Los expertos habían perdido la comunicación con la Voyager 1, sin embargo, fue la propia nave quien encontró la forma de comunicarse, encontrando una solución muy poco ortodoxa..
Una misión histórica que sigue sorprendiendo al mundo

La sonda espacial Voyager 1 continúa siendo una de las misiones más asombrosas y longevas de la historia. Lanzada en 1977, la Voyager 1 y su gemela, la Voyager 2, fueron enviadas al espacio para explorar los planetas exteriores y, con el tiempo, adentrarse en el espacio interestelar.
Contra todo pronóstico, después de 47 años de servicio, la Voyager 1 aún envía datos a la Tierra desde una distancia impresionante de 24 mil millones de kilómetros. A esta distancia, cualquier intento de comunicación con la nave es un proceso complejo y lleno de desafíos, ya que la señal tarda más de 22 horas en llegar a la Tierra.
En las últimas semanas, sin embargo, la Voyager 1 enfrentó un problema de comunicación. Aunque podría parecer el fin de su misión, la sonda encontró una solución inusual que le permitió restablecer el contacto.
Las Voyager han superado con creces la vida útil prevista, y la capacidad de la Voyager 1 para autogestionarse y solucionar problemas sigue siendo asombrosa. A pesar de la gran distancia, la nave conserva sus sistemas operativos y ha demostrado una vez más que no necesita intervención humana directa para superar las dificultades técnicas que se le presentan. Esta vez, la solución vino en forma de un transmisor de radio olvidado, que no había sido usado desde 1981.
La falla de comunicación y el ingenio de la Voyager 1

El 16 de octubre, el equipo de la NASA que supervisa la Voyager 1 envió una orden para activar uno de los calentadores de la nave. A esas temperaturas extremas, mantener una temperatura interna adecuada es crucial para el funcionamiento de los sistemas. La nave espacial depende de un generador de energía radioactiva, cuya potencia ha disminuido con los años, pero que aún proporciona energía suficiente para operar los sistemas básicos. Aparentemente, esta simple orden no fue recibida correctamente por la nave, ya que el 18 de octubre la comunicación con la Voyager 1 se interrumpió sin explicación.
Los ingenieros de la NASA dedujeron que la orden de activación del calentador había desencadenado el sistema de protección contra fallas de la nave. Este sistema tiene la capacidad de cambiar automáticamente ciertos parámetros de funcionamiento cuando detecta problemas, y en este caso, parece haber reducido la velocidad de transmisión de datos y alterado la frecuencia de la señal de comunicación.
A pesar de esta complejidad, el equipo en la Tierra logró localizar la señal alterada de la nave, aunque con dificultades. Sin embargo, el 19 de octubre, la situación se complicó aún más cuando la señal se perdió por completo.
En ese momento, parecía que la Voyager 1 podría haber llegado a su límite. Sin embargo, la sonda dio un paso inesperado para corregir el problema: su sistema de protección activó un transmisor de reserva que no había sido utilizado en más de 40 años. Esta acción sorprendió al equipo de la NASA, que no había previsto que la nave pudiera optar por esta solución.
La reactivación del transmisor de banda S

La Voyager 1 utiliza un transmisor de banda X para comunicarse con la Tierra, pero en esta ocasión el sistema de protección cambió al transmisor de banda S, que no se había utilizado desde 1981. Esta banda de frecuencia es mucho menos potente y eficiente para la transmisión de datos a larga distancia, y dadas las dimensiones colosales que separan a la Voyager 1 de la Tierra, el equipo de la NASA dudaba de que esta señal pudiera ser captada.
Sin embargo, los ingenieros de la Red del Espacio Profundo, una red de estaciones de antenas ubicadas estratégicamente alrededor del mundo, lograron captar la señal débil y confirmaron que el transmisor de banda S estaba funcionando.
Este logro es notable en sí mismo, ya que demuestra la increíble capacidad de la Red del Espacio Profundo para adaptarse a frecuencias menos óptimas, detectando incluso la señal débil de la Voyager 1 a una distancia sin precedentes. El cambio de banda de comunicación no solo muestra la eficacia del diseño original de la sonda, sino también la habilidad del equipo de vuelo para adaptarse a las circunstancias y superar obstáculos inesperados. Ahora, con esta señal restablecida, el equipo en la Tierra trabaja en retomar las operaciones normales y en resolver cualquier otro problema que pudiera presentarse.
La misión de la Voyager 1 y su hermana es un legado de la curiosidad humana y del deseo de explorar más allá de nuestras fronteras. A medida que esta legendaria sonda continúa su travesía hacia lo desconocido, nos recuerda que la exploración espacial no solo es cuestión de tecnología avanzada, sino también de perseverancia, creatividad y determinación. Y mientras la Voyager 1 siga llamando a casa, seguirá inspirando a futuras generaciones en la búsqueda de lo inexplorado.
Referencia:
- NASA/After Pause, NASA’s Voyager 1 Communicating With Mission Team. Link.