
Un físico que está trabajando las mutaciones del virus SARS-CoV-2, aseguró encontrar evidencia de una nueva ley de la física, denominada “segunda ley de la infodinámica”, y que podría indicar que vivimos en una simulación. Además, el estudio también parece implicar que la teoría de la evolución es incorrecta y que las mutaciones no son totalmente aleatorias.
Un experimento que podría demostrar muchas cosas

Claramente, hay mucho que desentrañar en una teoría que sugiere que vivimos en una simulación. Lo primero que debemos saber es que este tipo de afirmaciones requieren pruebas de su mismo calibre, y hasta el momento, como explicó Melvin Vopson, responsable del estudio, no hay algo como eso. De hecho, ni siquiera estamos cerca, pero las ideas y los resultados que se presentaron son por demás interesantes, incluso si los estudios siguientes demuestran que están errados.
Así, lo que Vopson hizo en su último estudio, fue analizar mutaciones en el virus SARS-CoV-2 desde una perspectiva de entropía de la información, un término distinto a la entropía habitual.
El especialista explica que la entropía física de un sistema dado es una medida de todos sus posibles microestdos físicos, compatibles con el macroestado. Esta es una característica de los microestados que no tienen información dentro del sistema. Si suponemos el mismo sistema, asumiendo que uno es capaz de crear N estados de información dentro del mismo sistema físico (por ejemplo, escribiendo bits digitales en él), el efecto de crear un número N de estados de información, es formar N microestados de información adicionales superpuestos a los microestados físicos existentes. Estos microestados adicionales son estados que contienen información, y la entropía adicional asociada con ellos se llama entropía de información.
Mientras que la entropía tradicional tiende a aumentar con el tiempo, la entropía de la información disminuye, según Vopson. Un ejemplo claro de esto sería la muerte térmica del universo, donde éste alcanza un estado de equilibrio térmico. En este punto, la entropía alcanzó su valor máximo, pero no la entropía de la información. En esta muerte por calor, o justo antes, el rango de temperaturas y estados posibles en cualquier rincón del universo es diminuto, lo que significa que son posibles menos eventos y se puede superponer menos información, lo que hace que la entropía de la información sea menor.
Confirmaciones complicadas

Es sumamente interesante como esto describe el universo, pero la pregunta es: ¿Es esto solo “otra versión” de como vemos el universo o hay algo conciso aquí? Según Vopson, la idea es una ley física que podría regir todo, desde la genética, hasta la evolución del universo, como lo escribió en The Conversation.
Vopson analizó el virus SARS-CoV-2 tal como mutó durante la pandemia. El virus fue secuenciado periódicamente para estar atento a sus cambios, en gran medida con el fin de desarrollar nuevas vacunas. Al observar el ARN, descubrió que la entropía de la información disminuía con el tiempo. Así lo explicó en un comunicado de prensa.
“Los datos de COVID confirman la segunda ley de la infodinámica y la investigación abre posibilidades ilimitadas. Imagínese observar un genoma en particular y juzgar si una mutación es beneficiosa antes de que suceda. Esta podría ser una tecnología revolucionaria que podría utilizarse en terapias genéticas, la industria farmacéutica, la biología evolutiva y la investigación de pandemias”.
Para el experto, esto sugiere que las mutaciones no son aleatorias, sino que se rigen por una ley que establece que la entropía de la información debe permanecer igual o disminuir con el tiempo. Si se confirma, sería un hallazgo sorprende que cambiaría la forma en como creemos que funciona la evolución, pero Vopson señala un experimento parecido de 1972 que vio una reducción inesperada en el genoma de un virus de 74 generaciones en condiciones ideales, lo que sugiere que es consistente con su segunda ley de la infodinámica.
“El consenso mundial es que las mutaciones ocurren al azar y luego la selección natural dicta si la mutación es buena o mala para un organismo. ¿Pero qué pasa si hay un proceso oculto que impulsa estas mutaciones? Cada vez que vemos algo que no entendemos, lo describimos como “aleatorio”, “caótico” o “paranormal”, pero es sólo nuestra incapacidad para explicarlo”.
Entonces, si podemos empezar a observar las mutaciones genéticas desde un punto de vista determinista, podemos explorar esta “nueva ley” para predecir mutaciones o la probabilidad de que aparezcan, antes de que se produzcan.
Además, Vopson cree que la ley también podría explicar por qué la simetría aparece tan abundantemente en el universo. Explica que una simetría alta corresponde a un estado de entropía de la información baja, lo que requiere la segunda ley de la infodinámica. Esto explicaría por qué la simetría domina en el universo: se debe a la segunda ley de la dinámica de la información.
Pero esto no es lo más fascinante.
¿Vivimos en una simulación?

“Dado que la segunda ley de la infodinámica es una necesidad cosmológica y parece aplicarse en todas partes de la misma manera, se podría concluir que esto indica que el universo entero parece ser una simulación o una computadora gigante”.
Un universo súper complejo como el nuestro, si fuera una simulación, requeriría optimización y comprensión de datos incorporados para reducir la potencia computacional y los requisitos de almacenamiento de datos para ejecutar la simulación. Esto es lo que observamos a nuestro alrededor, incluso en datos digitales, sistemas biológicos, simetrías matemáticas y en el universo mismo.
Esto no confirma si vivimos en una simulación, claro está. Incluso es posible que la teoría sea correcta sin que este sea el caso. Hay más efectos de la mecánica cuántica que parecen demostrar lo contrario, de hecho. Entonces ¿Cómo se podría confirmar esto más afondo? Si la infodinámica es correcta, la información debería tener masa, dejándole interactuar con todo lo demás. Hay indicios de que este podría ser el caso, como que el borrado irreversible de información parece disipar el calor, según un estudio de 2012. Para Vopson, esto indica que dicha energía se almacenaría como masa antes de borrarse, haciendo que la información sea un estado separado de la materia equivalente a masa y energía.
Ahora, probar o refutar que la información tiene masa podría no ser tan complicado experimentalmente. Un experimento sencillo sería medir la masa de un disco duro antes y después de borrar toda su información. Por desgracia, esto es algo imposible actualmente, ya que no tenemos la capacidad captar tal cantidad de cambios masivos.
Pero si esta teoría es cierta, explica el científico, las partículas elementales probablemente transportarían información en sí misma. Por ejemplo, permitir que un electrón conozca sus propiedades, como su carga y su espín. Un experimento que se ha propuesto, consiste en enviar partículas y antipartículas entre sí a altas velocidades.
“El experimento consiste en borrar la información contenida dentro de las partículas elementales, dejándolas a ellas y a sus antipartículas aniquilarse en un destello de energía, emitiendo ‘fotones’ o partículas de luz. He predicho el rango exacto de frecuencias esperadas de los fotones resultantes basándose en la física de la información”.
Si bien esta no es una idea común, el experimento es relativamente económico y costaría 180.000 dólares, nada en comparación a la teoría de la simulación de Elon Musk. Además, se puede probar con la tecnología actual. Claro, esto también podría decirnos que la idea es incorrecta, pero no deja de ser algo interesante para analizar, descartar o descubrir si tiene peso.