado dudas sobre la paternidad biológica de Sonny. Algunos rumores incluso sugieren que Mae era estéril y que Albert podría haber sido adoptado.
Independientemente de las especulaciones, Al Capone amaba profundamente a su hijo. Cuando Sonny sufrió una infección mastoidea grave que amenazaba con dejarlo completamente sordo, su padre no dudó en buscar ayuda médica en Nueva York, ofreciendo grandes sumas de dinero para salvar su audición. Aunque el tratamiento fue exitoso, Sonny quedó parcialmente sordo del oído izquierdo, una condición que lo acompañaría toda su vida.
A pesar de su entorno, Al Capone intentó mantener a su hijo alejado de sus negocios ilícitos. Sonny asistió a escuelas prestigiosas como St. Patrick en Miami Beach y más tarde estudió en la Universidad de Miami. Sin embargo, la sombra del nombre “Capone” siempre lo perseguía, dificultando su integración y desarrollo personal.
Un camino propio: distanciamiento y cambio de Identidad

A medida que crecía, Albert Francis Capone decidió distanciarse de su apellido. Aunque mantuvo una relación cercana con su padre, quien le enviaba cartas llenas de afecto desde la prisión, Sonny buscaba forjar un camino propio. Después de la muerte de Al Capone en 1947, este proceso de separación se intensificó.
En su vida adulta, Sonny desempeñó una variedad de trabajos modestos, incluyendo vendedor de coches usados, aprendiz de impresor y distribuidor de neumáticos. Estas ocupaciones reflejaban su deseo de llevar una vida honrada y alejada de los reflectores. Sin embargo, el peso de su apellido continuaba afectándolo, como ocurrió en 1959 cuando Desi Arnaz, su antiguo amigo de la escuela, produjo la serie Los Intocables. La representación de Al Capone en la serie provocó que Sonny y su madre, Mae, demandaran a la productora Desilu Productions por difamación. Aunque la demanda llegó hasta la Corte Suprema, fue rechazada.
En 1965, tras un pequeño incidente en el que fue arrestado por hurtar aspirinas y pilas, Sonny decidió cambiar oficialmente su nombre a Albert Francis Brown. Según su abogado, tomó esta decisión porque estaba cansado de cargar con el peso del apellido “Capone”. Este cambio le permitió vivir de forma anónima y proteger a su familia del estigma asociado con su padre.
Los últimos años de Albert Francis Brown

Albert Francis Brown pasó las últimas décadas de su vida en Auburn Lake Trails, una pequeña comunidad en California. Allí, llevó una existencia tranquila y lejos del escrutinio público. Se casó tres veces y tuvo hijos, nietos y bisnietos. Sus vecinos lo conocían como un hombre amable, sin conexión aparente con el famoso mafioso de Chicago.
Cuando falleció en 2004 a los 85 años, su esposa America “Amie” Francis hizo un llamado para que se respetara su memoria. “Al Capone murió hace mucho, mucho tiempo”, dijo. “Su hijo no tenía nada que ver con él. Déjenlo descansar en paz”.
A pesar de haber cambiado su nombre y llevado una vida respetable, Albert Francis Brown siempre estuvo vinculado, en mayor o menor medida, al legado de su padre. Sin embargo, su historia es una prueba de que, incluso con un origen complicado, es posible elegir un camino diferente y construir una vida alejada de las sombras del pasado.
La vida de Albert Francis Brown, anteriormente conocido como Sonny Capone, es un ejemplo fascinante de cómo el peso de un apellido puede moldear una vida. Aunque su padre fue uno de los mafiosos más notorios de la historia, Albert decidió trazar su propio camino, distanciándose del legado de Al Capone y adoptando una vida discreta. Su historia es un recordatorio de que, aunque la herencia familiar puede influir en nuestras vidas, no define nuestro destino.
Referencia:
- The Paper/Al Capone’s son: What happened to ‘Sonny’ Capone after the death of his notorious gangster father. Link.